/ sábado 15 de mayo de 2021

Mariano Matamoros. El insurgente que murió en España

PASO A DESNIVEL


Había decidido ser sacerdote su madre lo apoyaba en esa decisión su padre no veía bien ese destino para su hijo.

El originario de España había heredado a su hijo un considerable caudal y se preocupaba por el destino de sus bienes.

Pero en un momento de su vida, Mariano Matamoros conoció a María Manuela Taboada, hija de otro rico hacendado y ambos quedaron prendados.

Asesorado por amigos y sacerdotes, Matamoros sintetizó que su vocación no era la iglesia y se casó con la joven María Manuela.

Mariano Matamoros había estudiado la carrera de las armas en su juventud, buen jinete y dispuesto a mantenerse leal al rey Fernando VII era parte del ejército realista.

En ese tiempo comenzó a sostener charlas y reuniones con el cura Hidalgo y formó parte –sin desearlo- de la conspiración que inició la independencia de México.

A los veintisiete años de edad ya era capitán del Regimiento de Dragones de la Reina cuando comenzó la revolución en septiembre de 1810.

Al ser descubierta la conspiración, formó parte de la lucha y aun cuando no tuvo toda la confianza de Miguel Hidalgo e Ignacio Allende galopó al lado de ellos.

Hidalgo lo nombró coronel en Celaya, y fue Mariano quien exigió la rendición al intendente Riaño de Guanajuato, pero no participó en el ataque de la Alhóndiga de Granaditas según él mismo confesó más tarde.

Los horrores de la guerra y el trato que recibían los peninsulares de parte de los insurgentes, motivó a Matamoros a que al lado de su esposa salvaran la vida de varios hispanos.

Perseguido, su casa de Abasolo en Dolores fue saqueada y su esposa tuvo que huir con su madre y su hijo para refugiarse en Valladolid.

Luego de la batalla de las Tres Cruces, los insurgentes llegaron a Guadalajara.

Posteriormente fueron derrotados y trasladados a Chihuahua.

Ya antes Miguel Hidalgo, desconfiando de Mariano, lo relegó a un papel discreto en la lucha.

El 11 de marzo de 1811 fueron aprehendidos los insurgentes; Hidalgo, Allende y Aldama, en Acatita de Baján, en Coahuila, y llevado con ellos a Chihuahua.

Todos los demás fueron condenados a morir fusilados y luego decapitados y mostradas sus cabezas como ejemplo y reprimenda.

En mayo de 1811 Mariano Matamoros fue condenado a cadena perpetua y trasladado a España en 1812 donde permaneció hasta su muerte, ocurrida el 14 de abril de 1816.

PASO A DESNIVEL


Había decidido ser sacerdote su madre lo apoyaba en esa decisión su padre no veía bien ese destino para su hijo.

El originario de España había heredado a su hijo un considerable caudal y se preocupaba por el destino de sus bienes.

Pero en un momento de su vida, Mariano Matamoros conoció a María Manuela Taboada, hija de otro rico hacendado y ambos quedaron prendados.

Asesorado por amigos y sacerdotes, Matamoros sintetizó que su vocación no era la iglesia y se casó con la joven María Manuela.

Mariano Matamoros había estudiado la carrera de las armas en su juventud, buen jinete y dispuesto a mantenerse leal al rey Fernando VII era parte del ejército realista.

En ese tiempo comenzó a sostener charlas y reuniones con el cura Hidalgo y formó parte –sin desearlo- de la conspiración que inició la independencia de México.

A los veintisiete años de edad ya era capitán del Regimiento de Dragones de la Reina cuando comenzó la revolución en septiembre de 1810.

Al ser descubierta la conspiración, formó parte de la lucha y aun cuando no tuvo toda la confianza de Miguel Hidalgo e Ignacio Allende galopó al lado de ellos.

Hidalgo lo nombró coronel en Celaya, y fue Mariano quien exigió la rendición al intendente Riaño de Guanajuato, pero no participó en el ataque de la Alhóndiga de Granaditas según él mismo confesó más tarde.

Los horrores de la guerra y el trato que recibían los peninsulares de parte de los insurgentes, motivó a Matamoros a que al lado de su esposa salvaran la vida de varios hispanos.

Perseguido, su casa de Abasolo en Dolores fue saqueada y su esposa tuvo que huir con su madre y su hijo para refugiarse en Valladolid.

Luego de la batalla de las Tres Cruces, los insurgentes llegaron a Guadalajara.

Posteriormente fueron derrotados y trasladados a Chihuahua.

Ya antes Miguel Hidalgo, desconfiando de Mariano, lo relegó a un papel discreto en la lucha.

El 11 de marzo de 1811 fueron aprehendidos los insurgentes; Hidalgo, Allende y Aldama, en Acatita de Baján, en Coahuila, y llevado con ellos a Chihuahua.

Todos los demás fueron condenados a morir fusilados y luego decapitados y mostradas sus cabezas como ejemplo y reprimenda.

En mayo de 1811 Mariano Matamoros fue condenado a cadena perpetua y trasladado a España en 1812 donde permaneció hasta su muerte, ocurrida el 14 de abril de 1816.