/ domingo 29 de enero de 2023

Aniversario del nacimiento de Alfonso Cravioto

Él nació en Pachuca, Hidalgo. Hijo del general Rafael Cravioto Moreno Pacheco y de la profesora Laura Mejorada. Su parentesco con su padre le trajo problemas en su juventud con los amigos con los que quería andar, y así tuvo que convencerlos de que a pesar de ser hijo de un connotado porfirista, era de otras ideas y era pro-revolucionario y precursor de la Revolución desde chamaco.

No tenía ni 20 años cuando andaba con persecuciones y andanzas de rebelde al régimen porfirista, actos por los que fue encarcelado en la prisión de Belén en la capital del país, donde estuvo a punto de contagiarse porque lo colocaron a él y sus compañeros periodistas en la crujía de los tifosos, o sea los que padecían tifo, esa enfermedad que a principios del siglo XX (1904) era letal.

Parece ser que de su padre el General, heredó el arrojo y la valentía para defender sus ideales, ya que a lo largo de su vida demostró siempre esa audacia y esa forma de enfrentar las adversidades con temple y valor.

De su madre la Maestra Laura Mejorada, jalisciense, heredó un enorme amor por las letras y la cultura en general, ya que desde joven se convirtió en periodista de combate y por su enorme apego a las letras y las artes, antes de los treinta años tenía ya una grandilocuencia que lo llevó a pronunciar discursos famosos en el Constituyente y en la XXI legislatura, la Cámara Maderista.

Cravioto fue apreciado por su vasta cultura, era un lector constante e insistente y eso le obtuvo una gran erudición para sus discursos y para sus escritos. Tanto el Presidente Madero, como después el presidente Carranza, admiraban sus dotes de erudito orador. El propio Obregón una vez lo ensalzó con los periodistas después de pronunciar un discurso en la Cámara de Senadores en donde había dado la bienvenida a los embajadores y enviados extranjeros a los festejos del Centenario de la Consumación de la Independencia en 1921 diciendo:

“Díganle a Cravioto que mañana compre el periódico y lea su discurso, muy bueno, ya que no lo oyó él mismo” eso en referencia a la sordera que padeció desde joven, un mal congénito de los Cravioto.

Entre sus múltiples actos políticos y embajadas, destacamos su intervención decidida en la Cámara de Senadores para la creación de la Secretaría de Educación Pública, promovida por Obregón y por José Vasconcelos quien reconoció el impulso que dio Cravioto a esta iniciativa. Siempre que escribo sobre Don Alfonso pondero mucho sus escritos, pero esta vez voy a transcribir en su honor, un poema de Él, que me gusta mucho:

“Ser primitivo/ Ingenuo de emociones/ Sin alambique ni traiciones/pensar, sentir, ahondar, vivir/ y hacer del alma/ un árbol abierto de canciones/ para todos los vientos del vivir./

Él nació en Pachuca, Hidalgo. Hijo del general Rafael Cravioto Moreno Pacheco y de la profesora Laura Mejorada. Su parentesco con su padre le trajo problemas en su juventud con los amigos con los que quería andar, y así tuvo que convencerlos de que a pesar de ser hijo de un connotado porfirista, era de otras ideas y era pro-revolucionario y precursor de la Revolución desde chamaco.

No tenía ni 20 años cuando andaba con persecuciones y andanzas de rebelde al régimen porfirista, actos por los que fue encarcelado en la prisión de Belén en la capital del país, donde estuvo a punto de contagiarse porque lo colocaron a él y sus compañeros periodistas en la crujía de los tifosos, o sea los que padecían tifo, esa enfermedad que a principios del siglo XX (1904) era letal.

Parece ser que de su padre el General, heredó el arrojo y la valentía para defender sus ideales, ya que a lo largo de su vida demostró siempre esa audacia y esa forma de enfrentar las adversidades con temple y valor.

De su madre la Maestra Laura Mejorada, jalisciense, heredó un enorme amor por las letras y la cultura en general, ya que desde joven se convirtió en periodista de combate y por su enorme apego a las letras y las artes, antes de los treinta años tenía ya una grandilocuencia que lo llevó a pronunciar discursos famosos en el Constituyente y en la XXI legislatura, la Cámara Maderista.

Cravioto fue apreciado por su vasta cultura, era un lector constante e insistente y eso le obtuvo una gran erudición para sus discursos y para sus escritos. Tanto el Presidente Madero, como después el presidente Carranza, admiraban sus dotes de erudito orador. El propio Obregón una vez lo ensalzó con los periodistas después de pronunciar un discurso en la Cámara de Senadores en donde había dado la bienvenida a los embajadores y enviados extranjeros a los festejos del Centenario de la Consumación de la Independencia en 1921 diciendo:

“Díganle a Cravioto que mañana compre el periódico y lea su discurso, muy bueno, ya que no lo oyó él mismo” eso en referencia a la sordera que padeció desde joven, un mal congénito de los Cravioto.

Entre sus múltiples actos políticos y embajadas, destacamos su intervención decidida en la Cámara de Senadores para la creación de la Secretaría de Educación Pública, promovida por Obregón y por José Vasconcelos quien reconoció el impulso que dio Cravioto a esta iniciativa. Siempre que escribo sobre Don Alfonso pondero mucho sus escritos, pero esta vez voy a transcribir en su honor, un poema de Él, que me gusta mucho:

“Ser primitivo/ Ingenuo de emociones/ Sin alambique ni traiciones/pensar, sentir, ahondar, vivir/ y hacer del alma/ un árbol abierto de canciones/ para todos los vientos del vivir./