Fue gracias a la participación de 20 pares de manos panaderas de Acaxochitlán, que la rosca gigante, misma que ya se hace tradición en el Pueblo Mágico, alcanzó un tamaño de 78 metros de largo, casi 20 metros por encima de lo que se registró en el 2023. Este tradicional bizcocho se repartió aproximadamente entre 400 personas que asistieron al evento, en su mayoría niños y niñas que llegaron desde distintas localidades.
En tal hazaña participaron los panaderos artesanales de la Cuelguería Juan Panes -una de las de mayor tradición en la demarcación- y los de Don Chucho, la cual por cierto “prendió sus hornos” solo por ocasión especial, ya que ellos acostumbran a vender pan únicamente en temporada de Muertos. Cada una elaboró 35 metros de rosca, además de cuatro metros que donaron para así alcanzar los 78.
Respecto al sabor de cada casa, la rosca hecha en Juan Panes destacó por su doradita cobertura con aromas a naranja, con una textura de bizcocho suave e ideal para acompañar con un trago de café caliente. La de Don Chucho se caracterizó por un altamente esponjado centro, envuelta en sabores cítricos que conjugaron amablemente con la nuez y el higo que recubrían la rebanada que probamos.
Según precisó el titular de Cultura y también cronista de Acaxochitlán, Arturo Castelán Zacatenco, los ingredientes que se usaron para tal elaboración fueron mantequilla, harina, ate, azúcar, sal, rayadura de naranja y mandarina; a juzgar por el tamaño de la rosca, el pan era suficiente para repartirlo entre aproximadamente mil personas, razón por la que varios asistentes alcanzaron doble o triple ración.
La cita fue a las 16:00 horas en la todavía nueva explanada de la cabecera municipal, hora en que se deleitó a los pequeñines con un show de payasos; tras el mensaje de las autoridades municipales, trabajadores de la administración cortaron y repartieron la rosca monumental, así como ofrecieron café de olla para acompañar. Entonces, jardineras y banquitas se repletaron de familias, que entre risas compartían de la hazaña panadera.
Por otro lado, Castelán Zacatenco mencionó que hubo menos participación de panaderos en esta edición, aunque reconoció que el tiempo de convocatoria fue reducido. De los 12 establecimientos de pan artesanal de los que se tiene registro en esta demarcación, solo se integraron dos. Detalló que por cada metro de rosca, el gobierno pagó 300 pesos a los artesanos culinarios, por lo que, consideró, interrumpir su producción diaria no representaría una pérdida en ingresos.
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