Es la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la responsable de otorgar las concesiones y permisos a empresas e industria para el aprovechamiento del agua superficial y subterránea como los pozos y norias, explicó el ingeniero civil Rubén Pérez Ángeles, miembro de la Asociación Mexicana de Hidráulica filial Hidalgo.
En la oficina en el estado de la Conagua, informaron que les corresponde regular las concesiones y permisos, así como establecer derechos y obligaciones a los concesionarios, contempladas en la Ley de aguas nacionales, y que los que han solicitado les han otorgado se pueden consultar de forma pública en el Registro público de Derechos del Agua (REPDA).
Por su parte, al ser entrevistado el también expresidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Hidalgo, destacó que lo más importante de la función de la dependencia federal es la revisión del buen uso al vital líquido.
Estimó que hay aproximadamente ocho mil concesiones entre superficiales y subterráneas, para luego indicar que tal cantidad rebasa la capacidad de personal suficiente para verificarlas, situación que no es ajena en este tipo de funciones, como pasa a nivel municipal con las Direcciones de Reglamentos y el número reducido de inspectores.
Describió que para tramitar una concesión, lo más importante es “la justificación técnica de cómo la vas a usar” y la Conagua revisa si es justificada, y cuando ya te lo otorgan es con costo para el permisionario la compra e instalación del medidor
Puntualizó que una solicitud en zonas de veda (como lo es a lo largo del acueducto Pachuca-Cuautitlán) y donde ya no hay disponibilidad, “te niegan el permiso”, y en caso de no haber veda y si haya disponibilidad “se analiza” la petición.
En todo esto, resaltó que los alcaldes juegan un papel importante, pues de acuerdo con el artículo 15 constitucional tienen la obligación de dotar del abasto, “pero se cae en los excesos” como en Ixmiquilpan, ahí en el pasado un candidato a presidente municipal prometió abrir un pozo por cada colonia, luego ganó y no cumplió.
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El pago del permiso para explotar un pozo “es simbólico”, lo que cuesta es la infraestructura, de ahí que no es fácil para un alcalde, porque requiere de una alta inversión monetaria.