Alex Mendoza
Debido a todos los sucesos dados en los últimos meses, como el aumento global de la temperatura y demás consecuencias de la contaminación ambiental, he descubierto formas innovadoras de cuidar el medio ambiente con la ayuda de la ciencia y la tecnología.
Esta semana recibí la noticia de que a partir de marzo de 2020, Luxemburgo será el primer país donde los servicios de transporte público, como autobuses, tranvías y trenes, serán gratuitos, lo cual recalca el potencial tecnológico y económico que posee este Estado, así como demuestra su preocupación y el nivel de concienciación que tiene esta nación en cuanto a los efectos negativos del cambio climático y la contaminación del aire.
Sin embargo, no necesitamos vivir en un país europeo ni tener una economía sobresaliente para emplear métodos y productos que disminuyan la contaminación. Existen más soluciones que podemos comenzar a implementar poco a poco en nuestro propio país de la mano con los avances industriales y tecnológicos.
La primera de ellas es el uso de biocombustibles, ya que estos generan un notable y positivo cambio en la emisión de gases nocivos para la atmósfera y la salud, así como reduce ligeramente los costos de producción. Otra de las grandes soluciones es un sistema de monitoreo y el streaming en tiempo real de información relacionada con el flujo vehicular de una ciudad, destacando rutas óptimas para llegar a un destino, resultado del análisis de situaciones que cambian de manera dinámica, evitando accidentes, congestiones y ahorrando combustible.
Una más de las soluciones que se prestan para reducir el impacto de la utilización de fuentes no renovables de energía, y esta vez metiéndonos en el mundo de los nuevos materiales, es la fabricación de vehículos, microprocesadores, paneles, pantallas y demás herramientas y dispositivos electrónicos con un cristal de carbono que recibe el nombre de grafeno.
Este tipo de material ofrece múltiples propiedades únicas, como la gran capacidad de ahorro, almacenamiento y conductividad de la energía; en pruebas de conducción eléctrica para proceso de información, se han obtenido resultados donde en comparación con los clásicos transistores de silicio que llegan a velocidades de 4 GHz, el transistor de grafeno alcanza los 4 THz, una cantidad crítica de procesamiento 1 000 veces mayor utilizando tan solo un 1% de la energía requerida por los primeros.
Otra aplicación muy importante es la fabricación de celdas fotovoltaicas o paneles solares, debido a su reacción con la energía solar con láminas de grafeno de un espesor extremadamente reducido.
Así es como una vez más demostramos que la ciencia y la tecnología están en todos los ámbitos, pues en el caso del medio ambiente, la tecnología revolucionaria está cada vez más cerca de nosotros, por lo que nos toca a los jóvenes aprovecharla para mejorar nuestro entorno.