Luego de tres años, la reconocida atleta Ana María Ortiz Trápala regresó a una competencia en suelo tulancinguense la mañana del pasado domingo, corriendo tres kilómetros que si bien, no fueron lo que esperaba en cuanto a organización, dijo sentirse feliz de estar de nuevo en su ciudad natal, ya que se encuentra en un proceso de recuperación, luego de la pandemia por Covid-19.
La atleta de más de 80 años de edad dijo que se presentó a esta competencia, la llamada carrera por la Familia, la mañana del domingo pasado, “con todo el corazón, me hicieron el favor de invitarme y para mí el deporte es lo más importante”, aseguró.
Señaló que, antes de la pandemia, corrió en Tulancingo la carrera Independencia de cinco kilómetros, en la cual competía año con año, así como la del Sol y la de la tradicional feria.
Respecto a su estado de salud, refirió que “hay altibajos en la vida, y la pandemia me desinfló totalmente. Estuve confinada dos años porque entré en pánico de tal manera, que me encerré, no salí para nada, estuve adentro y eso fue para mí perder fuerza, todo lo que yo tenía y estoy renaciendo como el ave fénix, pidiéndole a Dios que me dé la oportunidad de hacer lo que me gusta y en la meta quedar”.
Destacó que recién estuvo en Mérida, Yucatán, donde recibió un reconocimiento por los logros que ha tenido a lo largo de su carrera, sobre todo a nivel mundial.
“No importa que otros estados me tomen en cuenta y el mío me ignore, yo estoy tranquila y satisfecha de los logros que he tenido, y que de alguna manera el deporte es vida para mí, por eso invito a toda la juventud a que haga deporte, y también a los adultos mayores, ya que el deporte realmente nos da la oportunidad de estar sanos”, subrayó.
Manifestó que nunca revela lo que tienen en puerta, en cuenta competencia, sobre todo porque nunca se sabe lo que pueda pasar, ya que prefiere regresar con alguna medalla, un trofeo o reconocimiento.
Finalmente, recordó que una de las carreras más emotivas ha sido el medio maratón de Málaga, en España, donde fue recibida emotivamente por el público, coreando el grito de México. 2Todas han quedado en mi corazón… en todos los países donde he estado como Brasil, Francia, España Costa Rica, Toronto, han dejado huella en mí, pero la entrada al estadio de Málaga fue al que, ya no podía, sin embargo, el grito de “Viva México fue algo inolvidable… Hice ese medio maratón, una atleta japonesa, por un segundo, me ganó la medalla de oro”, concluyó.