Es amplio el abanico de opciones golosas que encontramos en Acaxochitlán, pero sin lugar a dudas uno de sus más representativos a nivel incluso internacional, es la variada lista que ofrecen en cuanto a panes artesanales, pues son al menos 110 distintas piezas las que persisten en la región.
Por supuesto que el pan cruzado, al cual ya le dedicamos un artículo en El Sol de Hidalgo, es de los más famosos por ser un fiel acompañante en el Día de Muertos; sin embargo, existe otro que antaño sirvió para celebrar cumpleaños y hazañas pues es ideal para compartir: la cuelga, que así como el cruzado, son endémicos de este municipio de la Otomí-Tepehua. O por ejemplo, el tlaxcal, cuya popularidad no se limita solo a Acaxochitlán, sino a todos los municipios aledaños tales como Huauchinango, Honey, Agua Blanca, por mencionar algunos.
Por tal motivo y con la intención de apoyar el consumo local de pan, así como de rescatar la tradición de elaboración de piezas que al día de hoy todavía se hornean a la leña en varios puntos de Acaxochitlán, artesanos de esta especialidad culinaria ya plantean la posibilidad de forjar una suerte de unión de panaderos de la región.
Así refirió Arturo Castelán Zacatenco, panadero de la Cuelgueria Juan Panes, quien recordó que el pan es uno de los elementos destacados de la región: “hemos proyectado el pan como elemento del patrimonio cultural entonces es importante que estén los panaderos en una asociación (...) estamos retomando lo que hicieron en Zacatlán, allá hay una asociación de panaderos y también se está conformando una a nivel nacional, donde hemos acudido ocho panaderos de distintos estados, estamos en pláticas para generar un colectivo”
Con esta incursión en una red nacional, cabe la posibilidad, según dijo, de abrir un Museo del Pan, organizar congresos o alguna feria nacional del pan tradicional, pues se trata de artesanos de la harina que subsisten del oficio del panadero “casi desde la cuna”.