En columnas anteriores hemos abordado el tema de ciudadanía, por tanto, ahora sabemos que no todos los habitantes de un lugar son ciudadanos del mismo, bien, esta condición tiene una razón de ser, primero, nos dota de sentido de pertenencia en nuestra comunidad, nos otorga derechos, pero, también obligaciones constitucionales, un ejemplo sería el ser votado y el votar en las elecciones.
En un régimen democrático como el que tenemos en nuestro país, estas condiciones se suponen garantizadas a través de la representatividad de los partidos políticos, aunque la realidad es que en los últimos procesos electorales esto no ha sido así.
Es necesario que asumamos nuestro papel como ciudadanos, analicemos nuestras responsabilidades y cómo las ponemos en práctica, es decir, nuestra acción no comienza, ni termina en las urnas, ni en nuestra participación en los asuntos de interés público, más bien, pongamos en práctica nuestro desempeño de roles en la interacción social.
Es tiempo de cerrar filas contra la corrupción, los malos gobiernos, la inseguridad y dejemos de voltear hacia otro lado fingiendo que todo está bien mientras a nosotros no nos pase tal o cual situación, seamos empáticos con nuestros vecinos, conozcamos las necesidades de nuestra comunidad, exijamos a los gobiernos la calidad de los servicios por los que pagamos, involucrémonos en la discusión profunda de los gobiernos que queremos.
Una idea también, es hacer voluntariado por la causa social que más nos agrade, por ejemplo, las personas adultas mayores, discapacidades, juventudes, niñez, educación, Derechos Humanos, Comunidad LGBTIQA+, comunidades rurales e indígenas, salud emocional, participación ciudadana, seguridad, emprendimiento y otras muchas causas sociales más; esto nos llevará a tener mejor conocimiento de nuestra comunidad, nos hará útiles socialmente, nos hará libres de pensamiento, pero, sobre todo, ejerceremos nuestro papel como ciudadanos y habitantes de nuestra región.
En fin, nuestro papel como ciudadanos es estar atentos, vigilantes de lo que ocurre en la esfera pública, porque las decisiones de los gobernantes nos afectan para bien o para mal, dejemos de aceptar excusas, porque en la burocracia existe mucho personal improvisado y ahora somos testigos de los negocios al amparo del poder y el servicio público, los desfalcos y desvíos cometidos por algunos, ignorados por otros, pero a conveniencia siempre.
Recordemos que los partidos políticos no son dueños de la política, ni de los gobiernos y mucho menos cuentan con la calidad moral para definir quién puede intervenir en ella, la política es nuestra, el poder se los otorgamos nosotros, como versa aquella canción de Gloria Trevi: “Lo que yo no entiendo es como siendo mil borregos le tienen tanto miedo a un poco loco, rete tonto, tosco lobo feo…”
Si tienes interés en participar y ejercer tu ciudadanía o aprender sobre ello, recuerda que este Observatorio Ciudadano de Gobierno, Democracia y Legalidad del Estado de Hidalgo AC te está esperando, puedes escribirnos al 771-156-5870 o en coordinacion@observatoriohidalgo.org y visitar nuestra página web: https://www.observatoriohidalgo.org/