/ jueves 11 de abril de 2024

En defensa de la soberanía nacional … cerrando filas

El pasado viernes 5 de abril se dio un hecho inédito en la historia contemporánea de nuestro país, las fuerzas armadas ecuatorianas entraron por la fuerza y asaltaron la embajada de México en Quito, Ecuador, con la finalidad de detener al exvicepresidente de ese país Jorge Glas, acusado de corrupción, quien horas antes había recibido por parte del gobierno mexicano asilo político.

Existe de por medio en este conflicto un componente político y otro estrictamente jurídico regulado por el Derecho Internacional, en lo que concierne a la situación política, recordemos que el exvicepresidente Glas, quién estuvo en funciones en tiempos de la Presidencia de Rafael Correa, solicitó asilo político a México aludiendo una persecución política en su país; además de esta circunstancia compleja, el gobierno del presidente ecuatoriano Daniel Naboa, declaró persona non grata a la embajadora de México Raquel Serur, consecuencia de las declaraciones que hizo el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en las cuales relacionó el acceso al poder del actual presidente ecuatoriano con el asesinato del candidato presidencial de ese país Fernando Villavicencio.

Las declaraciones que fueron escalando en un conflicto político y diplomático entre ambos países pueden ser ampliamente discutidas y analizadas, ¿hasta dónde imperó la libertad de expresión o se traspasó a la intervención de la vida política interna de un país? lo que no está en duda es la violación y la gravísima acción de tomar por asalto una embajada, situación que viola claramente el Derecho Internacional.

La Conferencia de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961, es un instrumento internacional que establece el funcionamiento de las misiones diplomáticas y los derechos que tienen en los países de destino; establece puntualmente que los locales de las misiones diplomáticas y la vivienda de los embajadores gozan de una protección especial y no pueden ser objeto de ninguna tipo de violencia; estableciéndose en ello soberanía extraterritorial sobre el espacio físico donde se establecen las embajadas; garantizándoles inviolabilidad, añadiendo que los locales de las embajadas no pueden ser objeto de registro, requisa, embargo o medida de ejecución.

Por lo tanto, celebró que muchos gobiernos del mundo hayan manifestado su rechazo sobre el asalto a la embajada de México en Ecuador; asimismo, la civilidad de todos los actores políticos y representantes de los poderes en México, que sin mezquindades, han dado su completo respaldo a las acciones que ha tomado el Gobierno de México, que han implicado romper relaciones diplomáticas con el Ecuador y sujetarse al Derecho Internacional para denunciar esta atroz acción.


“… La transformación exige de grandes objetivos que sólo se cumplen mediante el esfuerzo, la disciplina cotidiana y la convicción de aportar por el bien común…” Osiris Leines.


El pasado viernes 5 de abril se dio un hecho inédito en la historia contemporánea de nuestro país, las fuerzas armadas ecuatorianas entraron por la fuerza y asaltaron la embajada de México en Quito, Ecuador, con la finalidad de detener al exvicepresidente de ese país Jorge Glas, acusado de corrupción, quien horas antes había recibido por parte del gobierno mexicano asilo político.

Existe de por medio en este conflicto un componente político y otro estrictamente jurídico regulado por el Derecho Internacional, en lo que concierne a la situación política, recordemos que el exvicepresidente Glas, quién estuvo en funciones en tiempos de la Presidencia de Rafael Correa, solicitó asilo político a México aludiendo una persecución política en su país; además de esta circunstancia compleja, el gobierno del presidente ecuatoriano Daniel Naboa, declaró persona non grata a la embajadora de México Raquel Serur, consecuencia de las declaraciones que hizo el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en las cuales relacionó el acceso al poder del actual presidente ecuatoriano con el asesinato del candidato presidencial de ese país Fernando Villavicencio.

Las declaraciones que fueron escalando en un conflicto político y diplomático entre ambos países pueden ser ampliamente discutidas y analizadas, ¿hasta dónde imperó la libertad de expresión o se traspasó a la intervención de la vida política interna de un país? lo que no está en duda es la violación y la gravísima acción de tomar por asalto una embajada, situación que viola claramente el Derecho Internacional.

La Conferencia de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961, es un instrumento internacional que establece el funcionamiento de las misiones diplomáticas y los derechos que tienen en los países de destino; establece puntualmente que los locales de las misiones diplomáticas y la vivienda de los embajadores gozan de una protección especial y no pueden ser objeto de ninguna tipo de violencia; estableciéndose en ello soberanía extraterritorial sobre el espacio físico donde se establecen las embajadas; garantizándoles inviolabilidad, añadiendo que los locales de las embajadas no pueden ser objeto de registro, requisa, embargo o medida de ejecución.

Por lo tanto, celebró que muchos gobiernos del mundo hayan manifestado su rechazo sobre el asalto a la embajada de México en Ecuador; asimismo, la civilidad de todos los actores políticos y representantes de los poderes en México, que sin mezquindades, han dado su completo respaldo a las acciones que ha tomado el Gobierno de México, que han implicado romper relaciones diplomáticas con el Ecuador y sujetarse al Derecho Internacional para denunciar esta atroz acción.


“… La transformación exige de grandes objetivos que sólo se cumplen mediante el esfuerzo, la disciplina cotidiana y la convicción de aportar por el bien común…” Osiris Leines.