El proceso de reprobación y aprobación en alumnos de educación básica es arriesgado sin analizar los contextos.
Las familias viven la pandemia del Covid-19 en situaciones distintas y parece arriesgado querer medir con una misma herramienta a todos los infantes por igual, precisó el supervisor Escolar de la Zona 144, Jorge Sánchez Lazcano, luego de que la SEP federal planteó que no habrá reprobados del ciclo escolar 2020-2021.
Explicó que la decisión de no reprobar, en efecto, se corre el riesgo de desalentar el esfuerzo de los niños, que pese a condiciones asistieron a las actividades escolares a distancia con y sin tecnología. Mientras que otros, con el apoyo de las herramientas, son ayudados por sus mamás, entonces el rendimiento escolar es de ella y no del alumno.
El trabajo para reprobar o aprobar es exclusiva del docente porque conoce que cada alumno, su contexto social y así pueda hacer un proceso serio, sistemático de evaluación, apelando a la equidad, más allá de la competencia entre alumnos y valorar los esfuerzos, señaló.
“El sistema educativo se encuentra noqueado. La pandemia lo noqueo, porque la verdadera situación que se vive en las casas, en la familia, deriva en que los niños no participan en el proceso educativo, porque no tienen las condiciones y debe utilizarse las herramientas idóneas para el proceso evaluativo, porque si no se correrá el riesgo de perder seriedad en el proceso educativo”.
Ejemplificó que hay padres de familia en la colonia Felipe Ángeles, en Pachuca, que prefieren que su hija, hijo pierda el año escolar para enfrentarse al próximo que pudiera ser de forma presencial, lo que “habla de una sociedad honesta que sabe perfecto que su hijo no cumplió con los deberes escolares y si pasa el año, el mal no será para el sistema educativo, sino para el alumno”.
Dijo que se debería analizar cada situación, pues el sistema educativo de Hidalgo debe tener diagnósticos claros, contundentes y precisos.