"Es una bendición que llueva”, dice Diego Pablo Guzmán Montiel, quien asegura que desde hace 37 años no llovía en el mes de mayo, lo que resulta alentador, ya que tendrá buena cosecha este año.
Mientras sostiene con fuerza a sus mulas que le ayudan al surco de la melga para echar la rastra para sembrar, asegura que creció en el campo y desde pequeño se dedica a esta labor que representa el sustento económico de su familia.
Valora que ya hayan caído las primeras precipitaciones, pues son muy beneficiosas porque los deja trabajar, "si cae otra aguita pequeña, ya hay que sembrar, para que no nos alcance el frío".
El agricultor oriundo de la comunidad de El Yolo, señala que si no llueve las tierras están muy secas y duras, por lo que con las lluvias que han caído en las últimas semanas, les alcanzará para que tengan jugo para que puedan sembrar.
"Estas aguas son muy buenas porque ya podemos mover para sembrar", asegura Don Diego quien ve que será un año de buena cosecha "va pintado bien" porque empezó a llover desde marzo.
En otros años, comparte que el panorama era diferente y complicado para el campo, ya que las primeras lluvias llegaban a caer hasta junio.
"Tiene casi como 40 años, para ser exactos como 37 años que no llovía en mayo, por Dios que si. Hasta este año que no bendijo Dios", dice consciente que si la canícula es seca, podría cambiar el escenario.
El campesino, comenta que de mayo hasta junio, son los meses ideales para sembrar , pasando este periodo, ya no es propicio hacerlo por las heladas.
Don Diego tiene dos hectáreas y media de tierras, por lo que su producción alcanza las cinco toneladas de maíz que son para su autoconsumo, "del campo sale para comer".