La viruela en aves de postura, es un padecimiento de dispersión lenta que se caracteriza por formar lesiones proliferativas y costras en la piel, y lesiones de tipo diftérico en la porción superior de los tractos digestivo y respiratorio, comienza con protuberancias que se hacen cada vez más grandes hasta asfixiar a sus presa.
Los corrales de guajolotes fueron atacados por esta enfermedad virulenta que según los Médicos Veterinarios Zootecnistas (MVZ) se transmite a través de la cercanía entre las aves infectadas.
Según los MVZ, esta enfermedad no tiene cura, es decir, cuando infecta a una de las aves, todo el corral está destinado a perecer en un lapso de una semana a 15 días, situación que ha preocupado a los criadores de guajolotes.
Los güilos, como se les conoce de manera local, son productores de huevos y carne para el consumo humano, los huevos se venden por pieza en cinco pesos y los güilos de tamaño grande se venden hasta en mil pesos.
Estas aves de corral, se comienzan a engordar después del segundo semestre del año para poder venderlos en temporada navideña o para la cena de fin de año, por lo que representan un ingreso para las familias.
La dieta de los guajolotes se basa en granos como el maíz, forrajes como la alfalfa, a los güilos se les encierra en corrales de malla ciclónica o de palos de mezquite por las noches y por el día pastan libremente en el campo.
Las pérdidas pueden alcanzar 10 mil pesos por diez guajolotes perecidos, por lo que los campesinos volverán a comenzar con la crianza de estas aves de doble propósito, en espera de que crezcan y las puedan vender en temporada decembrina.
Para ello, los campesinos limpian sus corrales, queman las plumas, recogen los cadáveres de los guajolotes y los entierran, por recomendación de los MVZ, para prevenir esta enfermedad, además de vacunar a las aves al momento de salir del cascarón.