Policías y comerciantes tuvieron riña en Singuilucan

Dos personas fueron detenidas la mañana del domingo en Singuilucan, luego de que tras un conflicto entre dos comerciantes, policías municipales se vieron envueltos en una riña al intentar llevar a cabo la detención, pleito que dejó como saldo una mujer con heridas leves y daños materiales .

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Según narraron los policías, circulaban en recorrido habitual por la calle 12 de octubre, frente a la explanada principal de la cabecera municipal. Fue ahí que encontró a dos personas que sostenían un conflicto verbal, comerciantes que se disputaban la colocación de un negocio ambulante de comida casi en la esquina de dicha vialidad.

"Comenzaron a decirse cosas porque supuestamente el ambulante le tapaba la vista a un negocio que está ahí", dijo el comandante de turno, Antonio Mendoza.

Precisó que se les permitió disipar la problemática y llevó sus diferencias ante la dependencia gubernamental, sin embargo, unos minutos después, el dueño del establecimiento fijo probablemente agredió verbalmente a uno de los uniformados, por lo que actuaron de acuerdo con "el procedimiento correspondiente" para detenerlo. Sin embargo, este sujeto, de 26 años de edad, presumiblemente comenzó a soltar golpes mientras lo aprehendían. También detuvieron a su acompañante, un joven de 18 años.

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En este pequeño zafarrancho, también se encontró la señora Marcela N., de 52 años de edad, quien al intentar defender a uno de sus sobrinos detenidos, recibió en la boca un golpe accidental por parte de los uniformados, hecho que le rompió parte de su placa dental. En entrevista, la señora declaró que el martes próximo sostuvo una reunión ante la corporación policiaca para definir cómo se cubrirá el gasto por la reposición, versión que coincidió con la policía.

Finalmente, los oficiales señalaron que los sujetos en cuestión fueron liberados tras haber llegado a un acuerdo con ellos, pues cabe mencionar que durante la riña uno de los policías recibió un impacto en la cabeza que le rompieron sus lentes. Fue la señora Marcela quien debió que este acuerdo consistió en el pago de una fianza y el compromiso para reponer dichos lentes.