Este lunes 28 de agosto se cumplen dos años del fallecimiento de Arquímides Rosas Gutiérrez, reconocido en la comunidad tulancinguense por haber sido profesor de la Prepa Dos por más de dos décadas en diferentes asignaturas tales como Literatura, Estética, Arte o Historia del Arte Mexicano.
Y es que quien haya cursado al menos una clase con él dará fe de su particular estilo en el aula: casi siempre a oscuras, empezaba puntual y luego de que el arquitecto pasara lista. Le daba "play" a su grabadora, disponía del proyector para lanzar imágenes de pinturas, artistas, sitios o monumentos, para entonces llevar a sus estudiantes a la época de las cavernas, para explicarles la estética o significado de las pinturas rupestres de Lascaux; o bien, con ritmos latinos o boleros de Chávez explicar la profunda huella del arte mexicano revolucionario, las implicaciones políticas del muralismo, o la historia apasionante de Dr. Atl con Nahui Ollin.
Su didáctica y cátedra fincaron profundo en todos sus educandos, pues se daba el lujo de finamente aderezar lo que enseñaba con un cúmulo de frases sarcásticas que quedaron en la memoria colectiva de expreparatorianos: "la indiada está alborotada", "malaventurados aquellos que toman clase conmigo", "sigan rezando", entre muchas otras.
Pocos creían, dada una adolescente ingenuidad, cuando burlonamente adelantaba que todo lo que detalladamente instruía en sus sesiones vendría en el examen, aunque en efecto, todo venía. De ahí a que aprobar con él fuera una odisea digna de tragedia.
Cientos de rostros recorrieron su salón de clases a lo largo de los años, pero su habilidad para recordar nombres y caras le permitía sostener una conversación con quien se lo encontrara por las calles.
Ya fuera de música, literatura, cine o simplemente de andar cotidiano, Arquímides era fácilmente reconocible y memorable gracias a su rostro escondido entre sus canosas barbas y pobladas cejas; su aura no solo expedía un sentimiento de quien muchas cosas sabe, él era un sujeto que siempre olía muy bien y cuya estela aromática le acompañó siempre a donde quiera que iba.
Sin embargo, otra de sus tradiciones fue la que mejor lo caracterizó: el montaje de la magna ofrenda de Día de Muertos en la Prepa Dos. Un evento en el que no solo se integraban estudiantes y académicos de la escuela, también exalumnos y profesores de otras escuelas que también habían sido sus aprendices. "Nadie es indispensable, todos son necesarios", le decía a quien se quería sumar a esta celebración.
Desde días antes disponía de unos minutos en el pizarrón para anotar una lista de insumos necesarios para la ofrenda: flores, papel picado, mole, tamales, tortillas, o más bien 'parque', como él les decía.
Hábilmente organizaba a la población estudiantil para que en ese día, desde las cuatro o cinco de la tarde, empezaran las diligencias en honor a la Catrina de José Guadalupe Posada, figura que siempre estaba en el centro del altar, aunque también se recordaba a otros artistas.
Arquímedes dedicaba minutos a Jaime Sabines y a Violeta Parra, por ejemplo, cuyo "Rin del Angelito" hacía entonar en prosa. En una hoja con letras color morado, imprimía la letra de la canción y entonces enseñaba días antes cómo debía recitarse en voz alta para que no hubiera errores: "no olviden el remate", acotaba.
"En una cuna de tierra
lo arrullará una campana.
Mientras la lluvia le limpia
su carita en la mañana
Cuando se muere la carne,
el alma busca su diana
En los misterios del mundo
que le ha abierto su ventana"
Consciente de esta labor y poco más de tres meses antes de su fallecimiento, el profe Arquímides compartió un video en donde felicitó a la Prepa Dos por sus 55 años de existencia, recordó un poco de su trayectoria y reiteró su interés por el Día de Muertos. No obstante, mucho tiempo antes, compartió por escrito un mensaje con la comunidad de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo:
"Recordarles la importancia de ser universitarios pero sobre todo, tener una conciencia de universitario que les motivará a estudiar para dominar la técnica, que a su vez dominará la naturaleza para generar mejores recursos y poder proporcionar óptimas condiciones de vida a los diferentes estratos sociales que lo necesiten. Así debe de ser nuestra juventud: universitaria, libre, discutiendo, intercambiando ideas, preocupada por su entorno y su país (...) ir construyendo el futuro pero sobre todo hacer conciencia de la responsabilidad que esto significa"
El profe Arqui partió el 28 de agosto de 2021
Egresado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Arquímedes Rosas Gutiérrez partió rumbo al Mictlán la tarde del sábado 28 de agosto de 2021, a los 53 años de edad. Padeció diabetes durante mucho tiempo, pero allegados a él informaron en aquel momento que un paro cardíaco le cobró la vida. En el Día de Muertos del mismo año, aún en pandemia, exalumnos y amigos del "profe Arqui" montaron en la Estación del Ferrocarril una ofrenda en su honor, para leer juntos una vez más:
"Ya se va para los cielos
ese querido angelito
A rogar por sus abuelos,
por sus padres y hermanitos
Cuando se muere la carne,
el alma busca su sitio
Adentro de una amapola
o dentro de un pajarito.
La tierra lo está esperando
con su corazón abierto
Por eso es que el angelito
parece que está despierto.
Cuando se muere la carne,
el alma busca su centro.
En el brillo de una rosa
o de un pececito nuevo"