Fue un 05 de febrero de 1984 cuando quien en vida llevó el nombre de Rodolfo Guzmán Huerta, por supuesto mejor conocido como El Santo, dio su último suspiro en la Ciudad de México, apenas 10 días después de haber revelado su rostro en televisión nacional, rompiendo así un poco el mito de su secreta identidad. Es así que este lunes se cumplieron exactamente 40 años de que el Enmascarado de Plata, hijo de Tulancingo, dejó este plano para alzarse como la leyenda eterna del pancracio mexicano, protagonista de más de media centena de filmes, escapista y hasta empresario.
Para hacer justicia a estas ya cuatro décadas sin el máximo representante de uno de los deportes de mayor legado en nuestro país, el corredor cultural del Ferrocarril en Tulancingo, su tierra natal, se vistió de gala y presentó todo un programa especial al que acudieron autoridades municipales, luchadores, estudiantes, maestros, aficionados al ring y hasta leyendas de la lucha libre nacional. Tal fue el caso de doña Irma González, pionera de la lucha libre femenil y única portadora del manto plateado autorizado en vida por el mismísimo Santo: ella fue conocida, por un tiempo, como “La Novia del Santo”.
Luego de que trabajadores del Ayuntamiento depositaran una ofrenda floral en el monumento luchístico que enmarca este corredor, el titular de la jefatura de Museos de Tulancingo, Felipe Carrillo Montiel, inauguró la añadidura de varias nuevas piezas que se integran al acervo del Museo del Santo. Entre estas se encuentran una serie de figuras customizadas en honor al Enmascarado, así como nuevas fotografías e ilustraciones que datan de sus primeros años de luchador. Asimismo, ahora se muestra un árbol genealógico, una de sus primeras capas cuando todavía usaba colores rojos en su manto, entre otras curiosidades que abonan al lore del que definieron como “el auténtico superhéroe mexicano”.
“El Santo no usaba armas. Nos enseñó que podemos ser héroes usando únicamente nuestro cuerpo o incluso, hasta nuestra mente”, señaló Montiel en el recorrido guiado que ofreció para los invitados especiales.
De entre los luchadores hidalguenses que se dieron cita en el recinto para recordar a El Santo, se encontraban Aero Boy, Crazy Boy, El Impostor, la legendaria Águila Solitaria; así como nuevos perfiles, todos ellos formados en la escuela de lucha libre de Tulancingo, la famosa DTU: Caelus, El Renacido, Black Piston y Leopardo Dorado. Además de la leyenda viviente Irma González, su hija Irma Aguilar, el Cazador, y la Mujer Vampira.
La jornada festiva no podía concluir sin exhibir un poco de lo que fue el legado fílmico de este ícono. El recinto vecino, la Cineteca Tulancingo, dispuso de forma gratuita y abierta a todo público, la proyección de tres de sus más clásicas películas que se corrieron a lo largo del día: “Santo en el Museo de Cera”, “Santo contra los Zombis” y finalmente, la más controversial y famosa de todas, “Santo Contra Las Mujeres Vampiro”.