/ jueves 4 de abril de 2024

Los Gobiernos que nos merecemos

Es posible que cuando menos, una vez en nuestra vida, hayamos escuchado esta frase: Tenemos los gobiernos que merecemos; pero, ¿qué significa?, si bien es importante el contexto en el que se diga, al tener un régimen democrático con gobiernos electos es la realidad de nuestro estado, tenemos los gobiernos que nos merecemos, pues nosotros los votamos.

Sería importante también reflexionar sobre la calidad de las personas que hacen trabajo político electoral, en otras palabras, preguntarnos si ¿tenemos los políticos que nos merecemos? y la respuesta es más fácil y muy seguramente será que NO, ya que en los últimos años hemos tenido una crisis de confianza con los partidos políticos y es que, por ejemplo, en el discurso se escucha esperanzador aquello que repiten sin cesar, que es necesario el relevo generacional, pero en la práctica vemos a los políticos de siempre compitiendo o tratando de ser competitivos por tal o cual partido, como si creyeran que los ciudadanos somos tontos y no recordamos sus resultados y la ineficiencia que los caracteriza.

Es común ver que activistas se suman a esta lista, como si el servicio público sea el fin de aquello que dicen representar; y entonces, en consecuencia, tenemos malos políticos y, por tanto, serán malos gobiernos, y es que basta con ver su plataforma política -si es que tienen- para entender que no tenemos a los políticos que nos merecemos.

Y es que sería interesante que como ciudadanía activa fuéramos más exigentes con los perfiles de quienes quieren representarnos, pues para muchas y muchos se ha vuelto un negocio redondo al amparo de un poder que les reconocemos los ciudadanos y les otorgamos en las urnas, pero que se han olvidado que sin ese reconocimiento ciudadano tal poder no existe.

Si bien es cierto que nuestra democracia es joven y que organismos como el INE es apenas la sexta elección federal que organiza desde su creación, también es cierto que las y los diputados no han discutido una reforma electoral de fondo que acompañe estos procesos que cada vez son más complejos, y requieren dar respuesta a lo que los ciudadanos exigimos, pues lastimosamente en el último sexenio se han convertido en payasos levanta manos a merced de los intereses de un presidencialismo exacerbado.

Como resultado de lo anterior es necesario que mantengamos una ciudadanía activa ante la falta de políticos que nos merecemos, vigilemos, incidamos, exijamos y no seamos condescendientes de gobiernos con titulares ineficientes, ineptos, corruptos e ignorantes, por lo que te invito a sumarte como observador electoral e interesarte por los asuntos públicos reiterando que en el Observatorio Ciudadano de Gobierno, Democracia y Legalidad del Estado de Hidalgo A.C. tienes las puertas abiertas para la incidencia y observancia de lo público en nuestro estado.


Es posible que cuando menos, una vez en nuestra vida, hayamos escuchado esta frase: Tenemos los gobiernos que merecemos; pero, ¿qué significa?, si bien es importante el contexto en el que se diga, al tener un régimen democrático con gobiernos electos es la realidad de nuestro estado, tenemos los gobiernos que nos merecemos, pues nosotros los votamos.

Sería importante también reflexionar sobre la calidad de las personas que hacen trabajo político electoral, en otras palabras, preguntarnos si ¿tenemos los políticos que nos merecemos? y la respuesta es más fácil y muy seguramente será que NO, ya que en los últimos años hemos tenido una crisis de confianza con los partidos políticos y es que, por ejemplo, en el discurso se escucha esperanzador aquello que repiten sin cesar, que es necesario el relevo generacional, pero en la práctica vemos a los políticos de siempre compitiendo o tratando de ser competitivos por tal o cual partido, como si creyeran que los ciudadanos somos tontos y no recordamos sus resultados y la ineficiencia que los caracteriza.

Es común ver que activistas se suman a esta lista, como si el servicio público sea el fin de aquello que dicen representar; y entonces, en consecuencia, tenemos malos políticos y, por tanto, serán malos gobiernos, y es que basta con ver su plataforma política -si es que tienen- para entender que no tenemos a los políticos que nos merecemos.

Y es que sería interesante que como ciudadanía activa fuéramos más exigentes con los perfiles de quienes quieren representarnos, pues para muchas y muchos se ha vuelto un negocio redondo al amparo de un poder que les reconocemos los ciudadanos y les otorgamos en las urnas, pero que se han olvidado que sin ese reconocimiento ciudadano tal poder no existe.

Si bien es cierto que nuestra democracia es joven y que organismos como el INE es apenas la sexta elección federal que organiza desde su creación, también es cierto que las y los diputados no han discutido una reforma electoral de fondo que acompañe estos procesos que cada vez son más complejos, y requieren dar respuesta a lo que los ciudadanos exigimos, pues lastimosamente en el último sexenio se han convertido en payasos levanta manos a merced de los intereses de un presidencialismo exacerbado.

Como resultado de lo anterior es necesario que mantengamos una ciudadanía activa ante la falta de políticos que nos merecemos, vigilemos, incidamos, exijamos y no seamos condescendientes de gobiernos con titulares ineficientes, ineptos, corruptos e ignorantes, por lo que te invito a sumarte como observador electoral e interesarte por los asuntos públicos reiterando que en el Observatorio Ciudadano de Gobierno, Democracia y Legalidad del Estado de Hidalgo A.C. tienes las puertas abiertas para la incidencia y observancia de lo público en nuestro estado.