Fétidos olores, originados por la contaminación en los drenes de la ciudad, cuyas descargas son de gran impacto ambiental, perciben vecinos de varios sectores de Tulancingo.
En los cuerpos de agua, sobre todo en el río Tulancingo, a la altura del fraccionamiento Los Sabinos, en el sector Huapalcalco, es común ver cómo incluso se genera espuma por tantos contaminantes que salen del dren hacia el cauce.
Son 280 litros por segundo que se originan de descargas residuales en Tulancingo; estos tienen como fin los ríos de la zona, causando un severo impacto ambiental.
Se estima que impactan a aproximadamente 400 mil personas en la región Tulancingo, de acuerdo con el Estudio Hidrológico publicado hace cuatro años —siendo el más reciente—. Al descargarse a los 12 drenes y ríos, estos últimos atraviesan por varios kilómetros diversas zonas.
Se observan desechos de animales, sobre todo sangre, y otros desperdicios de comida que llevan a un foco de polución.
El impacto de las aguas residuales es significativo.
Es un cauce contaminado, ya no solo por los olores que despide, sino también por los efectos en el agua (poca, por cierto, que lleva).
Entrevistados comentaron que es difícil soportar el olor emitido de estas fuentes. “Antes era en primavera y verano, ahora hasta en estos días; en verdad, ojalá se haga algo porque igualmente prolifera mucho mosco”.
El río Tulancingo, ya en varias partes “seco” y en otros “espumoso”, es un caldo de cultivo para organismos nocivos y plagas.
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