/ lunes 25 de marzo de 2024

Tecnología en menores, un recurso de doble filo: Bustamante

Aunque la tecnología y aparatos electrónicos están al alcance de todos, su uso y consumo en menores depende de los adultos a cargo 

Si la tecnología es aprovechada de la manera correcta y se vuelve accesible a escala universal, puede cambiar la situación de los niños que han quedado atrás –ya sea debido a la pobreza, la raza, el origen étnico, el género, la discapacidad, el desplazamiento o el aislamiento geográfico–, al conectarlos a numerosas oportunidades y dotarlos de las aptitudes que necesitan para tener éxito en un mundo digital. Pero a menos que se amplíe el acceso, la tecnología puede crear nuevas brechas que impiden que los niños alcancen todo su potencial, de acuerdo con el último informe del estado mundial de la infancia “Niños en un mundo digital”, publicado por la Unicef.

Laura Margarita Bustamante Guevara, joven y profesionista madre de un niño de tres años de edad que nació durante la pandemia, compartió con El Sol de Tulancingo un poco de lo que ella ha aprendido y experimentado en esta era digital, una en la que es imposible no hacer uso de esta herramienta.

Lau, como es llamada por sus allegados, cree que la tecnología desde temprana edad puede ser una arma de doble filo, y no la considera necesaria para la crianza y educación de las infancias, aunque sí menciona que se le puede dar un buen uso “si tienes la capacidad -como padre o madre-, de entender la diferencia entre diversión y aprendizaje”.

“No es necesario, los niños pueden aprender todo lo que requieren aprender a esa edad con otras habilidades”, mencionó.

De Herramienta a Escaparate

Aunque originalmente la función de la tecnología era la educación y complementar algunas actividades humanas de manera más rápida, esta misma ha fungido como escaparate para algunos padres que también se han tornado adictos a estos aparatos y prefieren darles la misma herramienta a sus pequeñines.

“La tecnología pudo habernos hechos más ‘huevones’ como padres, yo lo considero más como algo cómodo para los padres porque no les ponen atención, pero el uso desmedido puede proporcionar otras consecuencias como déficit de atención, por ejemplo, en las escuelas es menos fácil que pongan atención en el pizarrón porque están acostumbrados a las pantallas”.

La entrevistada consideró que también hay algunos programas pensados para los pequeños, principalmente los que atienden temas de educación emocional, asunto que muchas veces no se enseña dentro de un aula.

“Bluey es una caricatura educativa porque les enseñan a manejar su estrés, ansiedad, problemas cotidianos a los que se pueden enfrentar un niño; como por ejemplo, enseñarle a compartir un juguete, pero solo en esos temas, porque si hablamos de aprender un color, una letra o números sólo lo pueden hacer a través del sistema educativo o con algún adulto”.

Ciertos programas televisivos, por ejemplo, incluso pueden ser de utilidad para los padres, pues al haber crecido en una época diferente sirven para hacer conciencia del papel que se desea jugar, “ser un padre sí, pero ¿un padre ausente?, ¿que se involucra?, ¿con responsabilidad afectiva y criar a un hijo que no tenga que sanar su infancia?”.

Controles Parentales

Sobre los contenidos, explicó que ella descubrió un aplicación con la que puede tener el control absoluto de la tablet de su hijo y le da la certeza de que cuando ella no está cerca de su bebé, él está consumiendo cosas para su edad.

“Entonces todo lo apruebo yo, hay control parental y cuando intenta descargar algo que no es correspondiente para su edad me llega el correo y yo lo autorizo o no, es mi forma de estar cerca sin estarlo”. confesó.

Respecto a que si su hijo prefiere tablet, computadora, celular o pantalla, aseguró que no es adicto a los aparatos tecnológicos, más bien, al contenido, pues puede verlos en cualquiera de los antes mencionados sin problema alguno. Incluso, en tema de broma dijo que los niños de hoy en día ya nacen con el “chip” integrado por lo que sin importar la edad, tiene la capacidad de manejar los aparatos sin problema alguno.

Aunque su hijo tiene un control parental, Laura se ha percatado al estar en contacto con otros niños que no lo tienen y consumen cualquier tipo de contenido, que pueden mostrar algún tipo de aplazamiento en cuanto a su educación.

“Incluso algo que está marcado en los niños de la pandemia (nacidos en pandemia) es el retraso del habla por el uso de los dispositivos y de la capacidad de desarrollarse entre niños de su edad”, explicó.

Por último, aunque reconoció que ella puede tener una condición social/educativa y económica mejor que alguna otra madre, dijo que nada tiene que ver con la intención de involucrarse con la educación y crianza de los niños, pues la aplicaciones con las que ella controla el contenido de sus hijos es gratuita, así como el tiempo de ocio que uno quiere pasar.

“No estoy peleada con la tecnología pero si estoy consciente que debe ir de la mano con un control, sino solo se queda en dispositivo visual, al final de cuentas es una herramienta que se debe utilizar si o si, pero el chiste es que no te sobrepase. Si no lo tratas de controlar es porque no tienes el interés de ver lo que ellos puedan copiar, como el lenguaje, muchos niños ya no dicen sandwich si no emparedado”.

Un Truco de Manipulación

Por su parte, Ana Gúzman, profesora de preescolar de una escuela privada en Tulancingo, considera que, el uso de la tecnología en menores sí es en mayoría por flojera de los padres, pues para muchos resulta una manera de manipular la frustración o intolerancia en diversos contextos.

“Es para ‘controlar’ y manipular su atención ante responsabilidades como ‘haz esto y te doy el celular o tablet... quédate quieto y en silencio y te doy el celular’, incluso sus sentimientos se ven afectados. Y la intolerancia a la frustración crece en su entorno escolar”, sentenció.

A decir de la maestra, el uso de la tecnología en menores tiene diferentes usos, según los estilos de crianza que manifiestan las familias. En su mayoría es un recurso de control para poder lograr captar su atención.

Aunque la mayoría de las personas hoy en día cuentan con un aparato tecnológico, la educadora cree que aunque en gran parte se ha visto que la tecnología llega a hogares con mejores posibilidades económicas, también es cierto que en familias con condiciones austeras, estas tienen un celular y la cercanía a Internet, es decir, el mismo acceso al uso de la tecnología en todos sus niveles.


Si la tecnología es aprovechada de la manera correcta y se vuelve accesible a escala universal, puede cambiar la situación de los niños que han quedado atrás –ya sea debido a la pobreza, la raza, el origen étnico, el género, la discapacidad, el desplazamiento o el aislamiento geográfico–, al conectarlos a numerosas oportunidades y dotarlos de las aptitudes que necesitan para tener éxito en un mundo digital. Pero a menos que se amplíe el acceso, la tecnología puede crear nuevas brechas que impiden que los niños alcancen todo su potencial, de acuerdo con el último informe del estado mundial de la infancia “Niños en un mundo digital”, publicado por la Unicef.

Laura Margarita Bustamante Guevara, joven y profesionista madre de un niño de tres años de edad que nació durante la pandemia, compartió con El Sol de Tulancingo un poco de lo que ella ha aprendido y experimentado en esta era digital, una en la que es imposible no hacer uso de esta herramienta.

Lau, como es llamada por sus allegados, cree que la tecnología desde temprana edad puede ser una arma de doble filo, y no la considera necesaria para la crianza y educación de las infancias, aunque sí menciona que se le puede dar un buen uso “si tienes la capacidad -como padre o madre-, de entender la diferencia entre diversión y aprendizaje”.

“No es necesario, los niños pueden aprender todo lo que requieren aprender a esa edad con otras habilidades”, mencionó.

De Herramienta a Escaparate

Aunque originalmente la función de la tecnología era la educación y complementar algunas actividades humanas de manera más rápida, esta misma ha fungido como escaparate para algunos padres que también se han tornado adictos a estos aparatos y prefieren darles la misma herramienta a sus pequeñines.

“La tecnología pudo habernos hechos más ‘huevones’ como padres, yo lo considero más como algo cómodo para los padres porque no les ponen atención, pero el uso desmedido puede proporcionar otras consecuencias como déficit de atención, por ejemplo, en las escuelas es menos fácil que pongan atención en el pizarrón porque están acostumbrados a las pantallas”.

La entrevistada consideró que también hay algunos programas pensados para los pequeños, principalmente los que atienden temas de educación emocional, asunto que muchas veces no se enseña dentro de un aula.

“Bluey es una caricatura educativa porque les enseñan a manejar su estrés, ansiedad, problemas cotidianos a los que se pueden enfrentar un niño; como por ejemplo, enseñarle a compartir un juguete, pero solo en esos temas, porque si hablamos de aprender un color, una letra o números sólo lo pueden hacer a través del sistema educativo o con algún adulto”.

Ciertos programas televisivos, por ejemplo, incluso pueden ser de utilidad para los padres, pues al haber crecido en una época diferente sirven para hacer conciencia del papel que se desea jugar, “ser un padre sí, pero ¿un padre ausente?, ¿que se involucra?, ¿con responsabilidad afectiva y criar a un hijo que no tenga que sanar su infancia?”.

Controles Parentales

Sobre los contenidos, explicó que ella descubrió un aplicación con la que puede tener el control absoluto de la tablet de su hijo y le da la certeza de que cuando ella no está cerca de su bebé, él está consumiendo cosas para su edad.

“Entonces todo lo apruebo yo, hay control parental y cuando intenta descargar algo que no es correspondiente para su edad me llega el correo y yo lo autorizo o no, es mi forma de estar cerca sin estarlo”. confesó.

Respecto a que si su hijo prefiere tablet, computadora, celular o pantalla, aseguró que no es adicto a los aparatos tecnológicos, más bien, al contenido, pues puede verlos en cualquiera de los antes mencionados sin problema alguno. Incluso, en tema de broma dijo que los niños de hoy en día ya nacen con el “chip” integrado por lo que sin importar la edad, tiene la capacidad de manejar los aparatos sin problema alguno.

Aunque su hijo tiene un control parental, Laura se ha percatado al estar en contacto con otros niños que no lo tienen y consumen cualquier tipo de contenido, que pueden mostrar algún tipo de aplazamiento en cuanto a su educación.

“Incluso algo que está marcado en los niños de la pandemia (nacidos en pandemia) es el retraso del habla por el uso de los dispositivos y de la capacidad de desarrollarse entre niños de su edad”, explicó.

Por último, aunque reconoció que ella puede tener una condición social/educativa y económica mejor que alguna otra madre, dijo que nada tiene que ver con la intención de involucrarse con la educación y crianza de los niños, pues la aplicaciones con las que ella controla el contenido de sus hijos es gratuita, así como el tiempo de ocio que uno quiere pasar.

“No estoy peleada con la tecnología pero si estoy consciente que debe ir de la mano con un control, sino solo se queda en dispositivo visual, al final de cuentas es una herramienta que se debe utilizar si o si, pero el chiste es que no te sobrepase. Si no lo tratas de controlar es porque no tienes el interés de ver lo que ellos puedan copiar, como el lenguaje, muchos niños ya no dicen sandwich si no emparedado”.

Un Truco de Manipulación

Por su parte, Ana Gúzman, profesora de preescolar de una escuela privada en Tulancingo, considera que, el uso de la tecnología en menores sí es en mayoría por flojera de los padres, pues para muchos resulta una manera de manipular la frustración o intolerancia en diversos contextos.

“Es para ‘controlar’ y manipular su atención ante responsabilidades como ‘haz esto y te doy el celular o tablet... quédate quieto y en silencio y te doy el celular’, incluso sus sentimientos se ven afectados. Y la intolerancia a la frustración crece en su entorno escolar”, sentenció.

A decir de la maestra, el uso de la tecnología en menores tiene diferentes usos, según los estilos de crianza que manifiestan las familias. En su mayoría es un recurso de control para poder lograr captar su atención.

Aunque la mayoría de las personas hoy en día cuentan con un aparato tecnológico, la educadora cree que aunque en gran parte se ha visto que la tecnología llega a hogares con mejores posibilidades económicas, también es cierto que en familias con condiciones austeras, estas tienen un celular y la cercanía a Internet, es decir, el mismo acceso al uso de la tecnología en todos sus niveles.


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