La tabacalera Philip Morris, que vende 25 mil millones de cigarros anualmente en México, tiene la intención a futuro de sacar paulatinamente esta mercancía del mercado para sustituirla con “productos sin humo” como los cigarrillos electrónicos en los que se reduce la toxicidad entre 90 y 95%, reveló el director de asuntos corporativos de esta compañía en el país, Gonzalo Salafranca.
Tras señalar que en México está prohibida la comercialización del cigarro electrónico, el directivo subrayó que el Día Mundial Sin Tabaco, hoy 31 de mayo, es el momento para poner sobre la mesa el papel que esos artículos pueden jugar como alternativa para los fumadores.
En entrevista con El Sol de México, Salafranca dijo que han hablado del tema en foros públicos con la presencia de funcionarios de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, la Comisión Nacional contra las Adicciones y en la Cámara de Diputados. “Tenemos la confianza de que al igual que está pasando en otros lugares del mundo, los fumadores mexicanos puedan acceder a estas alternativas lo antes posible”.
De acuerdo con datos de la compañía, los expertos coinciden en que la principal causa de daño por tabaquismo son los químicos tóxicos asociados con la quema.
“Es por esto que Philip Morris International ha estado trabajando e invirtiendo por más de una década en la investigación y desarrollo de productos libres de humo que sean potencialmente menos nocivos que fumar”. Salafranca aclaró que se han invertido poco más de cuatro mil 500 millones de dólares en investigación y desarrollo en 10 años.
Actualmente, el artículo más desarrollado que tiene Philip Morris es un producto electrónico que calienta el tabaco en lugar de quemarlo, el cual se comercializa en 38 naciones, donde alrededor de cinco millones de personas han dejado de fumar los cigarros tradicionales y consumen este producto sin humo. Entre estos países están Canadá, Japón, gran parte de la Unión Europea, Colombia, Corea y Sudáfrica, de acuerdo con el directivo.
Aseveró que el mundo se está moviendo en esa dirección. Por ejemplo, en el Reino Unido las autoridades implantaron una política pública para apoyar esas alternativas frente al cigarro.
En base a Salafranca, la intención es que uno de cada tres de “nuestros consumidores” a nivel mundial, que son alrededor de 40 millones de fumadores, para el año 2025 haya dejado el cigarro ordinario.
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