TIZAYUCA, Hgo.- Si alguien les hubiera advertido que “las casas en Paseos del Pedregal se caen o se hunden y se parten en dos”, no la habrían comprado hace un año. Hoy el matrimonio que fue reubicado a otra vivienda mientras derrumban la suya, exigen que la nueva se las garanticen “por 10 años o de por vida”, pues temen que les pase lo mismo que a otros dueños que les repusieron su hogar y se volvieron a agrietar.
Para no poner en riesgo su patrimonio o sufran represalias por la Arrendadora CESVIN S.A. de C.V. a través de su agente de ventas, Roberto Hoyo, la joven pareja que tiene un hijo, se omiten sus identidades, quienes salieron de la Ciudad de México “buscando un ambiente más seguro para nuestro hijo” y encontraron una “pesadilla”, de la que nadie les avisó.
La ama de casa narró que, hace un año compraron una casa dúplex en aproximadamente 300 mil pesos, que sí presentaba grietas leves, “pero no le dimos importancia en ese momento”.
Conforme pasó el tiempo las fallas estructurales se fueron expandiendo y se filtraba el agua, aunque en la casa de arriba era peor los daños; “y nos enteramos que en calle Tantalio ya era la tercera o cuarta vez” que sucedían ese tipo de afectaciones a las viviendas, incluidas en las que volvieron a construir, acusó.
Luego “empezamos a escuchar comentarios sobre más fallas en otras (viviendas)”.
Recordó que cuando compraron su hogar, tuvieron que contratar a un electricista que reparara toda la instalación, luego de que acudieron a la oficina de Hogares Unión para pedir que se hicieran cargo de eso y les informaran que su garantía de vicios ocultos había caducado.
Cierto día de julio, al regresar de la calle, la ama de casa encontró un papel en el piso donde le notificaban que debía desalojar su inmueble de inmediato y entregar las llaves porque la iban a demoler y volver a construir ahí mismo la reposición.
Acordaron con Roberto Hoyo que les entregaría mil pesos para la mudanza y tres mil pesos mensuales para pagar la renta de los siguientes cuatro meses de otra casa a donde se reubicaron provisionalmente, dentro del mismo Paseos del Pedregal, expresó.
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Además le deben reembolsar lo que invirtió en la colocación de un tinaco, agregó. El servicio de internet que contrato lo suspendió y debió adquirir uno nuevo en el actual domicilio.
A poco más de un mes de vivir en una casa ajena, el matrimonio siente “decepción” de haber invertido sus ahorros en un patrimonio que se puede caer, por eso exigen que una vez terminen la reposición de su hogar, se los garanticen por 10 años o por tiempo indefinido, “porque compramos una casa que nos dure”.
La familia teme que les suceda lo que a otro vecino: “les tiraron su casa, les construyeron una nueva y ya se hunde y se partió en dos”.
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