/ domingo 10 de septiembre de 2017

La Bella Airosa

¿TORTUGUISMO EN URGENCIAS?

Tulancingo, Hidalgo.-  Algunos usuarios afirman que son lentos algunos servicios de emergencia. Aunque una golondrina no hace verano, toman como referencia lo que ocurrió el pasado 2 de septiembre, cuando un hombre fue atropellado frente a la Central de Autobuses de Pachuca y tuvo que esperar más de 40 minutos para su auxilio. También hay recurrentes quejas respecto a la supuesta tardanza en el Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C4), al que se accede a través del 066 y 911. Dicen que las esperas pueden ser extensas al momento de reportar, además que deben someterse a interrogatorios previos. El delegado estatal de la Cruz Roja, José Saade Kuri, ha hecho un magnífico papel al frente de la institución pues, entre otras cosas, promovió la construcción de dos hospitales, uno en Pachuca y otro en Tulancingo, y han renovado casi integralmente el parque vehicular. Pero estas acciones se eclipsan por la eventual parsimonia con que pudieran estar prestando los servicios de ambulancia, lo que requiere de una sacudida. En la madrugada del 2 de septiembre tuvo que acudir un patrullero de Seguridad Pública a las instalaciones de la Cruz Roja, en el sur de la ciudad, para solicitar una ambulancia. A esa hora se acercó a la recepción y solicitó el servicio comentando que tenía más de media hora esperando el atropellado en el lugar de los hechos, frente a la Central de Autobuses. Las respuestas fueron evasivas de que andaban en otros servicios las ambulancias; a esa hora de la madrugada, como a las 4 am. El cuerpo de la persona arrollada por un taxi fue cubierto con una cobija en tanto que se despabilaban los paramédicos. Se entiende que también el Cuerpo de Bomberos de Pachuca, a cargo de Sebastián Moreno, dispone de unidades para emergencia que tampoco hicieron su aparición. En otra ocasión, un taxi chocó de frente contra una camioneta en el bulevar Las Palomas. La gente empezó a marcar al 911 para reportar el hecho, pero con la sorpresa de que pasaron los minutos y solamente había tono de marcado; no respondían. Fue hasta que se llamó al 066, que es el antiguo número de emergencias, y después de larguísimos segundos para estos casos alguien contestó la llamada y comenzó con el formulario de rutina, en donde la última pregunta era qué había pasado y en qué lugar se dieron los hechos. Así que se requiere una revisión a fondo respecto a la capacidad de respuesta no solo en materia de Policía, sino de ambulancias, bomberos y Protección Civil. Porque se está tutelando lo más valioso que existe, que es la vida y la integridad de las personas. Hechos penosos y desesperantes, como la tardanza de la madrugada del 2 de septiembre, frente a las instalaciones de la Central de Autobuses, no deben repetirse. AUTOMÓVILES Y DESASTRES NATURALES Será por el calentamiento global, el cambio climático o cualquier otra causa, el caso es que cada vez son mayores los eventos catastróficos no solo en las carreteras y en el medio rural, sino también en las ciudades, donde ocurren aparatosas inundaciones. En ese escenario, los daños son mayúsculos, tanto en viviendas como en automóviles, y en muchos casos las empresas aseguradoras no responden por averías causadas por desastres naturales ni por disturbios sociales. Podrían impulsar iniciativas de mejora legislativa en esta materia, para el caso de Hidalgo, los diputados federales Alfredo Bejos, Fernando Moctezuma, Carolina Viggiano y Jorge Márquez, entre otros. De acuerdo con los expertos, en el primer semestre del 2016 las pérdidas económicas reportadas a nivel global por desastres naturales y provocados por el hombre alcanzaron 71 mil millones de dólares, 38% más que las ocurridas en el mismo periodo del año anterior. Se calcula que el sector asegurador pagó alrededor de 31 mil millones de dólares, que significa el 31% arriba de lo erogado en el mismo lapso del periodo inmediato anterior, y se refieren a diversos peligros como tormentas eléctricas, incendios forestales, inundaciones, deslaves y terremotos. En la Ciudad de México y en el Estado de México, que son gobernados por Miguel Mancera y Eruviel Ávila, respectivamente, se han producido últimamente aparatosos anegamientos que han generado pérdidas muy graves. Las afectaciones también se producen en automóviles que son arrastrados por las corrientes, quedan inservibles y que aun cuando disponen de seguros, éstos no se hacen efectivos. A nivel mundial se está reconociendo que cada vez son más frecuentes los desastres naturales y por lo mismo las empresas aseguradoras no quieren responder. Las que sí lo hacen, en sus clausulas derivadas por riesgos climáticos y obligaciones de catástrofe, cobran carísimas las pólizas. En México, desde el año 1996, cuando era presidente Ernesto Zedillo, se creó el FONDEN, que es el Fondo de Desastres Naturales del Gobierno Federal, que ha sido muy oportuno pero cuyo presupuesto en muchos años ha sido insuficiente debido a la recurrencia y magnitud de los daños a la infraestructura pública. El caso es que, ante esta nueva tendencia de aumento en las variaciones climáticas sorpresivas, la mayoría de los dueños de automóviles no pueden contratar seguros porque son excesivamente costosos. Se requiere de alguna modificación legislativa que obligue a las aseguradoras a responder por este tipo de daños y que al masificarse se obtengan precios accesibles. A TODO VOLUMEN Un grupo de comerciantes de la zona centro de Pachuca, que señalan como domicilio la calle Zaragoza 101, está solicitando la intervención de las autoridades municipales para terminar con el ruido que agobia a ese sector citadino. En un carta dirigida a la presidenta municipal Yolanda Tellería, con sello de recibido con fecha 1 de septiembre, se señala que recientemente fue ubicado un grupo de comerciantes a un costado del viaducto Nuevo Hidalgo, casi esquina con Julián Villagrán. Afirman que para promocionar sus productos han instalado dos bocinas por medio de las cuales ponen música o repiten constantemente la propaganda de su mercancía, que ofrecen diariamente desde la 11 de la mañana hasta las 8 de la noche. Suscriben la carta José Bocardo, Edgar Navarro Muñoz, José Luis Guerrero, Marco Cruz Barrera, Ernesto Patricio, Silvia Ortiz, Alberto Ramos, Juan Carlos Benavides, Alberto Ahumada, Samuel Ramírez y Luis Manuel Magallanes. Dicen que las consecuencias de escuchar constantemente lo mismo y en tono tan estridente, aparte de alterar el sistema nervioso, puede ocasionar lesiones auditivas irreversibles, tanto a los viandantes como de la gente que trabaja o vive en torno al citado lugar. Solicitan que se aplique el Reglamento de Equilibrio Ecológico y Protección al Medio Ambiente. Establece sanciones a quienes molesten al vecindario con aparatos musicales o de cualquier otro medio usados con “sonora intensidad”. Claramente, aseveran, la disposición está dirigida a los que provoquen ruido intencional para anunciar algún servicio. En el mismo sentido, dicen, hay legislación en el capítulo cuarto del Reglamento de Barandilla, que tampoco se aplica, según señalan los comerciantes, entre ellos, aparte de los citados, Fabiola Ángeles, David Romeo Pérez Gómez, Roberto García, Manuel Espinoza, María Magdalena Contreras, Mario Jiménez, Lucia Reyes, Leonardo Santoyo y Jesús Castañeda.

¿TORTUGUISMO EN URGENCIAS?

Tulancingo, Hidalgo.-  Algunos usuarios afirman que son lentos algunos servicios de emergencia. Aunque una golondrina no hace verano, toman como referencia lo que ocurrió el pasado 2 de septiembre, cuando un hombre fue atropellado frente a la Central de Autobuses de Pachuca y tuvo que esperar más de 40 minutos para su auxilio. También hay recurrentes quejas respecto a la supuesta tardanza en el Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C4), al que se accede a través del 066 y 911. Dicen que las esperas pueden ser extensas al momento de reportar, además que deben someterse a interrogatorios previos. El delegado estatal de la Cruz Roja, José Saade Kuri, ha hecho un magnífico papel al frente de la institución pues, entre otras cosas, promovió la construcción de dos hospitales, uno en Pachuca y otro en Tulancingo, y han renovado casi integralmente el parque vehicular. Pero estas acciones se eclipsan por la eventual parsimonia con que pudieran estar prestando los servicios de ambulancia, lo que requiere de una sacudida. En la madrugada del 2 de septiembre tuvo que acudir un patrullero de Seguridad Pública a las instalaciones de la Cruz Roja, en el sur de la ciudad, para solicitar una ambulancia. A esa hora se acercó a la recepción y solicitó el servicio comentando que tenía más de media hora esperando el atropellado en el lugar de los hechos, frente a la Central de Autobuses. Las respuestas fueron evasivas de que andaban en otros servicios las ambulancias; a esa hora de la madrugada, como a las 4 am. El cuerpo de la persona arrollada por un taxi fue cubierto con una cobija en tanto que se despabilaban los paramédicos. Se entiende que también el Cuerpo de Bomberos de Pachuca, a cargo de Sebastián Moreno, dispone de unidades para emergencia que tampoco hicieron su aparición. En otra ocasión, un taxi chocó de frente contra una camioneta en el bulevar Las Palomas. La gente empezó a marcar al 911 para reportar el hecho, pero con la sorpresa de que pasaron los minutos y solamente había tono de marcado; no respondían. Fue hasta que se llamó al 066, que es el antiguo número de emergencias, y después de larguísimos segundos para estos casos alguien contestó la llamada y comenzó con el formulario de rutina, en donde la última pregunta era qué había pasado y en qué lugar se dieron los hechos. Así que se requiere una revisión a fondo respecto a la capacidad de respuesta no solo en materia de Policía, sino de ambulancias, bomberos y Protección Civil. Porque se está tutelando lo más valioso que existe, que es la vida y la integridad de las personas. Hechos penosos y desesperantes, como la tardanza de la madrugada del 2 de septiembre, frente a las instalaciones de la Central de Autobuses, no deben repetirse. AUTOMÓVILES Y DESASTRES NATURALES Será por el calentamiento global, el cambio climático o cualquier otra causa, el caso es que cada vez son mayores los eventos catastróficos no solo en las carreteras y en el medio rural, sino también en las ciudades, donde ocurren aparatosas inundaciones. En ese escenario, los daños son mayúsculos, tanto en viviendas como en automóviles, y en muchos casos las empresas aseguradoras no responden por averías causadas por desastres naturales ni por disturbios sociales. Podrían impulsar iniciativas de mejora legislativa en esta materia, para el caso de Hidalgo, los diputados federales Alfredo Bejos, Fernando Moctezuma, Carolina Viggiano y Jorge Márquez, entre otros. De acuerdo con los expertos, en el primer semestre del 2016 las pérdidas económicas reportadas a nivel global por desastres naturales y provocados por el hombre alcanzaron 71 mil millones de dólares, 38% más que las ocurridas en el mismo periodo del año anterior. Se calcula que el sector asegurador pagó alrededor de 31 mil millones de dólares, que significa el 31% arriba de lo erogado en el mismo lapso del periodo inmediato anterior, y se refieren a diversos peligros como tormentas eléctricas, incendios forestales, inundaciones, deslaves y terremotos. En la Ciudad de México y en el Estado de México, que son gobernados por Miguel Mancera y Eruviel Ávila, respectivamente, se han producido últimamente aparatosos anegamientos que han generado pérdidas muy graves. Las afectaciones también se producen en automóviles que son arrastrados por las corrientes, quedan inservibles y que aun cuando disponen de seguros, éstos no se hacen efectivos. A nivel mundial se está reconociendo que cada vez son más frecuentes los desastres naturales y por lo mismo las empresas aseguradoras no quieren responder. Las que sí lo hacen, en sus clausulas derivadas por riesgos climáticos y obligaciones de catástrofe, cobran carísimas las pólizas. En México, desde el año 1996, cuando era presidente Ernesto Zedillo, se creó el FONDEN, que es el Fondo de Desastres Naturales del Gobierno Federal, que ha sido muy oportuno pero cuyo presupuesto en muchos años ha sido insuficiente debido a la recurrencia y magnitud de los daños a la infraestructura pública. El caso es que, ante esta nueva tendencia de aumento en las variaciones climáticas sorpresivas, la mayoría de los dueños de automóviles no pueden contratar seguros porque son excesivamente costosos. Se requiere de alguna modificación legislativa que obligue a las aseguradoras a responder por este tipo de daños y que al masificarse se obtengan precios accesibles. A TODO VOLUMEN Un grupo de comerciantes de la zona centro de Pachuca, que señalan como domicilio la calle Zaragoza 101, está solicitando la intervención de las autoridades municipales para terminar con el ruido que agobia a ese sector citadino. En un carta dirigida a la presidenta municipal Yolanda Tellería, con sello de recibido con fecha 1 de septiembre, se señala que recientemente fue ubicado un grupo de comerciantes a un costado del viaducto Nuevo Hidalgo, casi esquina con Julián Villagrán. Afirman que para promocionar sus productos han instalado dos bocinas por medio de las cuales ponen música o repiten constantemente la propaganda de su mercancía, que ofrecen diariamente desde la 11 de la mañana hasta las 8 de la noche. Suscriben la carta José Bocardo, Edgar Navarro Muñoz, José Luis Guerrero, Marco Cruz Barrera, Ernesto Patricio, Silvia Ortiz, Alberto Ramos, Juan Carlos Benavides, Alberto Ahumada, Samuel Ramírez y Luis Manuel Magallanes. Dicen que las consecuencias de escuchar constantemente lo mismo y en tono tan estridente, aparte de alterar el sistema nervioso, puede ocasionar lesiones auditivas irreversibles, tanto a los viandantes como de la gente que trabaja o vive en torno al citado lugar. Solicitan que se aplique el Reglamento de Equilibrio Ecológico y Protección al Medio Ambiente. Establece sanciones a quienes molesten al vecindario con aparatos musicales o de cualquier otro medio usados con “sonora intensidad”. Claramente, aseveran, la disposición está dirigida a los que provoquen ruido intencional para anunciar algún servicio. En el mismo sentido, dicen, hay legislación en el capítulo cuarto del Reglamento de Barandilla, que tampoco se aplica, según señalan los comerciantes, entre ellos, aparte de los citados, Fabiola Ángeles, David Romeo Pérez Gómez, Roberto García, Manuel Espinoza, María Magdalena Contreras, Mario Jiménez, Lucia Reyes, Leonardo Santoyo y Jesús Castañeda.

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