/ lunes 11 de marzo de 2024

Con faenas, fortalecen unión social en la Otomí-Tepehua

Esta organización inserta a niños y jóvenes en la vida comunitaria, enseñándoles el valor del trabajo colectivo

Además de ser una forma de organizarse para mejorar carreteras, limpiar iglesias, combatir siniestros que pongan en riesgo a las comunidades, las faenas son un proceso que contribuye a “reforzar el compromiso individual con el bienestar colectivo”, al participar por igual hombres y mujeres.

Esto lo señala Isaías González González, comisariado del Ejido San Pedrito, al referirse a las faenas, las que calificó como actividades que realizan de manera cotidiana para, entre otras cuestiones, chapear al bosque, que es limpiar la tierra de las malezas y hierbas con el machete o darles mantenimiento a los caminos.

Explica que en esta práctica, que involucra a los 68 ejidatarios, se realiza durante todo el año, ya que hay tareas permanentes como la de conservar el camino viejo que comunica con la Ranchería San Pedrito y se hacen labores dos veces por año.

"En el ejido, las faenas las consideramos para darle mantenimiento a los caminos, destapamos cunetas, limpiamos los ríos, chapeamos las áreas, se cercan zonas de regeneración, sembramos árboles donde se intervengan áreas y se realizan brechas cortafuego", explica.

Las tierras ejidales que encabeza, comenta, tienen un reglamento, por lo que los integrantes del núcleo agrario están obligados a participar en todas las faenas para el cuidado y preservación de las zonas que tienen bajo manejo forestal.

"A nivel comunitario, en donde se realizan labores para la manutención de la iglesia, las carreteras o la escuela, se tiene que involucrar toda la comunidad", puntualiza, y agrega que cada dos meses tienen junta para tratar temas de importancia y se aprovecha para convocar a posteriores labores, por lo que al año realizan hasta ocho o más de acuerdo a lo que se requiera.

González González recuerda que hay casos en que los ejidatarios no asisten y se hacen acreedores a una sanción de 250 pesos, aunque aclaró que hay la posibilidad de enviar a algún representante, pues "la idea es que se vean involucrados en las labores que se hacen".

En cuanto a la participación de menores de edad, refirió que la faena sirve como una herramienta para la inserción de niños y jóvenes en la vida comunitaria, enseñándoles el valor del trabajo colectivo y la responsabilidad social a través de la práctica. "Los ejidatarios que tienen hijos jóvenes muchas veces los llevan para apoyar en estas actividades, ya que se entiende como un medio para inculcar valores y responsabilidades".

Este método de organización, dice, tiene el propósito de que toda la comunidad se incluya en las tareas para que se aminore la carga de trabajo y los resultados sean más eficientes. "Este proceso no solo contribuye a la eficiencia del trabajo realizado, sino que también refuerza el compromiso individual con el bienestar colectivo".

Enfatiza en que la faena también permite la delegación de tareas específicas a los miembros de la comunidad, basándose en sus habilidades y cualidades. "En las tareas participan todos, hombres, mujeres y jóvenes. Por ejemplo, mujeres y jóvenes regularmente hacen actividades que no sean tan pesadas y los hombres hacen el trabajo más duro".

Destacó que una faena comprende una jornada laboral, por lo que regularmente se realizan los días sábados de 9:00 a 16:00 horas y al final se organiza un pequeño refrigerio para convivir con los integrantes de la comunidad, sin involucrar al municipio, aunque recuerda que antes apoyaban con el "lonche".

Aunque las faenas prevalecen recuerda que "antes, cada año, se limpiaba el panteón antes de Día de Muertos. Iban pobladores de todas las comunidades y se dividían las tareas en partes. Hoy en día eso ya se ha estado perdiendo, esta costumbre", lamenta.

Trabajar de manera conjunta hacia objetivos comunes fortalece el tejido social y se fomenta la solidaridad entre los miembros de la comunidad, concluye.

Delegados también organizan faenas

Sobre este tema, la delegada de la comunidad de Tutotepec, Martha Susana Amaro Hernández, señala que dentro de la comunidad continúan las faenas para resolver problemáticas que afectan a la comunidad en su conjunto y se fomenta la participación de los habitantes en la búsqueda de soluciones.

Explica que la organización corre a cargo de quien tenga el cargo de delegado, pues inicialmente es quien se encarga de convocar a una reunión a toda la población, donde se informa el tipo de faena que se realizará, así como el lugar y los materiales que se requieren para llevarla a cabo.

Informó que entre las labores que realizan es el chapoleo de los caminos, se conservan las carreteras rurales, se da mantenimiento al panteón y a la iglesia, trabajos en beneficio común de las familias que viven en la comunidad.

Destacó que regularmente participa toda la comunidad y quienes no pueden hacerlo, mandan algún "peón" o aportan con alimentos o bebidas.


Además de ser una forma de organizarse para mejorar carreteras, limpiar iglesias, combatir siniestros que pongan en riesgo a las comunidades, las faenas son un proceso que contribuye a “reforzar el compromiso individual con el bienestar colectivo”, al participar por igual hombres y mujeres.

Esto lo señala Isaías González González, comisariado del Ejido San Pedrito, al referirse a las faenas, las que calificó como actividades que realizan de manera cotidiana para, entre otras cuestiones, chapear al bosque, que es limpiar la tierra de las malezas y hierbas con el machete o darles mantenimiento a los caminos.

Explica que en esta práctica, que involucra a los 68 ejidatarios, se realiza durante todo el año, ya que hay tareas permanentes como la de conservar el camino viejo que comunica con la Ranchería San Pedrito y se hacen labores dos veces por año.

"En el ejido, las faenas las consideramos para darle mantenimiento a los caminos, destapamos cunetas, limpiamos los ríos, chapeamos las áreas, se cercan zonas de regeneración, sembramos árboles donde se intervengan áreas y se realizan brechas cortafuego", explica.

Las tierras ejidales que encabeza, comenta, tienen un reglamento, por lo que los integrantes del núcleo agrario están obligados a participar en todas las faenas para el cuidado y preservación de las zonas que tienen bajo manejo forestal.

"A nivel comunitario, en donde se realizan labores para la manutención de la iglesia, las carreteras o la escuela, se tiene que involucrar toda la comunidad", puntualiza, y agrega que cada dos meses tienen junta para tratar temas de importancia y se aprovecha para convocar a posteriores labores, por lo que al año realizan hasta ocho o más de acuerdo a lo que se requiera.

González González recuerda que hay casos en que los ejidatarios no asisten y se hacen acreedores a una sanción de 250 pesos, aunque aclaró que hay la posibilidad de enviar a algún representante, pues "la idea es que se vean involucrados en las labores que se hacen".

En cuanto a la participación de menores de edad, refirió que la faena sirve como una herramienta para la inserción de niños y jóvenes en la vida comunitaria, enseñándoles el valor del trabajo colectivo y la responsabilidad social a través de la práctica. "Los ejidatarios que tienen hijos jóvenes muchas veces los llevan para apoyar en estas actividades, ya que se entiende como un medio para inculcar valores y responsabilidades".

Este método de organización, dice, tiene el propósito de que toda la comunidad se incluya en las tareas para que se aminore la carga de trabajo y los resultados sean más eficientes. "Este proceso no solo contribuye a la eficiencia del trabajo realizado, sino que también refuerza el compromiso individual con el bienestar colectivo".

Enfatiza en que la faena también permite la delegación de tareas específicas a los miembros de la comunidad, basándose en sus habilidades y cualidades. "En las tareas participan todos, hombres, mujeres y jóvenes. Por ejemplo, mujeres y jóvenes regularmente hacen actividades que no sean tan pesadas y los hombres hacen el trabajo más duro".

Destacó que una faena comprende una jornada laboral, por lo que regularmente se realizan los días sábados de 9:00 a 16:00 horas y al final se organiza un pequeño refrigerio para convivir con los integrantes de la comunidad, sin involucrar al municipio, aunque recuerda que antes apoyaban con el "lonche".

Aunque las faenas prevalecen recuerda que "antes, cada año, se limpiaba el panteón antes de Día de Muertos. Iban pobladores de todas las comunidades y se dividían las tareas en partes. Hoy en día eso ya se ha estado perdiendo, esta costumbre", lamenta.

Trabajar de manera conjunta hacia objetivos comunes fortalece el tejido social y se fomenta la solidaridad entre los miembros de la comunidad, concluye.

Delegados también organizan faenas

Sobre este tema, la delegada de la comunidad de Tutotepec, Martha Susana Amaro Hernández, señala que dentro de la comunidad continúan las faenas para resolver problemáticas que afectan a la comunidad en su conjunto y se fomenta la participación de los habitantes en la búsqueda de soluciones.

Explica que la organización corre a cargo de quien tenga el cargo de delegado, pues inicialmente es quien se encarga de convocar a una reunión a toda la población, donde se informa el tipo de faena que se realizará, así como el lugar y los materiales que se requieren para llevarla a cabo.

Informó que entre las labores que realizan es el chapoleo de los caminos, se conservan las carreteras rurales, se da mantenimiento al panteón y a la iglesia, trabajos en beneficio común de las familias que viven en la comunidad.

Destacó que regularmente participa toda la comunidad y quienes no pueden hacerlo, mandan algún "peón" o aportan con alimentos o bebidas.


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