/ domingo 20 de enero de 2019

Infierno huachicol en Tlahuelilpan

CONTINÚAN INVESTIGACIONES

Extraer gasolina ilegalmente en ductos de Pemex no es para nada nuevo entre habitantes de Tlahuelilpan, lo realmente inesperado pero que todos sabían podía ocurrir, comenzó su documentación desde la tarde del 18 de enero.

A escasos tres kilómetros de la cabecera municipal se encuentra un ducto de Pemex expuesto en aproximadamente 200 metros, el cual, presentó intensa fuga de combustible que abasteció tal cual un manantial a los pobladores de la región.

Niños, hombres y mujeres sacaron sus garrafones, cubetas y todo recipiente que encontraron para surtirse de combustible, quizá por la escases en algunos estados o tal vez, porque es un hábito que han forjado desde hace algún tiempo.

Caía el atardecer cuando la fuente del paraíso se convirtió en infierno; nadie sabe realmente cómo, quién, o qué provocó que el ducto estallara, simplemente los gritos de alegría se convirtieron en desgarradores lamentos que parecían surgir del sitio más tenebroso.

Militares y policías que resguardaban la zona, comenzaron a evacuar a los asistentes, mientras llamaban a servicios de emergencia, a quienes les explicaron que, decenas de personas corrían envueltas en llamas.

Algunos cayeron apenas dieron unos pasos, mientras que otros lograron ser atendidos por paramédicos, policías y testigos.

Previo a la tragedia, los soldados solo apreciaban la rapiña de combustible, pues se vieron superados numéricamente e imposibilitados para hacer recular a los ansiosos vecinos que buscaban llenar sus bidones.

Se escondió el sol y el fuego pudo apreciarse desde varios kilómetros a la redonda, al igual que las luces de gran cantidad de patrullas, ambulancias y vehículos de bomberos que arribaban a toda prisa para atender la contingencia. Vendría lo peor.

Las autoridades dieron a conocer como cifra preliminar el deceso de 21 personas por quemaduras (ahora se sabe son más de 70) y al menos 50 heridos, todos trasladados al área de urgencias de varios hospitales de la región, los cuales, en cuestión de minutos se quedaron sin camillas, sin personal suficiente y sin oportunidad alguna de extender la vida de los afectados más graves.

Corrió la voz en la colonia San Primitivo (lugar de los hechos) y en toda la región, lo cual, atrajo a cientos de personas, porque sabían que sus familiares se encontraban en el sitio “cargando” hidrocarburo.

Algunos pudieron colarse hasta el ducto para identificar a los suyos, pero se toparon con cuerpos calcinados totalmente, prácticamente hechos cenizas, por ello, prefirieron esperar a que les llamaran del hospital para darles la noticia de que aunque heridos, sus familiares estuvieran vivos.

Muchos recibieron esa llamada, pero el resto cayó en la incertidumbre, en la desesperación y no les quedó más que poner toda su fe en oraciones.

Después llegaron las autoridades gubernamentales y federales para analizar la situación y determinar el protocolo que se llevaría a cabo, al tiempo que ofrecieron total apoyo a las familias de los afectados.

Cerca de las tres de la mañana de este sábado, por fin los presentes ingresaron hasta el ducto para ver los cuerpos, donde hallaron algo peor de lo que imaginaban, un panteón con cuerpos expuestos que reflejaban sufrimiento.

En ese momento la situación se tornó tensa, pues los familiares, en su afán por reconocer a los faltantes en su hogar, confrontaron a elementos de la Marina y el Ejército Mexicano, quienes obstaculizaron su andar debido a que peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) realizaban las diligencias correspondientes.

Solamente unos cuantos de la multitud vieron los cuerpos sin vida de sus familiares, el resto, simplemente no pudo reconocer ni una pestaña, ni un dedo, ni una seña particular. Solo hallaron polvo y huesos.

Después vendría el traslado de los cadáveres al Semefo, las carpetas de investigación y el reporte ascendente de víctimas mortales.

Sin duda un evento que marcará de por vida al municipio de Tlahuelilpan, y que genera el gran cuestionamiento entre miles y miles de personas ¿Valdrá la pena extraer huachicol?

Extraer gasolina ilegalmente en ductos de Pemex no es para nada nuevo entre habitantes de Tlahuelilpan, lo realmente inesperado pero que todos sabían podía ocurrir, comenzó su documentación desde la tarde del 18 de enero.

A escasos tres kilómetros de la cabecera municipal se encuentra un ducto de Pemex expuesto en aproximadamente 200 metros, el cual, presentó intensa fuga de combustible que abasteció tal cual un manantial a los pobladores de la región.

Niños, hombres y mujeres sacaron sus garrafones, cubetas y todo recipiente que encontraron para surtirse de combustible, quizá por la escases en algunos estados o tal vez, porque es un hábito que han forjado desde hace algún tiempo.

Caía el atardecer cuando la fuente del paraíso se convirtió en infierno; nadie sabe realmente cómo, quién, o qué provocó que el ducto estallara, simplemente los gritos de alegría se convirtieron en desgarradores lamentos que parecían surgir del sitio más tenebroso.

Militares y policías que resguardaban la zona, comenzaron a evacuar a los asistentes, mientras llamaban a servicios de emergencia, a quienes les explicaron que, decenas de personas corrían envueltas en llamas.

Algunos cayeron apenas dieron unos pasos, mientras que otros lograron ser atendidos por paramédicos, policías y testigos.

Previo a la tragedia, los soldados solo apreciaban la rapiña de combustible, pues se vieron superados numéricamente e imposibilitados para hacer recular a los ansiosos vecinos que buscaban llenar sus bidones.

Se escondió el sol y el fuego pudo apreciarse desde varios kilómetros a la redonda, al igual que las luces de gran cantidad de patrullas, ambulancias y vehículos de bomberos que arribaban a toda prisa para atender la contingencia. Vendría lo peor.

Las autoridades dieron a conocer como cifra preliminar el deceso de 21 personas por quemaduras (ahora se sabe son más de 70) y al menos 50 heridos, todos trasladados al área de urgencias de varios hospitales de la región, los cuales, en cuestión de minutos se quedaron sin camillas, sin personal suficiente y sin oportunidad alguna de extender la vida de los afectados más graves.

Corrió la voz en la colonia San Primitivo (lugar de los hechos) y en toda la región, lo cual, atrajo a cientos de personas, porque sabían que sus familiares se encontraban en el sitio “cargando” hidrocarburo.

Algunos pudieron colarse hasta el ducto para identificar a los suyos, pero se toparon con cuerpos calcinados totalmente, prácticamente hechos cenizas, por ello, prefirieron esperar a que les llamaran del hospital para darles la noticia de que aunque heridos, sus familiares estuvieran vivos.

Muchos recibieron esa llamada, pero el resto cayó en la incertidumbre, en la desesperación y no les quedó más que poner toda su fe en oraciones.

Después llegaron las autoridades gubernamentales y federales para analizar la situación y determinar el protocolo que se llevaría a cabo, al tiempo que ofrecieron total apoyo a las familias de los afectados.

Cerca de las tres de la mañana de este sábado, por fin los presentes ingresaron hasta el ducto para ver los cuerpos, donde hallaron algo peor de lo que imaginaban, un panteón con cuerpos expuestos que reflejaban sufrimiento.

En ese momento la situación se tornó tensa, pues los familiares, en su afán por reconocer a los faltantes en su hogar, confrontaron a elementos de la Marina y el Ejército Mexicano, quienes obstaculizaron su andar debido a que peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) realizaban las diligencias correspondientes.

Solamente unos cuantos de la multitud vieron los cuerpos sin vida de sus familiares, el resto, simplemente no pudo reconocer ni una pestaña, ni un dedo, ni una seña particular. Solo hallaron polvo y huesos.

Después vendría el traslado de los cadáveres al Semefo, las carpetas de investigación y el reporte ascendente de víctimas mortales.

Sin duda un evento que marcará de por vida al municipio de Tlahuelilpan, y que genera el gran cuestionamiento entre miles y miles de personas ¿Valdrá la pena extraer huachicol?

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