/ martes 20 de agosto de 2019

Un kilómetro por Hidalgo

DE FRENTE A LA CIUDADANÍA


Si nos hacemos la pregunta ¿para qué sirve el gobierno?, podríamos recurrir a varias respuestas, algunas muy largas, propuestas por grandes doctrinarios o académicos a lo largo de la historia, sin embargo, no sería muy útil para efectos prácticos. Yo propongo una respuesta, es en base a los muchos recorridos que he hecho en las comunidades y municipios de Hidalgo: el Gobierno sirve para resolver problemas de las personas, tanto personales como colectivos.

Existe entonces la necesidad de que la gente perciba y sienta esa eficacia y utilidad que debe tener para ellos el gobierno, debiendo hacer posible que sus acciones lleguen al lugar donde están esos problemas, a cada comunidad, a cada ranchería. Cuando se inaugura alguna obra pública o se entrega alguna acción de gobierno, la gente expresa que lo último que hizo el gobierno por ellos y su familia, ya sea una obra o apoyo, fue hace 10, 20 o 30 años y que se sienten olvidados.

Por eso aquí la propuesta de crear una política pública de nombre “Un kilómetro por Hidalgo”, la cual se basa en la idea de materializar, ejecutar o llevar los beneficios directos a la gente, cerca o en su casa misma, pudiendo ser una obra pública, desde proyectos grandes hasta pequeños, abarcando cada kilómetro de Hidalgo; se trata de la ambiciosa idea de resolver los problemas reales a la gente. Esta política pública conllevaría:

1. Realizar un esfuerzo interinstitucional entre todo el gobierno en sus tres niveles, para que en cada kilómetro del territorio de Hidalgo se realice una obra pública, entrega de apoyos a los habitantes, si es que los hubiera.

2. En algunas zonas tendría que ser cada kilómetro lineal, pudiendo ser cuadrado en otras zonas, también manejarse cuadrantes con superficies de cinco, diez o cincuenta kilómetros cuadrados, pero debería estar incluido todo el Estado, hasta el último centímetro de éste.

3. Cada dependencia del Gobierno, en sus tres niveles y según sus facultades, vocación y objetivos, se enfocará a proponer y después a ejecutar los apoyos, la obra pública o el programa que ha sido electo para ser aplicado en el lugar ya asignado.

4. Toda acción de gobierno debe ir justificada, sustentada y transparentada.

5. Deberíamos tener un acercamiento con cada ciudadano para saber su necesidad más próxima y requerida, para que sea esta necesidad el principal fundamento para dar el apoyo u obra. Sería una cruzada que cambiaría la vida de miles de hidalguenses, y cambiaría la forma en cómo ven a los gobiernos.

Por último, creo indispensable incluir la participación de todos los sectores de la sociedad y sobre todo de un enriquecimiento con opiniones, consultas, procesos para aclarar dudas e inclusive críticas que puedan hacer más sólida esta propuesta, que por obvias razones fue muy resumida en esta columna. De algo si estoy seguro, se puede lograr, pero requerirá de lo más necesario que pide México e Hidalgo en este tiempo, voluntad política y unidad entre nosotros.

DE FRENTE A LA CIUDADANÍA


Si nos hacemos la pregunta ¿para qué sirve el gobierno?, podríamos recurrir a varias respuestas, algunas muy largas, propuestas por grandes doctrinarios o académicos a lo largo de la historia, sin embargo, no sería muy útil para efectos prácticos. Yo propongo una respuesta, es en base a los muchos recorridos que he hecho en las comunidades y municipios de Hidalgo: el Gobierno sirve para resolver problemas de las personas, tanto personales como colectivos.

Existe entonces la necesidad de que la gente perciba y sienta esa eficacia y utilidad que debe tener para ellos el gobierno, debiendo hacer posible que sus acciones lleguen al lugar donde están esos problemas, a cada comunidad, a cada ranchería. Cuando se inaugura alguna obra pública o se entrega alguna acción de gobierno, la gente expresa que lo último que hizo el gobierno por ellos y su familia, ya sea una obra o apoyo, fue hace 10, 20 o 30 años y que se sienten olvidados.

Por eso aquí la propuesta de crear una política pública de nombre “Un kilómetro por Hidalgo”, la cual se basa en la idea de materializar, ejecutar o llevar los beneficios directos a la gente, cerca o en su casa misma, pudiendo ser una obra pública, desde proyectos grandes hasta pequeños, abarcando cada kilómetro de Hidalgo; se trata de la ambiciosa idea de resolver los problemas reales a la gente. Esta política pública conllevaría:

1. Realizar un esfuerzo interinstitucional entre todo el gobierno en sus tres niveles, para que en cada kilómetro del territorio de Hidalgo se realice una obra pública, entrega de apoyos a los habitantes, si es que los hubiera.

2. En algunas zonas tendría que ser cada kilómetro lineal, pudiendo ser cuadrado en otras zonas, también manejarse cuadrantes con superficies de cinco, diez o cincuenta kilómetros cuadrados, pero debería estar incluido todo el Estado, hasta el último centímetro de éste.

3. Cada dependencia del Gobierno, en sus tres niveles y según sus facultades, vocación y objetivos, se enfocará a proponer y después a ejecutar los apoyos, la obra pública o el programa que ha sido electo para ser aplicado en el lugar ya asignado.

4. Toda acción de gobierno debe ir justificada, sustentada y transparentada.

5. Deberíamos tener un acercamiento con cada ciudadano para saber su necesidad más próxima y requerida, para que sea esta necesidad el principal fundamento para dar el apoyo u obra. Sería una cruzada que cambiaría la vida de miles de hidalguenses, y cambiaría la forma en cómo ven a los gobiernos.

Por último, creo indispensable incluir la participación de todos los sectores de la sociedad y sobre todo de un enriquecimiento con opiniones, consultas, procesos para aclarar dudas e inclusive críticas que puedan hacer más sólida esta propuesta, que por obvias razones fue muy resumida en esta columna. De algo si estoy seguro, se puede lograr, pero requerirá de lo más necesario que pide México e Hidalgo en este tiempo, voluntad política y unidad entre nosotros.

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