Aunque por primera vez en la historia, en Tulancingo existen cuatro equipos profesionales (tres de tercera división y uno de segunda premier), el jugador de la región tiene que tocar muchas puertas y sacrificarse en demasía para poder lograr su sueño de ser futbolista profesional.
Al respecto, el profesor Efraín Olvera Espinoza, ex director técnico de futbol de los Verdes de Santiago Tulantepec, en la Tercera División Profesional señaló que: “actualmente, el jugador de tercera división paga mucho por jugar o estar en la categoría, porque ya no hay, como antes, el respaldo de los municipios o de alguna otra instancia”.
En el 2022, se anunció que, además de los equipos Sk Sport FC y Cefor Chaco Giménez, llegó este municipio del Club Deportivo Tulancingo de Segunda División, con su filial en Tercera, además del surgimiento del Club Soccer Atlético Tulancingo.
De los equipos referidos, solo el Atlético Tulancingo cuenta en su plantilla con 23 jugadores tanto de esta ciudad como de diferentes puntos del estado de Hidalgo.
Detalló que los gastos ante la Federación Mexicana de Futbol son altos, como el registro y el derecho de participación de los equipos en el campeonato; además de los viajes, arbitrajes, uniformes y pago de cuerpo técnico.
Por ello, los directivos tienen que buscar la mecánica para solventar, sobre todo cuando no se tiene algún patrocinio, y cuando no hay el respaldo, el gasto recae, en su mayoría en los jugadores.
Recordó que hace algunos años, por ejemplo, los verdes de Santiago eran respaldados de manera tripartita: el municipio pagaba el cuerpo técnico, el arbitraje, el autobús; el padre de familia pagaba el registró y el cuerpo técnico tenía que hacerse cargo de conseguir los uniformes, la reparación de los balones, agua, casacas, entre otros.
“Va a jugar el que tenga el dinero para pagar el derecho de jugar en Tercera División. Sin embargo, la directiva se debe de preocupar por darle lo mejor para mostrarse y estar en los mejores lugares, buscar que la gente esté capacitada y tenga también la ilusión de trascender”, subrayó.
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En la actualidad se da el hecho de que la alineación la pone el dueño o el directivo, “eso es triste porque el director técnico va condicionado desde un principio… El director técnico tiene derecho a equivocarse, pero con su ideología, sus principios y sus fundamentes para dirigir”.
Aseguró que, si el equipo se prepara con jugadores de la región, no tiene que haber temor al fracaso, porque es un proceso de formación donde habrá derrotas y problemas, “pero si el equipo está bien cimentado, el día de mañana vendrán los resultados y va a trascender; pero no desesperarse”.
“A algunas directivas les conviene que venga el jugador de afuera porque viene a pagar su participación, la casa club, la comida. “Cuando éramos filiales de Titanes se logró que el semillero de Santiago aportara muchos jugadores a la segunda y esto generó un ahorro importante al club”, concluyó.
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