Pedro de Gante, Juan de Tecto y Juan de Aora, fueron los tres primeros misioneros en llegar a la Nueva España. Era el año 1523.
En Texcoco desarrollaron con gran empeño su tarea evangelizadora.
Los esfuerzos fueron conmovedores.
Tenochtitlán había sido avasallada, Y Hernán Cortés era el fuerte capitán y regidor de la política.
Texcoco que había sido aliado de los invasores padecía también las condiciones impuestas como pueblo derrotado, la pobreza era evidente, la idolatría continuaba vigente y el idioma una barrera para desarrollar la transmisión del evangelio.
A base de señas, los frailes dieron a conocer al pueblo texcocano, sus buenas nuevas.
En ese lugar, los tres frailes fundaron el primer convento.
Al poco tiempo Juan de Tecto y Juan de Aora fueron llamados por Cortés para formar parte de la expedición a Las Hibueras en donde el capitán Hernán, castigaría a Cristóbal de Olid por insubordinado.
En Texcoco se quedó Pedro de Gante y realizó su labor evangelizadora en Nueva España.
Durante casi 50 años; fundó hospitales y escuelas, enseñando artes y oficios a los habitantes.
Fray Pedro de Gante aprendió la lengua náhuatl y con ello fortaleció su tarea a favor de la fe, este empeño y cualidades en la enseñanza tratando a todas las personas sin distingos, lo llevó a ser reconocido como el “Primer maestro de América”. Pero también fue un gran defensor de los derechos humanos y envió cartas al rey de España denunciando la serie de abusos de parte de los conquistadores.
En 1527 dejó Texcoco y se mudó a México, ahí los franciscanos ya habían fundado un colegio al cual se incorporó y atendió junto con los religiosos a mas de mil alumnos, brindándoles conocimiento y alimentos.
Enseñaron a los educandos a leer y a escribir y muchos de ellos fueron habilitados como catequistas para extender la fe a los pueblos cercanos y a los no tanto…
A dos años de su llegada, Pedro de Gante construyó 100 espacios para enseñar el catecismo, pintura, bordado, música, escultura. forja de hierro, carpintería, labrado en piedra y otras artes y oficios. A un lado de las iglesias, construyó una casa para atender enfermedades de los habitantes.
El trabajo hizo mella en el sacerdote y en 1548, decidió regresar a Europa sin embargo el cariño que le profesaron los indígenas hizo imposible su retorno a las tierras que lo vieron nacer.
Por ello Pedro de Gante, el Primer maestro de América se quedó en este suelo.
Juan de Tecto y Juan de Aora murieron en la fracasada expedición de Cortés a Honduras.
