Desde hace unas semanas comenzó una construcción en plena 21 de marzo, una de las principales calles de Tulancingo y de las más transitadas por su conexión al centro del municipio, que representa un riesgo para los transeúntes.
La construcción de un edificio a pocos metros de la Farmacia Guadalajara obstruye la mitad de la calle incluida la banqueta por lo que los transeúntes deben pasar a la mitad de la vialidad a pesar del tráfico.
“La dirección de obras públicas es la que debe intervenir porque mínimo alguna señalética (…) No hay nada que indique qué hay que tomar precaución, yo veo que con polea están subiendo botes con grava, material, no sé, pero puede pasar uno mal y te llevas la cuerda”, dijo Jorge Miranda.
Aunque la construcción lleva varios meses, en muy pocas ocasiones tiene la cinta amarilla con la leyenda “precaución” y en su mayoría del tiempo, la banqueta y parte de la calle están obstruidas por material de construcción o un camión de carga.
Según vecino, dicha cinta se llega a colocar en la tarde cuando hay más tráfico sin embargo, no está debidamente colocada delimitando el espacio sino que se encuentra amarrada barillas apoyadas en botes y la cinta está caída, a lo lejos no se puede ver solamente los botes.
“No se ve, es inservible lo que quisieron hacer no sé si por la indicación de obras o ellos pensaron pero, ¿a poco con una cinta caía que no se ve nada la gente va a manejar con distancia? No, seamos sinceros, a muchos conductores les falta conciencia (...) La verdad hubo mordida, reglamentos debería estar presente pero ya llevan meses así, les dieron dinero para que los dejaran trabajar”, lamentó molesto Ernesto Lozada.
Pese a que en la construcción está una estampa de reglamentos con la leyenda grande y en letras rojas “suspendida”, los trabajos se siguen realizando y quienes resultan más afectados son los ciudadanos pues mujeres embarazadas, con niños y adultos mayores tienen que caminar al raz del tráfico vehicular con el peligro del material sin cubrir, el cual puede causar resbalones.
“Luego no hay ni cómo pasar porque luego ocupan hasta la banqueta y parte de la calle, no se puede pasar y es un riesgo porque entonces tenemos que ir en la calle pero a los albañiles no les importa y a los choferes menos, ellos solo quieren trabajar y los otros que nada les estorbe su paso”, expresó Ana Sosa Hernández, vecina.