En afán de agradecer a Dios por la abundancia del vital liquído en Acaxochitlán, comuneros de Tlamimilopa celebraron la fiesta en Agualinda, manantial que en el pasado era uno de los que abastecía de agua a la cabecera municipal y donde el día de hoy se erige un pozo que suministra a localidades cercanas con líquido potable.
Como parte de los festejos derivados del Día de la Santa Cruz o Día del Albañil, con fecha original del 3 de mayo, se acostumbra a lo largo de este mes en las comunidades acaxochitecas que tienen contacto directo con cuerpos de agua, agradecer por un año más de abundancia, pues es recurso indispensable no solo para el desarrollo humano sino para la siembra de maíz, jitomate, entre otros productos que crecen en la zona.
En ese tenor, comuneros acostumbran acudir al punto donde nace el manantial de Agualinda, que junto con el de Chivería conforman dos de los más importantes en el municipio.
Aquí, se colocan cruces cubiertas de flores y además se celebra una misa, con la cual se agradece y se pide por la vida de los manantiales. El festejo también se acompaña por el tradicional ritual de xochimacpales, de los más característicos de la demarcación y que es uno de los máximos ritos de agradecimiento para los pueblos originarios.
“Se pide por la protección para que no se sequen los pozos y sigan dando agua (...) con la misa se pide por el buen temporal, hay una gran convivencia en el lugar que es un paraje boscoso. Hay venta de artesanías, alimentos, día de campo, bailamos por la petición del agua”, explicó el cronista vitalicio del municipio, Arturo Castelán.
Se calcula que acuden al menos 3 mil participantes, quienes llegan con sus familias y no es raro ver cómo comparten de sus alimentos.
Con sede en un llano ubicado entre dos cerros, esta fiesta tiene lugar el último martes de mayo y en pocas ocasiones se ha cancelado. Además de los años de pandemia, en 2018 tuvo que suspenderse a consecuencia de un incendio provocado por un descuido humano que devastó gran parte del sitio.