/ jueves 21 de marzo de 2024

Colosio: 30 años después

De lo sucedido con Luis Donaldo podemos aprender muchas cosas, desde una visión de un México con sed y hambre de justicia social, hasta la manera como operan las campañas políticas; El 23 de marzo de 1994 en el Barrio de Lomas Taurinas en Tijuana, sucedió el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, Candidato a la Presidencia de la República, un hecho que marcó la vida pública de nuestro país y 30 años después, este hecho aún impacta en nuestros procesos electorales.

Actualmente nos enteramos casi a diario de los asesinatos de quienes aspiran a ocupar un cargo de elección popular, de uno u otro partido; también somos testigos de la intromisión de los gobiernos en turno, para generar controversia o “dictar agenda”, asimismo, dentro de la vida de los partidos políticos se aprecian imposiciones y “dedazos” que después de tantos años nuestra democracia no ha podido erradicar.

Cierto es que actualmente no existe una oferta política seria, que pueda poner sobre la mesa los temas importantes para el país y el fortalecimiento democrático, luego entonces, al momento de ejercer el voto deberemos hacerlo por quien, desde nuestra apreciación, sea el “menos peor” y diversificar los votos y no hacerlo por un solo partido político.

Dentro de las agendas pendientes para discutir y crear políticas eficientes se encuentra el tema de la seguridad, donde, hasta el momento, ninguna persona aspirante se ha posicionado con seriedad respecto a la política actual, y es que, después de seis años es claro que no ha funcionado, y los abrazos y no balazos tiene sumido a regiones de este país en narco estados con hechos narco terroristas.

Lamentablemente observamos aún con asombro la realidad que los gobiernos se niegan a aceptar, que en el tema de seguridad se encuentran rebasados, pues en los últimos años, hemos visto incrementarse los asesinatos de personas candidatas a ocupar un cargo de elección popular.

Afortunadamente nuestro estado se encuentra entre las entidades donde estos hechos o son aislados o aún no se presentan, desgraciadamente tampoco se aprecia un gobierno con ganas de invertir en la seguridad, la prevención de los delitos y, sobre todo, en fortalecer el vínculo entre la ciudadanía y la policía.

Para finalizar, es necesario poner en la mesa los temas importantes para el avance y progreso de nuestro país, que el asesinato de Colosio sea el hecho aislado y no el destino de quien aspira al servicio público, pues si algo debemos aprender de ello, es que tenemos los gobierno que merecemos, pues nosotros los votamos y elegimos.


De lo sucedido con Luis Donaldo podemos aprender muchas cosas, desde una visión de un México con sed y hambre de justicia social, hasta la manera como operan las campañas políticas; El 23 de marzo de 1994 en el Barrio de Lomas Taurinas en Tijuana, sucedió el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, Candidato a la Presidencia de la República, un hecho que marcó la vida pública de nuestro país y 30 años después, este hecho aún impacta en nuestros procesos electorales.

Actualmente nos enteramos casi a diario de los asesinatos de quienes aspiran a ocupar un cargo de elección popular, de uno u otro partido; también somos testigos de la intromisión de los gobiernos en turno, para generar controversia o “dictar agenda”, asimismo, dentro de la vida de los partidos políticos se aprecian imposiciones y “dedazos” que después de tantos años nuestra democracia no ha podido erradicar.

Cierto es que actualmente no existe una oferta política seria, que pueda poner sobre la mesa los temas importantes para el país y el fortalecimiento democrático, luego entonces, al momento de ejercer el voto deberemos hacerlo por quien, desde nuestra apreciación, sea el “menos peor” y diversificar los votos y no hacerlo por un solo partido político.

Dentro de las agendas pendientes para discutir y crear políticas eficientes se encuentra el tema de la seguridad, donde, hasta el momento, ninguna persona aspirante se ha posicionado con seriedad respecto a la política actual, y es que, después de seis años es claro que no ha funcionado, y los abrazos y no balazos tiene sumido a regiones de este país en narco estados con hechos narco terroristas.

Lamentablemente observamos aún con asombro la realidad que los gobiernos se niegan a aceptar, que en el tema de seguridad se encuentran rebasados, pues en los últimos años, hemos visto incrementarse los asesinatos de personas candidatas a ocupar un cargo de elección popular.

Afortunadamente nuestro estado se encuentra entre las entidades donde estos hechos o son aislados o aún no se presentan, desgraciadamente tampoco se aprecia un gobierno con ganas de invertir en la seguridad, la prevención de los delitos y, sobre todo, en fortalecer el vínculo entre la ciudadanía y la policía.

Para finalizar, es necesario poner en la mesa los temas importantes para el avance y progreso de nuestro país, que el asesinato de Colosio sea el hecho aislado y no el destino de quien aspira al servicio público, pues si algo debemos aprender de ello, es que tenemos los gobierno que merecemos, pues nosotros los votamos y elegimos.