Corta producción en los campos, animales no bien alimentados y alza en los costos para la industria de lácteos son algunas de las problemáticas que se generan en el Valle de Tulancingo a raíz del golpe que asesta el cambio climático, fenómeno global que en la región se reflejó este 2023 con una fiera sequía que somete a los productores agrícolas.
Tan solo en 2023, las pérdidas podrían ser de al menos 100 millones de pesos, tan solo en un municipio.
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25 municipios con sequía moderada o severa
Si bien el cambio climático contempla una serie de factores que impactan en el entorno, este año Hidalgo lo siente con una condición de sequía que se extendió en gran parte de los 84 municipios, aunque según el último reporte oficial son 25 las demarcaciones que tienen sequía moderada o severa.
De acuerdo con el Monitor de Sequía de México elaborado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), cerca del 30 por ciento del territorio hidalguense presenta tal condición.
En ese sentido, uno de los casos más graves se presenta en Acatlán. Aquí, de acuerdo con estimaciones del gobierno local, las pérdidas por falta de lluvias y sequedad en sus cuerpos de agua de temporal, podrían ascender a los 100 millones de pesos. Además, para este año se considera ya como perdida la oportunidad de sembrar maíz.
Escasez de lluvia afecta a queseros y lecheros del Valle de Tulancingo
"Por el cambio climático definitivamente hay un impacto. Tan solo este año estamos sufriendo la escasez de lluvia (...) A los queseros les afecta porque tienen que comprar por fuera el forraje con el que alimentan a las vacas para que den leche, algo que te ahorras cuando hay buena lluvia porque tú produces tu propio forraje. En el caso de las pasturas, si no baja el agua también merma un poco la producción", así lo comentó David López Ortiz, quien se dedica al campo en Acatlán.
Además, López mencionó que al no haber agua suficiente para dotar las pasturas de humedad, las vacas no reciben los nutrientes necesarios para una producción de leche favorable, lo que a su vez detona en la alza al costo por litro.
Un problema similar es lo que se vive en Acaxochitlán, donde existen zonas ganaderas en las localidades de Zacacuautla, San Mateo, San Martin, Canales, Apapaxtla el Chico, entre otras. Oscar Arroyo Cruz, titular de la Dirección de Desarrollo Económico municipal, señaló que cuando no hay lluvias o tener un verano muy seco, la vegetación y alimento natural para las vacas no brota, por lo que se recurre a la compra de alimento externo.
"El alimento cada vez es más caro, sobre todo cuando no llueve porque la demanda aumenta. De por sí, el litro de leche se vende a bajo costo, es una actividad poco rentable"
El funcionario además dijo que la ganancia por litro de leche suele ser de cuando mucho 3 pesos con 50 centavos por litro, utilidad que mengua cuando hay que comprar alimento para ganado.
Sequía pega a productores de maíz y frijol
En ese orden de ideas, en Acaxochitlán la sequía pegó a productores de maíz y frijol en aproximadamente 750 hectáreas y con pérdidas estimadas de 5 millones de pesos.
"El 90 por ciento de los productores no cuentan con sistema de riego de pozo. Viven a expensas de las lluvias, las cuales cada vez son más variables; las tierras de cultivo de temporal si no es por la sequía, es por las inundaciones, pero siempre son afectadas", abundó.
Ambos municipios mencionados son de los principales referentes económicos para la región del Valle de Tulancingo, además de que muchas materias primas que se distribuyen en la Central de Abastos o incluso en el Tianguis de los Jueves, se producen en dichas demarcaciones.
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