/ lunes 15 de abril de 2024

Maribel Domínguez trascendió en tiempos complicados

En sus inicios tuvo que caracterizarse como niño, para poder jugar futbol

Nacida en la Ciudad de México pero de padres originarios de Cuautepec de Hinojosa, Maribel Domínguez se abrió paso en el futbol femenil desde niña, aguantando comentarios misóginos, actitudes machistas y discriminatorias, tratos que no le impidieron convertirse en una de las mejores futbolistas que ha dado México, incluso, considerada como una de las mejores a nivel mundial, dejando huella en el Barcelona de España, donde fue goleadora y referente.

La ex futbolista y ex entrenadora de combinados nacionales femeniles, dijo en entrevista que toda su familia y la mayoría de sus hermanos son originarios de Hidalgo, específicamente de la comunidad del Nectario, perteneciente al municipio de Cuautepec de Hinojosa.

“Yo siempre me he sentido parte de Hidalgo, puesto que mi padre y mi madre son oriundos de este estado, por eso siempre me he sentido de aquí. Yo nací en la Ciudad de México, viví 15 años por allá y después nos regresamos acá a Hidalgo con mi mamá y toda mi familia porque todos los Domínguez Castelán están de aquel lado, del Nectario”.

Narró que, cuando su madre estaba más joven, viajó al entonces llamado Distrito Federal para buscar trabajo, y allá nació ella, además de dos de sus hermanos, los más pequeños, “yo soy de donde es mi familia y si mi familia es de Hidalgo, yo también me siento parte del Hidalgo”.

Las Primeras Patadas

Reconoció que fue muy difícil para ella incursionar en el fútbol. “Hace 40, 30 años había mucho más machismo del que existe ahora, antes fue mucho más difícil para mí crecer. De hecho yo me hice pasar por niño con los chavos que jugaban en la localidad que vivíamos. Yo me hice pasar por Mario para que pudiera jugar con ellos porque las mujeres no estaba bien visto que jugarán”, narró.

Cuando Maribel acudía a una cancha de futbol, era rechazada por ser mujer; “con mi colita y todo me veían mal, hasta que decidí cortarme el cabello y de esa manera fue así que me hice pasar por niño y a los siete años ya andaba en la cancha jugando con los chavitos”.

Sus hermanos siempre fueron futbolistas, y aunque no alcanzaron el profesionalismo, Maribel siempre los acompañaba a sus partidos, “ellos fueron las dos motivaciones más grandes que tuve, y al verlos jugar, así fue como creció más el amor por el fútbol”.

Vuelve a Ser "Ella"

Por mucho tiempo jugó bajo el nombre de “Mario Domínguez”, hasta que conoció a alguien en la Ciudad de México, y la invitaron a jugar en una liga más estructurada del fútbol femenil.

“Yo estaba muy chavita y solo sabía de mi entorno, mi barrio donde vivía, pero en Cabeza de Juárez, en la Ciudad de México, fue donde me invitaron a participar y ya fue algo totalmente diferente; conocí el futbol femenil, empecé a asistir y después me invitaron a formar parte de la selección del Distrito Federal que en ese tiempo jugaba la Olimpiada Juvenil… tuve la oportunidad de jugar ese torneo, y después me vio gente de la Federación Mexicana y fue como comencé en la preselección, cuando tenía 15 añitos”, recordó.

Sin duda, el machismo y la falta de apoyo fueron las principales dificultades que enfrentó en sus inicios como futbolista, “mi madre siempre remó contra corriente, trabajando en casa y lavando ajeno; la excusa que tenía era con ella misma, porque me decía que yo era niña y que tenía que estar en la casa ayudándole”.


Ante ello, Maribel Domínguez hizo un acuerdo con su madre: “yo te ayudo a hacer el quehacer de la casa, a lavar ajeno, pero yo voy a jugar después. Y así fue como hicimos el trueque”.

Más Obstaculos

Tras convencer a su madre de que la dejara jugar futbol, Maribel se enfrentaría ahora al machismo en este deporte.

“El que yo llegara a un campo deportivo y que tuviera que adaptarme a hablar de otra manera, no siendo yo, porque ya todo mundo decía que yo era un niño, que era un marimacho; metía muchos goles en ese tiempo porque yo crecí con los niños… tenía más conocimiento por jugar con ellos, y cuando jugaba con las niñas yo metía de cinco hasta ocho goles, y todo mundo me gritaba de cosas”, recordó.

“Marigol” reconoció que en ese entonces hubo un momento en el que ya no quería entrar a la cancha, le daba miedo expresarse por todas las cosas que le decían, incluso dejó de jugar un tiempo por esta situación.

“Pero me encontré con gente muy buena onda, que me jaló y me dijo que no me importara eso, que todo lo contrario. Y fue entonces que me dio mucho coraje interno y fue algo que me metí en el corazón y dije yo tengo que darle la vuelta a la página y tengo que demostrar que este deporte no solo es para hombres”.

Maribel destacó en selecciones nacionales, pero también lamentó que no existiera en su propio país una liga femenil en aquellos años, “también fue un obstáculo el no tener una liga en mi país para poder desarrollarme a nivel profesional; eso viene después, pero lo más importante es la oportunidad que uno se brindó para venir al extranjero”.

Buscando Nuevos Aires

Domínguez, en primera instancia, viajó a los Estados Unidos de Norteamérica, donde también se enfrentó al idioma y a otras situaciones, se fue a la aventura y asegura que no se arrepiente.

“Tuve mucho llanto, muchas ganas de regresarme a mi casa porque finalmente allá las norteamericanas como que no creían en uno y no terminábamos de entrar en ese círculo social, pero me aguanté y traté de demostrar dentro del campo que yo podía jugar al fútbol”.

También recordó que llegar a Barcelona fue algo muy peculiar. “Nosotros estábamos jugando en selección y recuerdo que se dio la oportunidad de jugar a Estados Unidos; fui un año a jugar y se cayó la liga, no había nada de fútbol ni allá ni acá. Pero mi representante era muy amigo del presidente del equipo de Celaya, un día se fueron a comer y me marcó, me dijo que andaban buscando un 9”.

“Como yo me había quedado sin equipo, pues para entrar a selección nosotros tenemos que estar activas y eso me movía a mí. Yo recuerdo que le dije a mi representante que yo quería entrenar y se dio la oportunidad de hacerlo con el Celaya, y así fue como se dio ese boom que trascendió a nivel mundial, algo que nunca imaginé, y así fue que mi nombre sobresalió”, recordó.

Además, como anécdota, Domínguez fue tema de conversación en todos los medios de comunicación debido a la posibilidad de que una mujer jugara en un equipo profesional varonil, en México, algo que finalmente no permitió la FIFA, pero que le abrió la posibilidad a la jugadora de ser fichada por el Barcelona.

“Estaban en el último lugar de la tabla de 16 equipos, entonces jugué dos temporadas y el equipo empezó a avanzar junto con otros fichajes que hicieron, el equipo se vio consolidado, jugamos la Copa de la Reina que era el objetivo, los dos años seguidos jugamos esta Copa”.

La aventura de Maribel Domínguez en España continúo en la división de ascenso, con el Unió Esportiva L'Estartit, de Girona, donde jugó prácticamente cinco años, primero logrando el ascenso a la máxima categoría y contribuyendo para que el equipo se mantuviera ahí por algunas temporadas.

Sin embargo, en el viejo continente también enfrentó situaciones difíciles, sobre todo por la discriminación racial.

“Encuentras de todo, gente muy buena, muy linda, en el club (Barcelona) me brindaron todo, me dieron todo lo que necesitaba, me hicieron sentir en casa, pero también hubo machismo y discriminación, hubo quienes me comparaban con un chango, así como en su momento le aventaron a Eto’o su banana, a mí también me la aventaron”.

La ex futbolista mexicana incluso estuvo con Laporta, Florentino Pérez, David Beckham, Samuel Eto’o y todas las figuras de ese entonces, para firmar el libro de “No al racismo”.

“Porque allá agarraban parejo, tanto a los equipos de primera división como a las chicas, nos decían de todo. Cuando yo me fui a Barcelona tuve un charla con Hugo Sánchez, quien me decía que no me regresara, que me iba a sentir mal”.

Lo Negativo, Como Aliciente

A Maribel le decían de todo desde las gradas de los estadios donde jugó, pero lo único que provocaba en ella era ese coraje y esas ganas de festejarlo con sus goles y devolverles “la cortesía”, parándose enfrente y bailándoles.

“Fue doloroso, pero creo que fue parte del crecimiento, tanto allá como acá, pero lo más bonito es que ahora volteamos a ver hacia atrás, y España tiene una liga muy bonita y estructurada; el Barcelona es uno de los mejores y juega la Champions, y aquí en México, nuestra liga está caminando muy bien y ya vamos a tener Concachampions y también vamos a tener torneos importantes”, celebró.

La exfutbolista aseguró que valió la pena haber pasado por todos esos malos momentos y obstáculos para que hoy exista una liga mejor hecha.

Actualmente, Maribel Domínguez tiene un proyecto de escuela de fútbol en la cancha de Huapalcalco, en Tulancingo, donde busca darles a los jóvenes una oportunidad real de competición, “donde ellos crezcan, se hagan, se formen y posteriormente ayudarlos a llegar al profesionalismo, tanto mujeres como hombres, ahorita estamos trabajando con un Centro de Alto Rendimiento que se llama Nuevos Talentos, trabajando con niños, y si veo que un niño tiene un potencial de fútbol hay que pulirlo y después darle la oportunidad de visoria, sin cobrar nada”, concluyó


Nacida en la Ciudad de México pero de padres originarios de Cuautepec de Hinojosa, Maribel Domínguez se abrió paso en el futbol femenil desde niña, aguantando comentarios misóginos, actitudes machistas y discriminatorias, tratos que no le impidieron convertirse en una de las mejores futbolistas que ha dado México, incluso, considerada como una de las mejores a nivel mundial, dejando huella en el Barcelona de España, donde fue goleadora y referente.

La ex futbolista y ex entrenadora de combinados nacionales femeniles, dijo en entrevista que toda su familia y la mayoría de sus hermanos son originarios de Hidalgo, específicamente de la comunidad del Nectario, perteneciente al municipio de Cuautepec de Hinojosa.

“Yo siempre me he sentido parte de Hidalgo, puesto que mi padre y mi madre son oriundos de este estado, por eso siempre me he sentido de aquí. Yo nací en la Ciudad de México, viví 15 años por allá y después nos regresamos acá a Hidalgo con mi mamá y toda mi familia porque todos los Domínguez Castelán están de aquel lado, del Nectario”.

Narró que, cuando su madre estaba más joven, viajó al entonces llamado Distrito Federal para buscar trabajo, y allá nació ella, además de dos de sus hermanos, los más pequeños, “yo soy de donde es mi familia y si mi familia es de Hidalgo, yo también me siento parte del Hidalgo”.

Las Primeras Patadas

Reconoció que fue muy difícil para ella incursionar en el fútbol. “Hace 40, 30 años había mucho más machismo del que existe ahora, antes fue mucho más difícil para mí crecer. De hecho yo me hice pasar por niño con los chavos que jugaban en la localidad que vivíamos. Yo me hice pasar por Mario para que pudiera jugar con ellos porque las mujeres no estaba bien visto que jugarán”, narró.

Cuando Maribel acudía a una cancha de futbol, era rechazada por ser mujer; “con mi colita y todo me veían mal, hasta que decidí cortarme el cabello y de esa manera fue así que me hice pasar por niño y a los siete años ya andaba en la cancha jugando con los chavitos”.

Sus hermanos siempre fueron futbolistas, y aunque no alcanzaron el profesionalismo, Maribel siempre los acompañaba a sus partidos, “ellos fueron las dos motivaciones más grandes que tuve, y al verlos jugar, así fue como creció más el amor por el fútbol”.

Vuelve a Ser "Ella"

Por mucho tiempo jugó bajo el nombre de “Mario Domínguez”, hasta que conoció a alguien en la Ciudad de México, y la invitaron a jugar en una liga más estructurada del fútbol femenil.

“Yo estaba muy chavita y solo sabía de mi entorno, mi barrio donde vivía, pero en Cabeza de Juárez, en la Ciudad de México, fue donde me invitaron a participar y ya fue algo totalmente diferente; conocí el futbol femenil, empecé a asistir y después me invitaron a formar parte de la selección del Distrito Federal que en ese tiempo jugaba la Olimpiada Juvenil… tuve la oportunidad de jugar ese torneo, y después me vio gente de la Federación Mexicana y fue como comencé en la preselección, cuando tenía 15 añitos”, recordó.

Sin duda, el machismo y la falta de apoyo fueron las principales dificultades que enfrentó en sus inicios como futbolista, “mi madre siempre remó contra corriente, trabajando en casa y lavando ajeno; la excusa que tenía era con ella misma, porque me decía que yo era niña y que tenía que estar en la casa ayudándole”.


Ante ello, Maribel Domínguez hizo un acuerdo con su madre: “yo te ayudo a hacer el quehacer de la casa, a lavar ajeno, pero yo voy a jugar después. Y así fue como hicimos el trueque”.

Más Obstaculos

Tras convencer a su madre de que la dejara jugar futbol, Maribel se enfrentaría ahora al machismo en este deporte.

“El que yo llegara a un campo deportivo y que tuviera que adaptarme a hablar de otra manera, no siendo yo, porque ya todo mundo decía que yo era un niño, que era un marimacho; metía muchos goles en ese tiempo porque yo crecí con los niños… tenía más conocimiento por jugar con ellos, y cuando jugaba con las niñas yo metía de cinco hasta ocho goles, y todo mundo me gritaba de cosas”, recordó.

“Marigol” reconoció que en ese entonces hubo un momento en el que ya no quería entrar a la cancha, le daba miedo expresarse por todas las cosas que le decían, incluso dejó de jugar un tiempo por esta situación.

“Pero me encontré con gente muy buena onda, que me jaló y me dijo que no me importara eso, que todo lo contrario. Y fue entonces que me dio mucho coraje interno y fue algo que me metí en el corazón y dije yo tengo que darle la vuelta a la página y tengo que demostrar que este deporte no solo es para hombres”.

Maribel destacó en selecciones nacionales, pero también lamentó que no existiera en su propio país una liga femenil en aquellos años, “también fue un obstáculo el no tener una liga en mi país para poder desarrollarme a nivel profesional; eso viene después, pero lo más importante es la oportunidad que uno se brindó para venir al extranjero”.

Buscando Nuevos Aires

Domínguez, en primera instancia, viajó a los Estados Unidos de Norteamérica, donde también se enfrentó al idioma y a otras situaciones, se fue a la aventura y asegura que no se arrepiente.

“Tuve mucho llanto, muchas ganas de regresarme a mi casa porque finalmente allá las norteamericanas como que no creían en uno y no terminábamos de entrar en ese círculo social, pero me aguanté y traté de demostrar dentro del campo que yo podía jugar al fútbol”.

También recordó que llegar a Barcelona fue algo muy peculiar. “Nosotros estábamos jugando en selección y recuerdo que se dio la oportunidad de jugar a Estados Unidos; fui un año a jugar y se cayó la liga, no había nada de fútbol ni allá ni acá. Pero mi representante era muy amigo del presidente del equipo de Celaya, un día se fueron a comer y me marcó, me dijo que andaban buscando un 9”.

“Como yo me había quedado sin equipo, pues para entrar a selección nosotros tenemos que estar activas y eso me movía a mí. Yo recuerdo que le dije a mi representante que yo quería entrenar y se dio la oportunidad de hacerlo con el Celaya, y así fue como se dio ese boom que trascendió a nivel mundial, algo que nunca imaginé, y así fue que mi nombre sobresalió”, recordó.

Además, como anécdota, Domínguez fue tema de conversación en todos los medios de comunicación debido a la posibilidad de que una mujer jugara en un equipo profesional varonil, en México, algo que finalmente no permitió la FIFA, pero que le abrió la posibilidad a la jugadora de ser fichada por el Barcelona.

“Estaban en el último lugar de la tabla de 16 equipos, entonces jugué dos temporadas y el equipo empezó a avanzar junto con otros fichajes que hicieron, el equipo se vio consolidado, jugamos la Copa de la Reina que era el objetivo, los dos años seguidos jugamos esta Copa”.

La aventura de Maribel Domínguez en España continúo en la división de ascenso, con el Unió Esportiva L'Estartit, de Girona, donde jugó prácticamente cinco años, primero logrando el ascenso a la máxima categoría y contribuyendo para que el equipo se mantuviera ahí por algunas temporadas.

Sin embargo, en el viejo continente también enfrentó situaciones difíciles, sobre todo por la discriminación racial.

“Encuentras de todo, gente muy buena, muy linda, en el club (Barcelona) me brindaron todo, me dieron todo lo que necesitaba, me hicieron sentir en casa, pero también hubo machismo y discriminación, hubo quienes me comparaban con un chango, así como en su momento le aventaron a Eto’o su banana, a mí también me la aventaron”.

La ex futbolista mexicana incluso estuvo con Laporta, Florentino Pérez, David Beckham, Samuel Eto’o y todas las figuras de ese entonces, para firmar el libro de “No al racismo”.

“Porque allá agarraban parejo, tanto a los equipos de primera división como a las chicas, nos decían de todo. Cuando yo me fui a Barcelona tuve un charla con Hugo Sánchez, quien me decía que no me regresara, que me iba a sentir mal”.

Lo Negativo, Como Aliciente

A Maribel le decían de todo desde las gradas de los estadios donde jugó, pero lo único que provocaba en ella era ese coraje y esas ganas de festejarlo con sus goles y devolverles “la cortesía”, parándose enfrente y bailándoles.

“Fue doloroso, pero creo que fue parte del crecimiento, tanto allá como acá, pero lo más bonito es que ahora volteamos a ver hacia atrás, y España tiene una liga muy bonita y estructurada; el Barcelona es uno de los mejores y juega la Champions, y aquí en México, nuestra liga está caminando muy bien y ya vamos a tener Concachampions y también vamos a tener torneos importantes”, celebró.

La exfutbolista aseguró que valió la pena haber pasado por todos esos malos momentos y obstáculos para que hoy exista una liga mejor hecha.

Actualmente, Maribel Domínguez tiene un proyecto de escuela de fútbol en la cancha de Huapalcalco, en Tulancingo, donde busca darles a los jóvenes una oportunidad real de competición, “donde ellos crezcan, se hagan, se formen y posteriormente ayudarlos a llegar al profesionalismo, tanto mujeres como hombres, ahorita estamos trabajando con un Centro de Alto Rendimiento que se llama Nuevos Talentos, trabajando con niños, y si veo que un niño tiene un potencial de fútbol hay que pulirlo y después darle la oportunidad de visoria, sin cobrar nada”, concluyó


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