Fue aprobada a la Ley para la Atención y Sanción de la Violencia Familiar, la Alienación Parental que impide a un progenitor manipule a la hija o hijo menor de edad a fin de producir rencor, odio o desprecio hacia el otro progenitor.
El Congreso del Estado aprobó por unanimidad al considerar que la reforma y adiciones permitirán dejar de creer que las decisiones que se toman sobre niños, niñas o adolescentes son mejores por el simple hecho de ser tomadas por un adulto, creyendo que es lo mejor para ellas y ellos.
La iniciativa, ahora fue aprobada por unanimidad, tiene el objetivo de este decreto es salvaguardar la integridad de los menores y acorde a la Convención Internacional de los Derechos del Niño que considera a la infancia como un grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y bienestar de toda la población.
De tal forma que ahora fue agregado en el Artículo Primero de la Ley para la Atención y Sanción de la Violencia Familiar, la adición de la Alienación Parental.
“Todo acto de manipulación, inducción o engaño ejercido por uno de los progenitores con la intención de producir en su hija o hijo menor de edad, rencor, odio, miedo o desprecio en contra del otro progenitor”, estipula la fracción XII agregada.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos manifiesta que todas las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a vivir en familia y no podrán ser separados.
Y considerando los daños tras una separación con alta conflictividad entre el papá y la mamá, “algunas ocasiones los conflictos entre los padres traspasan la delgada línea del respeto y se utiliza a los hijos como elemento de chantaje a través de la manipulación del menor, tal es el caso de la alienación parental que puede ocasionar problemas en la relación entre hijos y alguno de los padres”, tal cual explicó en su testo Lucía del Prado.
Además, la alienación parental afecta directamente a los menores en su correcto desarrollo y salud mental, por ello existen llamados a organismos internacionales de visualizar este síndrome como un grave problema social a fin de generar propuestas que para prevenir la manipulación del menor.
El marco jurídico de la entidad contempla la alienación parental no de manera expresa pero sí tácita, “quien ejerza la guardia y custodia de un niño, niña o adolescente debe procurar el respeto de los menores para ambos ascendientes; en consecuencia, cada uno de los ascendientes deberá evitar cualquier acto encaminado al rechazo, rencor, odio, miedo o desprecio”.
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