Este miércoles 13 de julio, se llevó a cabo la misa de exequial en honor al padre Josué Alvarado Hernández, quien falleciera ayer martes a los 82 años de edad.
La celebración fue presidida por el arzobispo de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez, junto a otros sacerdotes de la Diócesis en la Catedral Metropolitana.
Alrededor del féretro del presbítero se colocaron flores blancas, el cirio pascual, sobre este la exposición de su sotana y la Biblia.
Luego de la lectura del evangelio, Monseñor Domingo Díaz, recordó que el presbítero Josué siempre se esforzó por ser misericordioso y durante muchos años de ser honesto y párroco de Catedral "que Dios le premie la honestidad y misericordia".
Por ello, una manera de recordar su labor pastoral donde celebró por muchos años la eucaristía en Catedral, es practicar la misericordia y honestidad.
Hizo un llamado a la feligresía “llevemos en nuestro corazón la práctica de la misericordia y honestidad en sus responsabilidades para tener pasaporte y las llaves a la casa de Dios”.
Asimismo, hacer la lucha de ser caritativos y honestos para prepararse, pues todos los días existen oportunidades para llevarlo a la práctica, “Ojalá que seamos. Nosotros todavía tenemos tiempo para prepararnos porque eso es seguro un día nos vamos a ir de este mundo como se fue el padre Josué, aunque ahorita no nos duela nada y tengamos todo, debemos prepararnos y entrar a la casa y la vida para siempre”.
Posteriormente al rito fúnebre, se informó que el novenario comenzará a partir de mañana jueves en las eucaristías de las 19:00 horas.
El tres de septiembre de 1976 fue nombrado párroco de la catedral de Tulancingo y estuvo por cuatro décadas y puso especial cuidado en la restauración, conservación y preservación del templo sin dejar de lado su labor pastoral, logrando la reconstrucción del órgano tubular, la construcción de la escalera que lleva al campanario y al coro, así como el laminado del interior.