/ martes 6 de septiembre de 2022

Ciudadanos se sintieron abandonados: párroco

Los damnificados estuvieron solos y se ayudaron unos a otros

TULA DE ALLENDE, HGO.-Los problemas ocasionados por la inundación que se registró hace un año en este municipio, no fueron resueltos de manera inmediata y provoco a los ciudadanos falta de confianza en las autoridades de los tres niveles de gobierno y hubo un sentido de abandono por parte de las mismas.

Habitantes ven que entre las autoridades se eximen de sus responsabilidades, antecedentes y consecuencias.

Así lo manifestó, ayer, Cutberto Ramírez Gutiérrez, párroco de la iglesia católica de la comunidad San Marcos, quien agregó que literalmente los tulenses, principalmente damnificados, estuvieron solos tras suceder la contingencia y se ayudaron unos a otros.

Los católicos damnificados, dijo, viven aún con cierto temor por el peligro inminente de otro evento similar y otros con desconfianza hacia las autoridades gubernamentales, sin importar sus partidos políticos de procedencia, y muchos tulenses siguen esforzándose en salir adelante con sus propios recursos, esfuerzos y sacrificio, reponiéndose emocional, espiritual y económicamente para salir adelante en la vida.

“Esta desgracia que ocurrió aquí nos ha de llevar a tomar conciencia de lo grave de la situación y la necesidad urgente de atenderla de manera integral, interdisciplinaria y colaborativa, con las diferentes instancias de gobierno, sociedad civil, organizaciones ambientales nacionales e internacionales, para que Tula y todo el Valle del Mezquital tenga una salud digna y un modo de vivir pleno” dijo el entrevistado.

El religioso expresó que el sentir de la mayoría de fieles católicos es que tienen una gran sospecha e incertidumbre sobre lo que puede volver a suceder, principalmente en esta ciudad.

Cutberto Ramírez mencionó que entre algunos pobladores se despertó el sentido de solidaridad y caridad cristianas para con los que más sufren hasta el día de hoy, a un año de suceder la inundación.

“De varias parroquias y otras diócesis, hubo ayuda constante en el momento de la desgracia y posterior para auxiliar a los damnificados con alimentos, ropa, enseres de limpieza y otros artículos, así como posterior a los días más críticos se ayudó a las personas para restablecer sus viviendas y animarles espiritualmente” indicó.

También te puede interesar: Covid cobra la vida de tres sacerdotes

El párroco señaló que en algunos fieles católicos esto los llevó a no sentirse solos o abandonados y adoptar la conciencia de ayudar y solidarizarse con quien más lo necesita, y que nuestra fe no sólo se vive dentro de un templo sino fuera de él, en la vida diaria.


TULA DE ALLENDE, HGO.-Los problemas ocasionados por la inundación que se registró hace un año en este municipio, no fueron resueltos de manera inmediata y provoco a los ciudadanos falta de confianza en las autoridades de los tres niveles de gobierno y hubo un sentido de abandono por parte de las mismas.

Habitantes ven que entre las autoridades se eximen de sus responsabilidades, antecedentes y consecuencias.

Así lo manifestó, ayer, Cutberto Ramírez Gutiérrez, párroco de la iglesia católica de la comunidad San Marcos, quien agregó que literalmente los tulenses, principalmente damnificados, estuvieron solos tras suceder la contingencia y se ayudaron unos a otros.

Los católicos damnificados, dijo, viven aún con cierto temor por el peligro inminente de otro evento similar y otros con desconfianza hacia las autoridades gubernamentales, sin importar sus partidos políticos de procedencia, y muchos tulenses siguen esforzándose en salir adelante con sus propios recursos, esfuerzos y sacrificio, reponiéndose emocional, espiritual y económicamente para salir adelante en la vida.

“Esta desgracia que ocurrió aquí nos ha de llevar a tomar conciencia de lo grave de la situación y la necesidad urgente de atenderla de manera integral, interdisciplinaria y colaborativa, con las diferentes instancias de gobierno, sociedad civil, organizaciones ambientales nacionales e internacionales, para que Tula y todo el Valle del Mezquital tenga una salud digna y un modo de vivir pleno” dijo el entrevistado.

El religioso expresó que el sentir de la mayoría de fieles católicos es que tienen una gran sospecha e incertidumbre sobre lo que puede volver a suceder, principalmente en esta ciudad.

Cutberto Ramírez mencionó que entre algunos pobladores se despertó el sentido de solidaridad y caridad cristianas para con los que más sufren hasta el día de hoy, a un año de suceder la inundación.

“De varias parroquias y otras diócesis, hubo ayuda constante en el momento de la desgracia y posterior para auxiliar a los damnificados con alimentos, ropa, enseres de limpieza y otros artículos, así como posterior a los días más críticos se ayudó a las personas para restablecer sus viviendas y animarles espiritualmente” indicó.

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El párroco señaló que en algunos fieles católicos esto los llevó a no sentirse solos o abandonados y adoptar la conciencia de ayudar y solidarizarse con quien más lo necesita, y que nuestra fe no sólo se vive dentro de un templo sino fuera de él, en la vida diaria.


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