/ martes 19 de marzo de 2024

Panteón de Tulancingo, espacio de arte e historia

Este majestuoso lugar, además de transmitir paz y serenidad, está lleno de esculturas de cuerpo completo y leyendas interesantes

El panteón municipal de Tulancingo, de nombre San Miguel, es uno de los camposantos del estado más bellos, y es que, aunque sea un sitio que trae dolorosos recuerdos para la mayoría, cuando lo observa detenidamente ya detalle quedarás maravillado con todo el arte que hay entre sus más de ocho mil tumbas, algunas con casi 200 años de antigüedad.

Sergio Amador Hernández, director del recinto y la señora Teresa Hernández, quien lleva más de 20 años laborado en esta dirección, narraron en exclusiva para El Sol de Tulancingo como este espacio está lleno de historia, tradición y arte por lo que incluso podría ser considerado como un museo al aire libre.

Al haber criptas del año 1830 y que incluso son usadas como referencia para calcular el tiempo del panteón, es imposible que su estructura y estilo pasen desapercibido, pues desde la entrada hay esculturas de mármol, piezas de más de dos metros de altura que hacen referencia al respeto y cosmovisión que tenemos los mexicanos hacia la muerte: una celebración.

En particular, en el panteón municipal de Tulancingo, se percibe desde el momento en que se pone un pie dentro del campo santo, un ambiente de paz y tranquilidad, tal vez se deba a las sombras que dan los gigantescos árboles que hay por todos lados “es un lugar muy bonito, a nosotros nos sorprende que los domingos o sábados vienen familias enteras e incluso comer aún lado de sus tumbas, ahí adentro con los finaditos y ahí pasan un buen rato”, aseguró.

En este gran y ancestral espacio de varios kilómetros a la redonda, hay ocho mil 164 tumbas divididas en dos secciones que, a su vez, tienen 12 áreas. Pero el número total de difuntos se desconoce, pues hay tumbas que tienen hasta 5 cuerpos cada uno, agregadas de los que están en el osatorio, que son cerca de 300.

“Hay tumbas desde 1830, 1860, lápidas encontradas desde 1886, unos monumentos preciosos que son muy antiguos de mármol fino importado de Italia, incluso hay siete monumentos resguardados por el INAH”, especificaron.

Estas obras de arte, talladas a mano hace cientos de años, se encuentran en distintas partes del camposanto, dos están en la entrada, son unas musas con apariencia griega, su finura y delicadeza es tanta que pareciera que sus vestidos están volando en el aire. . . . . . . . . . . . . . . . .

En la lista de protegidos y resguardados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), también están otras tumbas y monumentos de mármol blanco ubicados en las siguientes áreas: 1, 7, 9, 11 y una cruz de cantera gigante que estaba en el antiguo panteón municipal y que ahora es el jardín La Floresta, ubicado justo frente a la Catedral Metropolitana.

“Hay unas personas que se la quieren llevar a su lugar de origen en el Jardín, por donde está la fuente, ahí estaba la cruz de cantera. Pero no se pueden mover sin autorización, están protegidas por la antigüedad y por el material: mármol fino de Italia. Son una belleza, algo hermoso…esculturas, esa es la palabra, forma parte de la historia de Tulancingo.

Dentro de este “museo al aire libre” yacen los restos de personas provenientes de Francia, Argentina, España, Arabia Saudita y por supuesto México y de distintos pueblos de Hidalgo como lo es Remigio de la Fuente, acaxochiteco acaecido en 1905, que alberga un peculiar fenómeno en su tumba.

Sin importar el clima o época del año, el pequeño sarcófago que está en la superficie de su tumba siempre está lleno de agua cristalina, fría y como recién emanada de una fuente, lo curioso acá es que este fenómeno es imposible de explicar pues, no hay alguna corriente de agua subterránea que lo pueda alimentar.

“Desde que llegué, mis compañeros ya habían descubierto que había una tumba con un sarcófago de 4 patitas que se llenaba de agua y no hay una explicación para hacerlo porque está completamente cerrado, no hay filtraciones, es agua cristalina, fría y fresca. Lo han vaciado varias veces y el agua siempre regresa. De hecho, vino un chamán de Catemaco y según don Remigio de la Fuente hacía fuentes, no era su apellido, era su oficio y supuestamente está pagando una manda, por eso está cuidando el agua, no importa el clima, siempre está lleno de agua el sarcófago”, narró con mucha emoción doña Tere.

Además de don Remigio, hay otras leyendas imperdibles, como lo es la de Don Pánfilo García, hacendario de Tulancingo que supuestamente fue muy malo por lo que la tierra lo expulsaba cada que era enterrado, incluso, en la superficie de la tumba hay dos puertas de metal que eran cerradas con grandes cadenas, pero, aun así, don Pánfilo era rechazado por el camposanto, hasta que fue movido a otro lugar.

Al cuestionar si sentían algún tipo de miedo o sentimiento extraño de trabajar literalmente entre los muertos, ambos coincidieron en que no, pues incluso trabajaron de madrugada durante la pandemia y han logrado ver este sitio como su segundo hogar “el panteón nos da paz, tranquilidad, calma”.

Este sitio, al ser un lugar cargado de energía, desgraciadamente es utilizado como espacio para enterrar brujerías y hechicerías, mismas que al ser detectadas son tiradas inmediatamente, pues el personal respeta tanto a los vivos como a los muertos.

“De las brujerías y hechicerías si hay un buen, las aviantan. Pero las tiramos a la basura, le pedimos a los muchachos que lo levantan con pala y guantes, es muy común porque entra la gente y no podemos revisar las bolsas. Una vez vimos a un señor guardado duendes, pero no les podemos negar el acceso”, explicaron.

Además de estas actividades hay otras que afectan de una manera u otra al panteón, como lo es el robo, principalmente de cosas de metal o hierro fundido que se mal venden en el fierro viejo.

Este enorme y bello lugar es referencia del crecimiento del municipio, dentro de él hay millas de historias que merecen ser contadas. Entre algunas de otras curiosidades de este sitio, está una capilla que cuenta con energía eléctrica y que pagan los familiares, o un árbol de hojas rojas y pequeñas que fue traído de otro país.

lamentablemente, muchas de las tumbas que hay en el panteón ya están abandonadas.


El panteón municipal de Tulancingo, de nombre San Miguel, es uno de los camposantos del estado más bellos, y es que, aunque sea un sitio que trae dolorosos recuerdos para la mayoría, cuando lo observa detenidamente ya detalle quedarás maravillado con todo el arte que hay entre sus más de ocho mil tumbas, algunas con casi 200 años de antigüedad.

Sergio Amador Hernández, director del recinto y la señora Teresa Hernández, quien lleva más de 20 años laborado en esta dirección, narraron en exclusiva para El Sol de Tulancingo como este espacio está lleno de historia, tradición y arte por lo que incluso podría ser considerado como un museo al aire libre.

Al haber criptas del año 1830 y que incluso son usadas como referencia para calcular el tiempo del panteón, es imposible que su estructura y estilo pasen desapercibido, pues desde la entrada hay esculturas de mármol, piezas de más de dos metros de altura que hacen referencia al respeto y cosmovisión que tenemos los mexicanos hacia la muerte: una celebración.

En particular, en el panteón municipal de Tulancingo, se percibe desde el momento en que se pone un pie dentro del campo santo, un ambiente de paz y tranquilidad, tal vez se deba a las sombras que dan los gigantescos árboles que hay por todos lados “es un lugar muy bonito, a nosotros nos sorprende que los domingos o sábados vienen familias enteras e incluso comer aún lado de sus tumbas, ahí adentro con los finaditos y ahí pasan un buen rato”, aseguró.

En este gran y ancestral espacio de varios kilómetros a la redonda, hay ocho mil 164 tumbas divididas en dos secciones que, a su vez, tienen 12 áreas. Pero el número total de difuntos se desconoce, pues hay tumbas que tienen hasta 5 cuerpos cada uno, agregadas de los que están en el osatorio, que son cerca de 300.

“Hay tumbas desde 1830, 1860, lápidas encontradas desde 1886, unos monumentos preciosos que son muy antiguos de mármol fino importado de Italia, incluso hay siete monumentos resguardados por el INAH”, especificaron.

Estas obras de arte, talladas a mano hace cientos de años, se encuentran en distintas partes del camposanto, dos están en la entrada, son unas musas con apariencia griega, su finura y delicadeza es tanta que pareciera que sus vestidos están volando en el aire. . . . . . . . . . . . . . . . .

En la lista de protegidos y resguardados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), también están otras tumbas y monumentos de mármol blanco ubicados en las siguientes áreas: 1, 7, 9, 11 y una cruz de cantera gigante que estaba en el antiguo panteón municipal y que ahora es el jardín La Floresta, ubicado justo frente a la Catedral Metropolitana.

“Hay unas personas que se la quieren llevar a su lugar de origen en el Jardín, por donde está la fuente, ahí estaba la cruz de cantera. Pero no se pueden mover sin autorización, están protegidas por la antigüedad y por el material: mármol fino de Italia. Son una belleza, algo hermoso…esculturas, esa es la palabra, forma parte de la historia de Tulancingo.

Dentro de este “museo al aire libre” yacen los restos de personas provenientes de Francia, Argentina, España, Arabia Saudita y por supuesto México y de distintos pueblos de Hidalgo como lo es Remigio de la Fuente, acaxochiteco acaecido en 1905, que alberga un peculiar fenómeno en su tumba.

Sin importar el clima o época del año, el pequeño sarcófago que está en la superficie de su tumba siempre está lleno de agua cristalina, fría y como recién emanada de una fuente, lo curioso acá es que este fenómeno es imposible de explicar pues, no hay alguna corriente de agua subterránea que lo pueda alimentar.

“Desde que llegué, mis compañeros ya habían descubierto que había una tumba con un sarcófago de 4 patitas que se llenaba de agua y no hay una explicación para hacerlo porque está completamente cerrado, no hay filtraciones, es agua cristalina, fría y fresca. Lo han vaciado varias veces y el agua siempre regresa. De hecho, vino un chamán de Catemaco y según don Remigio de la Fuente hacía fuentes, no era su apellido, era su oficio y supuestamente está pagando una manda, por eso está cuidando el agua, no importa el clima, siempre está lleno de agua el sarcófago”, narró con mucha emoción doña Tere.

Además de don Remigio, hay otras leyendas imperdibles, como lo es la de Don Pánfilo García, hacendario de Tulancingo que supuestamente fue muy malo por lo que la tierra lo expulsaba cada que era enterrado, incluso, en la superficie de la tumba hay dos puertas de metal que eran cerradas con grandes cadenas, pero, aun así, don Pánfilo era rechazado por el camposanto, hasta que fue movido a otro lugar.

Al cuestionar si sentían algún tipo de miedo o sentimiento extraño de trabajar literalmente entre los muertos, ambos coincidieron en que no, pues incluso trabajaron de madrugada durante la pandemia y han logrado ver este sitio como su segundo hogar “el panteón nos da paz, tranquilidad, calma”.

Este sitio, al ser un lugar cargado de energía, desgraciadamente es utilizado como espacio para enterrar brujerías y hechicerías, mismas que al ser detectadas son tiradas inmediatamente, pues el personal respeta tanto a los vivos como a los muertos.

“De las brujerías y hechicerías si hay un buen, las aviantan. Pero las tiramos a la basura, le pedimos a los muchachos que lo levantan con pala y guantes, es muy común porque entra la gente y no podemos revisar las bolsas. Una vez vimos a un señor guardado duendes, pero no les podemos negar el acceso”, explicaron.

Además de estas actividades hay otras que afectan de una manera u otra al panteón, como lo es el robo, principalmente de cosas de metal o hierro fundido que se mal venden en el fierro viejo.

Este enorme y bello lugar es referencia del crecimiento del municipio, dentro de él hay millas de historias que merecen ser contadas. Entre algunas de otras curiosidades de este sitio, está una capilla que cuenta con energía eléctrica y que pagan los familiares, o un árbol de hojas rojas y pequeñas que fue traído de otro país.

lamentablemente, muchas de las tumbas que hay en el panteón ya están abandonadas.


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