El gladiador originario de Tulancingo, Aero Boy, esta noche se enfrentará al Gringo Loco con quien expondrá su título de campeón mundial GALLI (Guerreros Aztecas de Lucha Libre Internacional) en Chicago, Estados Unidos, que ganó ante Rey Fénix.
Feliz de sus logros, ya que ha trascendido fronteras, es un ídolo que lo sigue la afición de culto, debido que no ha sido proyectado en televisión y sus seguidores se cuentan por miles. Su camino en el deporte del pancracio es original, ya que su familia es aficionada al futbol.
Cuando veían los partidos por la tele, él jugaba con sus primos con máscaras o pedía a su papá que lo llevara a ver la cartelera en la Arena Libertad de Tulancingo.
Al terminar la primaria se acercó a la Escuela Municipal de Lucha Libre de Tulancingo con Crazy Boy; sus dos ídolos Perro Aguayo padre y Mil Máscaras; tuvo una preparación tradicional y se inició como luchador extremo, carrera que lo impulsó a tener presentaciones en el extranjero como en Japón, Puerto Rico y Canadá.
Desde el 2014 bajó el ritmo extremo para enfocarse en la lucha clásica y de vez en cuando regresa a sus orígenes de combates violentos. Su cuerpo tiene varias lesiones. Tan solo, entrenando, se rompió la muñeca izquierda, el tobillo y el peroné. Luchando no se ha fracturado pero sí ha vivido momentos difíciles, como cuando pensó que se había quebrado los huesos del hombro que conectan al cuello, pues crujieron en un movimiento. Para su fortuna, solo terminó en un esguince de tercer grado.
También peleando con Joe Líder, de la AAA, quien le aplicó un castigo que le dobló la espalda completamente, ocasionando que no pudiera caminar por 40 minutos, afortunadamente estaba el doctor Atila que lo auxilió y se quedó sin presentaciones por un mes.
Aero Boy habla de que aparentemente son castigos leves, cuando en verdad resuultan dolorosos: “La carrera de un luchador no es como la de un boxeador que tienen dos o tres peleas por año.
