En dos contingentes diferentes, mujeres de Tulancingo marcharon para recordar la lucha por las mujeres desaparecidas en la región, además de que dedicaron su andar por las principales calles de la ciudad para las mujeres que perdieron la vida por feminicidio. En la segunda y tercera marcha del día, en suma participaron cerca de 200 personas, coincidieron en que ambos contingentes portaron velas y luces, además de que avanzaron en silencio.
La primera partió desde el centro de Tulancingo, específicamente en la calle Independencia. Tras recorrer toda la calle de Bravo hasta la Calzada, avanzaron por la arbolada avenida mientras pasaban lista con los nombres de las desaparecidas de Hidalgo y la región. Cabe mencionar que tan solo en el 2024, se han reportado ocho casos de mujeres desaparecidas en esta zona. Finalmente se concentraron en la velaria del Jardín la Floresta, donde colocaron sus consignas y veladoras en el suelo, a manera de altar para las desaparecidas y fallecidas.
En el Museo del Ferrocarril, aproximadamente 80 personas salieron en completo silencio, portaron prendas negras y encabezaron su contingente con una gran cruz morada en el que se leía “Somos fuego, nos queremos vivas”. Luego de fijar su posicionamiento, se desplazaron por la calzada y luego subieron al centro de Tulancingo por la calle de Libertad.
Cabe mencionar que la tercera marcha fue la que mayor distancia recorrió de todas, pues además de que cubrió varias calles del centro, subió por Doria hacia Echávarri, arteria en donde inician los barrios altos del municipio. Pasó por la iglesia de Los Angelitos y nuevamente entró al primer cuadro. Se leyeron tres posicionamientos en total, en donde condenaron la violencia sistémica en contra de las mujeres y sentenciaron que “hoy nació un Tulancingo feminista”.
Al llegar al Jardín La Floresta, varias mujeres tomaron el micrófono para expresarse. Una de ellas dijo, con voz entrecortada pero firme, que “ni una violentada más por la niñez que estamos arrastrando. Si permitimos que nos sigan violentando nos van a llevar a la tumba como a muchas otras. Hay que cuidarnos y no solo es en la calle, nos tenemos que cuidar en nuestro propio hogar, en nuestra propia casa”
Una niña menor de edad también intervino. Aún entre lágrimas que se encendieron al grito unísono de “¡No estás sola!”, expresó que “basta de violencia contra nosotras, yo también lo he pasado, pero sé que no estoy sola”. Este fue el primer año en Tulancingo donde hubo marchas de distintos frentes, también el primero en el que las actividades por el 8M se extendieron hasta casi las 21:30 horas.
