/ lunes 11 de diciembre de 2023

Tulancingo: El Nacimiento de Dolores, legado de amor y familia 

En su negocio, Dolores y su familia llevan montando un nacimiento con al menos 400 piezas desde hace 30 años

Entre bien acomodado papel kraft pintado para que parezcan montañas, infinidad de luces navideñas y letreros pequeños que indican el misterio gozoso que se representa en cada apartado de su montaje, la señora Dolores García exhibe desde hace al menos 30 años, uno de los nacimientos más grandes que pueden apreciarse en Tulancingo. Según cuenta, todo comenzó con unas cuantas piezas y ahora son aproximadamente 400.

Además de las tradicionales representaciones de la Sagrada Familia (Jesús, María y José) en diferentes episodios bíblicos, encontramos también a los Reyes Magos, ángeles, pastores, el diablo, varios animales y un particular homenaje a Tulancingo, pues Dolores platica que las villas que se acomodan entre la estructura son en realidad una suerte de representación de esta ciudad: hay un kiosco, como el del Jardín La Floresta; dos iglesias, una grande y una pequeña, que son la Catedral y la adjunta capilla de San José; un mercado, que simboliza la industria comercial del municipio, entre otros elementos que recuerdan al valle detrás del Tule.

“Empezamos con los niños pequeños, cuando iban a la escuela, para inculcarles la tradición. Ellos mismos los poníamos a que nos ayudaran desde hace 30 o 32 años que iniciamos. Poco a poquito hemos ido recolectando piezas (...) era más pequeño pero como los niños fueron creciendo lo íbamos poniendo cada vez más grande, hasta llegar a este tamaño”, señala Dolores con entusiasmo.

Y es que las dimensiones no son cosa menor. Resulta que la familia García tiene desde hace varias décadas un negocio de paquetería ubicado sobre la calle de Bravo esquina con Independencia, en el corazón de la ciudad. Ahí, desde la última semana de noviembre o primera de diciembre, casi la mitad del espacio se convierte en la colorida representación de Jerusalén y Belén, que ya terminado mide aproximadamente unos 2 metros de alto.

Para contar la historia del nacimiento de Cristo, Dolores se basa en los misterios gozosos de la Biblia, como es la visita del Arcángel a María para avisarle que será madre del hijo de Dios; el segundo misterio, cuando la Virgen visita a su prima Isabel, también encinta; el tercero es la Natividad de Jesús, motivo principal de los festejos decembrinos (de hecho es el episodio que cuenta con las piezas más grandes de todo el Nacimiento y se coloca al centro). En cuarta instancia está la presentación de Jesús en el templo y finalmente, el momento en que el Mesías se pierde en la iglesia para luego ser encontrado platicando con los maestros.

Así lo explica Dolores mientras nos señala cada una de las representaciones, práctica que replica con todo aquel curioso que guste entrar a su establecimiento para apreciar el trabajo de varios días y de varias manos. Además, ella considera que con esta actividad, abona para que la tradición no desaparezca.

“Nos tardamos en ponerlo como dos semanas, porque le damos por ratitos en que estamos desocupados. Por lo general lo ponemos en las últimas dos semanas de noviembre para que entrando diciembre ya esté. Tratamos de que vengan los nietecitos para que los pequeños igual nos ayuden y que no se pierda la tradición del Nacimiento porque en muchas casas ya no lo ponen, solo ponen su arbolito”, expone.

Para quien guste darse un “quemón” con tal obra, pueden acudir a este negocio de lunes a sábado en un horario de las 9 de la mañana a 8 de la noche. Dolores nos indicó que las piezas se retiran y guardan luego del 6 de enero, así que es importante visitar el Nacimiento antes de esa fecha.


Entre bien acomodado papel kraft pintado para que parezcan montañas, infinidad de luces navideñas y letreros pequeños que indican el misterio gozoso que se representa en cada apartado de su montaje, la señora Dolores García exhibe desde hace al menos 30 años, uno de los nacimientos más grandes que pueden apreciarse en Tulancingo. Según cuenta, todo comenzó con unas cuantas piezas y ahora son aproximadamente 400.

Además de las tradicionales representaciones de la Sagrada Familia (Jesús, María y José) en diferentes episodios bíblicos, encontramos también a los Reyes Magos, ángeles, pastores, el diablo, varios animales y un particular homenaje a Tulancingo, pues Dolores platica que las villas que se acomodan entre la estructura son en realidad una suerte de representación de esta ciudad: hay un kiosco, como el del Jardín La Floresta; dos iglesias, una grande y una pequeña, que son la Catedral y la adjunta capilla de San José; un mercado, que simboliza la industria comercial del municipio, entre otros elementos que recuerdan al valle detrás del Tule.

“Empezamos con los niños pequeños, cuando iban a la escuela, para inculcarles la tradición. Ellos mismos los poníamos a que nos ayudaran desde hace 30 o 32 años que iniciamos. Poco a poquito hemos ido recolectando piezas (...) era más pequeño pero como los niños fueron creciendo lo íbamos poniendo cada vez más grande, hasta llegar a este tamaño”, señala Dolores con entusiasmo.

Y es que las dimensiones no son cosa menor. Resulta que la familia García tiene desde hace varias décadas un negocio de paquetería ubicado sobre la calle de Bravo esquina con Independencia, en el corazón de la ciudad. Ahí, desde la última semana de noviembre o primera de diciembre, casi la mitad del espacio se convierte en la colorida representación de Jerusalén y Belén, que ya terminado mide aproximadamente unos 2 metros de alto.

Para contar la historia del nacimiento de Cristo, Dolores se basa en los misterios gozosos de la Biblia, como es la visita del Arcángel a María para avisarle que será madre del hijo de Dios; el segundo misterio, cuando la Virgen visita a su prima Isabel, también encinta; el tercero es la Natividad de Jesús, motivo principal de los festejos decembrinos (de hecho es el episodio que cuenta con las piezas más grandes de todo el Nacimiento y se coloca al centro). En cuarta instancia está la presentación de Jesús en el templo y finalmente, el momento en que el Mesías se pierde en la iglesia para luego ser encontrado platicando con los maestros.

Así lo explica Dolores mientras nos señala cada una de las representaciones, práctica que replica con todo aquel curioso que guste entrar a su establecimiento para apreciar el trabajo de varios días y de varias manos. Además, ella considera que con esta actividad, abona para que la tradición no desaparezca.

“Nos tardamos en ponerlo como dos semanas, porque le damos por ratitos en que estamos desocupados. Por lo general lo ponemos en las últimas dos semanas de noviembre para que entrando diciembre ya esté. Tratamos de que vengan los nietecitos para que los pequeños igual nos ayuden y que no se pierda la tradición del Nacimiento porque en muchas casas ya no lo ponen, solo ponen su arbolito”, expone.

Para quien guste darse un “quemón” con tal obra, pueden acudir a este negocio de lunes a sábado en un horario de las 9 de la mañana a 8 de la noche. Dolores nos indicó que las piezas se retiran y guardan luego del 6 de enero, así que es importante visitar el Nacimiento antes de esa fecha.


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