/ lunes 11 de marzo de 2024

Exhacienda San Juan Hueyapan, la madre de las haciendas, construida por el primo de Hernán Cortés 

Actualmente, este espacio con cientos de años de historia sirve como hogar para la Confraternidad Sacerdotal de los Operarios del Reino de Cristo

La Exhacienda San Juan Hueyapan, ubicada en el municipio de Huasca de Ocampo, fue creada y fundada por un familiar cercano de Hernán Cortés: Pedro de Paz.

Además de Pedro Romero de Terreros, mejor conocido como El Conde de Regla, también hubo otros personajes extranjeros provenientes de España que decidieron asentarse en el municipio de Huasca de Ocampo, como fue Pedro de Paz, primo de Hernán Cortés, quién en 1535 construyó la hacienda de San Juan Hueyapan, un increíble lugar rodeado de paisajes naturales que todavía conserva sus caballerizas, establos y una capilla.

De acuerdo con el libro titulado “La Hacienda de Hueyapan”, de la escritora Edith Boortein Couturier, esta edificación es considerada “la madre de las haciendas” ya que su construcción data del año de 1535. Funcionaba como un centro de producción donde se obtenía todo lo referente a la agricultura y ganadería, entre otras cosas.

Posteriormente, su principal actividad fue la producción de pulque elaborado con los magueyes cultivados en sus tierras y fue tan exitoso este rubro que se construyó una estación de ferrocarril dentro de la propiedad. Ya en el siglo XX por los cambios políticos y económicos del país, la hacienda cambió su giro a la crianza de toros de lidia, actividad que realizó hasta la década de los 50.

Boortein Couturier describe la historia de la Exhacienda como la base de edificios similares en distintas partes del estado, y es la más antigua de la región.

Paz, siguiendo la práctica de muchos encomenderos viejos, se casó en su lecho de muerte con Francisca Ferrar, azafata de la esposa de Martín Cortés. Doña Francisca, posteriormente, se casó con un hijo del conquistador Andrés Tapia, el que se hizo cargo de las encomiendas en 1590. Los Tapia, aunque continuaron con el título de encomenderos, se concentraron en la acumulación de tierras, organizando la producción agrícola y especulando con bienes raíces.

En el siglo XVII se presentó una desintegración parcial de las haciendas, al no existir ninguna familia poderosa en la región. Fue así como las relaciones de la élite local con la tierra y la empresa económica, aunadas a la presencia de diversas familias aristocráticas en la región, delinearon los patrones de la formación, del control y del deterioro de ellas de la zona de Huasca.

Por su parte, Pedro Romero de Terreros, el conde de Regla, en 1780 (año de su muerte) compró a los Tello en 40 mil pesos la hacienda de San Juan Hueyapan, con 14 mil 344 hectáreas, que llegó a ser la máxima extensión de esta hacienda.

A partir de 1780, en forma gradual, la familia Landero fue reemplazando a los Regla. Esta familia formó el último de los imperios en la explotación de la plata y de la tierra, completando el ciclo de 200 años iniciado por los Tello.

San Juan Hueyapan fue convertida por José Landero en una eficiente unidad productiva, por medio de un proceso que llevó algunos años y que se puede denominar como la modernización de la hacienda. Esta modernización implicó grandes obras de ingeniería para las labores de riego y aportó nuevas formas de financiamiento, no usadas antes por las haciendas de la región.

La lógica empresarial capitalista tuvo un impacto significativo en la hacienda, abarcando diversos aspectos durante el proceso de modernización. Esto incluyó la implementación de grandes obras de irrigación, nuevas formas de financiamiento, contratación de trabajos, adopción de tecnología agrícola avanzada, diversificación de cultivos, uso de semillas mejoradas, selección de razas animales, técnicas modernas de administración como la nueva contabilidad, la fragmentación de la hacienda en unidades productivas y la eliminación del paternalismo por parte de los administradores, así como la introducción de nuevos contratos para los medieros, entre otros cambios.

Aunque este proceso ofreció la posibilidad de obtener ganancias en la explotación de la hacienda, también generó fuertes potenciales de descontento en la región, incluyendo a los propios trabajadores cuyas condiciones de vida se vieron afectadas negativamente. Estas circunstancias llevaron a que la reforma agraria se extendiera rápidamente en la región, resultando en el desmembramiento de San Juan Hueyapan en un lapso de dos años, específicamente de 1935 a 1937.

Posteriormente, en los inicios de la década de 1980 la hacienda fue integrada a la Confraternidad Sacerdotal de los Operarios del Reino de Cristo e incluso ha sido locación para diferentes series de streaming.

Cuenta todavía con sus talaveras, caballerizas, establos y una capilla. Construida en el casco de la hacienda, probablemente en el siglo XVIII, ha sufrido varias transformaciones sobre todo durante la etapa de Don José de Landero y Cos. Se trata de un templo de una sola nave con muros de mampostería, cubierto con techo de dos aguas con base en tejamanil. Tiene un altar en el presbiterio y otro en cada uno de los muros, recibe la luz por la puerta principal y por dos ventanas alargadas con cerramientos. La fachada principal es la de tabique y se remata por una espadaña de tres vanos culminando en un arco de medio punto.


La Exhacienda San Juan Hueyapan, ubicada en el municipio de Huasca de Ocampo, fue creada y fundada por un familiar cercano de Hernán Cortés: Pedro de Paz.

Además de Pedro Romero de Terreros, mejor conocido como El Conde de Regla, también hubo otros personajes extranjeros provenientes de España que decidieron asentarse en el municipio de Huasca de Ocampo, como fue Pedro de Paz, primo de Hernán Cortés, quién en 1535 construyó la hacienda de San Juan Hueyapan, un increíble lugar rodeado de paisajes naturales que todavía conserva sus caballerizas, establos y una capilla.

De acuerdo con el libro titulado “La Hacienda de Hueyapan”, de la escritora Edith Boortein Couturier, esta edificación es considerada “la madre de las haciendas” ya que su construcción data del año de 1535. Funcionaba como un centro de producción donde se obtenía todo lo referente a la agricultura y ganadería, entre otras cosas.

Posteriormente, su principal actividad fue la producción de pulque elaborado con los magueyes cultivados en sus tierras y fue tan exitoso este rubro que se construyó una estación de ferrocarril dentro de la propiedad. Ya en el siglo XX por los cambios políticos y económicos del país, la hacienda cambió su giro a la crianza de toros de lidia, actividad que realizó hasta la década de los 50.

Boortein Couturier describe la historia de la Exhacienda como la base de edificios similares en distintas partes del estado, y es la más antigua de la región.

Paz, siguiendo la práctica de muchos encomenderos viejos, se casó en su lecho de muerte con Francisca Ferrar, azafata de la esposa de Martín Cortés. Doña Francisca, posteriormente, se casó con un hijo del conquistador Andrés Tapia, el que se hizo cargo de las encomiendas en 1590. Los Tapia, aunque continuaron con el título de encomenderos, se concentraron en la acumulación de tierras, organizando la producción agrícola y especulando con bienes raíces.

En el siglo XVII se presentó una desintegración parcial de las haciendas, al no existir ninguna familia poderosa en la región. Fue así como las relaciones de la élite local con la tierra y la empresa económica, aunadas a la presencia de diversas familias aristocráticas en la región, delinearon los patrones de la formación, del control y del deterioro de ellas de la zona de Huasca.

Por su parte, Pedro Romero de Terreros, el conde de Regla, en 1780 (año de su muerte) compró a los Tello en 40 mil pesos la hacienda de San Juan Hueyapan, con 14 mil 344 hectáreas, que llegó a ser la máxima extensión de esta hacienda.

A partir de 1780, en forma gradual, la familia Landero fue reemplazando a los Regla. Esta familia formó el último de los imperios en la explotación de la plata y de la tierra, completando el ciclo de 200 años iniciado por los Tello.

San Juan Hueyapan fue convertida por José Landero en una eficiente unidad productiva, por medio de un proceso que llevó algunos años y que se puede denominar como la modernización de la hacienda. Esta modernización implicó grandes obras de ingeniería para las labores de riego y aportó nuevas formas de financiamiento, no usadas antes por las haciendas de la región.

La lógica empresarial capitalista tuvo un impacto significativo en la hacienda, abarcando diversos aspectos durante el proceso de modernización. Esto incluyó la implementación de grandes obras de irrigación, nuevas formas de financiamiento, contratación de trabajos, adopción de tecnología agrícola avanzada, diversificación de cultivos, uso de semillas mejoradas, selección de razas animales, técnicas modernas de administración como la nueva contabilidad, la fragmentación de la hacienda en unidades productivas y la eliminación del paternalismo por parte de los administradores, así como la introducción de nuevos contratos para los medieros, entre otros cambios.

Aunque este proceso ofreció la posibilidad de obtener ganancias en la explotación de la hacienda, también generó fuertes potenciales de descontento en la región, incluyendo a los propios trabajadores cuyas condiciones de vida se vieron afectadas negativamente. Estas circunstancias llevaron a que la reforma agraria se extendiera rápidamente en la región, resultando en el desmembramiento de San Juan Hueyapan en un lapso de dos años, específicamente de 1935 a 1937.

Posteriormente, en los inicios de la década de 1980 la hacienda fue integrada a la Confraternidad Sacerdotal de los Operarios del Reino de Cristo e incluso ha sido locación para diferentes series de streaming.

Cuenta todavía con sus talaveras, caballerizas, establos y una capilla. Construida en el casco de la hacienda, probablemente en el siglo XVIII, ha sufrido varias transformaciones sobre todo durante la etapa de Don José de Landero y Cos. Se trata de un templo de una sola nave con muros de mampostería, cubierto con techo de dos aguas con base en tejamanil. Tiene un altar en el presbiterio y otro en cada uno de los muros, recibe la luz por la puerta principal y por dos ventanas alargadas con cerramientos. La fachada principal es la de tabique y se remata por una espadaña de tres vanos culminando en un arco de medio punto.


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