Tulancingo es un municipio lleno de un encanto terrenal, altruismo y talento artístico, prueba de ello es la existencia del callejón Méndez Morato o mejor conocido como Las Escaleritas
La historia de este pintoresco callejón se remonta desde el periodo prehispánico, de acuerdo con la cronista de Tulancingo Lorenia Lira, quien mencionó que desde esa época comenzó la extracción de tezontle, una roca de origen volcánico.
La cronista destacó los grandes usos de este material para el mismo municipio, pues muchos pisos se hacían de tezontle y algunas casas se recubrían de ese material, inclusive la Catedral Metropolitana de Tulancingo y la carretera México-Tuxpan.
La extracción de este material dio paso a la formación de un socavón en el punto más alto de Tulancingo, lo que hoy en día se conoce como el cerro del Tezontle y en donde se realiza el tulantianguis sin embargo, este gran hoyo generó un problema para los habitantes de las colonias altas del municipio.
Lira explicó que la formación de este socavón generó dificultades para poder llegar al centro de una forma más directa, pues prácticamente tenían que dar la vuelta para poder llegar al mercado o a la Catedral.
Fue por ello que a principios del siglo XX, el tulancinguense Manuel Méndez Morato donó una parte de sus tierras para que se pudieran crear las escaleras que conectan al centro del municipio con las colonias altas.
De acuerdo con Lorenia Lira, Don Manuel Méndez fue un hombre dedicado al comercio, pues tenía una zapatería y una carnicería en el mercado municipal y aunque no poseía una fortuna exorbitante, el amor a Tulancingo y el altruismo lo llevaron a donar toda la zona de las escaleritas.
Lira relató que fue en 1993 cuando se le dió un aspecto más allegado al que tiene hoy en día pero fue en 2022 cuando el grupo MUTU, y la actual administración municipal, dieron a este espacio la representación cultural que lo caracteriza.
Actualmente cuenta con 22 murales en los que destaca Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, en las escaleras, un colibrí de tenangos, un axolote y un xoloitzcuintle.
Aunque Lira adelantó que este colorido proyecto no terminará en el callejón Mendez Morato pues se planea que sea hasta el zoológico Nicolás Bravo a donde lleguen los murales.