En las arterias de la comunidad indígena de San Pedro Tlachichilco en Acaxochitlán, subsiste una de las actividades económicas más antiguas de la región, que hasta el día de hoy se manifiesta a nivel nacional en el campo que produce brochas, pinceles, cepillos, entre otras. En casa de Andrés Camilo, quien aprendió el oficio desde hace varias décadas, se hace la maquila de cerda; esta materia prima se obtiene de la crin de caballos y de res para luego manufacturar diferentes tipos de insumos.
En un modesto taller instalado en uno de los cuartos de su casa donde sobresalen un par de mesas de trabajo, varios peines de puntas metálicas y diversos bultos de cerdas color oscuro listos para tratarse, Andrés y su madre trabajan lado a lado para sacar la producción. En un lapso máximo de tres semanas, deben entregar casi 100 kilos de cerda ya lista para su corte y manufactura, un proceso que consta de varias etapas y horas.
Dependiendo del estado en cómo llegue, primero la cerda debe hervirse o vaporizarse para que se alise y entonces pueda clavarse en los famosos "peines": son estructuras conformadas con puntas filosas de metal que son ideales para el acomodo de la crin en su estado más natural. Acomodado en una mesa, ahora toca halarlo para formar "paquetes" de diferentes medidas, dependiendo la naturaleza del pedido.
Aquí a veces suelen ocurrir accidentes, pues las puntas metálicas del peine provocan picaduras profundas en las manos artesanas. Luego hay que empaquetarla, usando una mesa que facilita su acomodo y posterior nudo, algo para lo que debe aplicarse una fuerza considerable pues estos paquetes de aproximadamente medio kilo, son la presentación final previo a su corte.
Aunque los maquiladores no forman parte del proceso de fabricación de pinceles, brochas o cepillos, precisaron que aproximadamente cada kilo ya maquilado se vende en 50 pesos; sin embargo, el empresario responsable probablemente lo venda en al menos 200 pesos. Además, es responsabilidad de los maquiladores la compra del material necesario para su trabajo, tales como diesel (para peinar la cerda), hilos, tijeras, entre otros.
Así como esta familia, el oficio de la maquila de cerda tiene al menos 120 años de presencia en el municipio de Acaxochitlán. Sin embargo, en los años recientes el número de familias que se dedican a esta labor va en decadencia.
PIE DE FOTO: El cargamento que trabajan es de al menos 100 kilos de cerda por quincena. / OCTAVIO JAIMES