/ martes 10 de diciembre de 2019

Más médicos para la gente

DE FRENTE A LA CIUDADANÍA


Por años, la población en México ha tenido la queja de que no existen médicos en las clínicas u hospitales públicos y cuando hay médicos, las medicinas escasean o no existe el equipo para un diagnóstico o tratamiento adecuado, es un círculo vicioso que se ha repetido por mucho tiempo.

Si bien la cobertura médica ha avanzado en gran medida, aún queda parte de la población nacional que no cuenta con la atención necesaria y que de acuerdo con el Estudio Diagnóstico del Derecho a la Salud 2018, publicado por el CONEVAL, las personas que no cuentan con algún esquema de servicio médico alcanzan los 19 millones y de ellas, alrededor de 3 millones de habitantes que viven en comunidades apartadas a los grandes centros urbanos carecen totalmente de acceso físico a algún servicio de salud.

En Hidalgo no somos ajenos a esa realidad y aunque sabemos que es un enorme reto lograr la cobertura total en salud —ya que existe una gran dispersión poblacional principalmente en zonas indígenas como la Otomí-Tepehua, la Huasteca y la región serrana—, debemos echar mano de instrumentos que han probado su eficacia para llegar a la mayoría de la población y es ahí donde las organizaciones de la sociedad civil encuentran un nicho de oportunidad idóneo para desarrollar sus actividades, ya que muchas de las organizaciones no gubernamentales cuentan con médicos especialistas que pueden poner a disposición de la gente, porque el sistema de salud pública del país, más allá de carecer de personal médico, carece de facultativos con determinadas especialidades para atender los padecimientos con mayor prevalencia en México, como las enfermedades del corazón, la diabetes o los tumores malignos, en la actualidad solo 45% de médicos especialistas se encuentra laborando para el sistema de salud pública mexicano (lo que sin duda lleva a una sobresaturación de sus servicios) y un 40% se concentra en la iniciativa privada. Si bien el número de especialistas ha crecido en el país, muchos de ellos no aceptarían trasladarse de manera permanente a una pequeña comunidad y uno de los motivos sería el salarial, sin embargo, aprovechando las bondades tecnológicas sí podrían ser consultados a través de medios electrónicos.

Por lo que ante este panorama, las ONG pudieran identificar necesidades prioritarias de atención y ofrecer su catálogo de especialidades médicas en el que se haga especial énfasis a la cobertura en comunidades de difícil acceso geográfico y a sectores sociales en desventaja, donde se utilicen los medios tecnológicos de comunicación y se privilegie un esquema de prevención y tratamiento de las enfermedades con mayor incidencia.

Lo verdaderamente importante es que cada día se reduzcan las distintas brechas que limitan el bienestar de la gente y que los miembros de las organizaciones civiles sigamos buscando los mecanismos para servir a nuestra población y no esperarse a tener algún cargo público para ayudar a quien lo necesite, porque desde cualquier espacio, sea público o privado,s se puede contribuir al mejoramiento social.

DE FRENTE A LA CIUDADANÍA


Por años, la población en México ha tenido la queja de que no existen médicos en las clínicas u hospitales públicos y cuando hay médicos, las medicinas escasean o no existe el equipo para un diagnóstico o tratamiento adecuado, es un círculo vicioso que se ha repetido por mucho tiempo.

Si bien la cobertura médica ha avanzado en gran medida, aún queda parte de la población nacional que no cuenta con la atención necesaria y que de acuerdo con el Estudio Diagnóstico del Derecho a la Salud 2018, publicado por el CONEVAL, las personas que no cuentan con algún esquema de servicio médico alcanzan los 19 millones y de ellas, alrededor de 3 millones de habitantes que viven en comunidades apartadas a los grandes centros urbanos carecen totalmente de acceso físico a algún servicio de salud.

En Hidalgo no somos ajenos a esa realidad y aunque sabemos que es un enorme reto lograr la cobertura total en salud —ya que existe una gran dispersión poblacional principalmente en zonas indígenas como la Otomí-Tepehua, la Huasteca y la región serrana—, debemos echar mano de instrumentos que han probado su eficacia para llegar a la mayoría de la población y es ahí donde las organizaciones de la sociedad civil encuentran un nicho de oportunidad idóneo para desarrollar sus actividades, ya que muchas de las organizaciones no gubernamentales cuentan con médicos especialistas que pueden poner a disposición de la gente, porque el sistema de salud pública del país, más allá de carecer de personal médico, carece de facultativos con determinadas especialidades para atender los padecimientos con mayor prevalencia en México, como las enfermedades del corazón, la diabetes o los tumores malignos, en la actualidad solo 45% de médicos especialistas se encuentra laborando para el sistema de salud pública mexicano (lo que sin duda lleva a una sobresaturación de sus servicios) y un 40% se concentra en la iniciativa privada. Si bien el número de especialistas ha crecido en el país, muchos de ellos no aceptarían trasladarse de manera permanente a una pequeña comunidad y uno de los motivos sería el salarial, sin embargo, aprovechando las bondades tecnológicas sí podrían ser consultados a través de medios electrónicos.

Por lo que ante este panorama, las ONG pudieran identificar necesidades prioritarias de atención y ofrecer su catálogo de especialidades médicas en el que se haga especial énfasis a la cobertura en comunidades de difícil acceso geográfico y a sectores sociales en desventaja, donde se utilicen los medios tecnológicos de comunicación y se privilegie un esquema de prevención y tratamiento de las enfermedades con mayor incidencia.

Lo verdaderamente importante es que cada día se reduzcan las distintas brechas que limitan el bienestar de la gente y que los miembros de las organizaciones civiles sigamos buscando los mecanismos para servir a nuestra población y no esperarse a tener algún cargo público para ayudar a quien lo necesite, porque desde cualquier espacio, sea público o privado,s se puede contribuir al mejoramiento social.

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