Después de la tragedia sucedida en La Blanca, comunidad del municipio de Santiago de Anaya, donde fallecieron cinco personas, este diario realizó un recorrido por las casas dedicadas a la pirotecnia, donde el artesano Marcelino Pérez, de la comunidad de Cerritos, accedió a conceder una entrevista y relató las dificultades que enfrentan en su labor diaria.
Con lágrimas de tristeza e impotencia por no poder revertir la situación lamentable, Marcelino Pérez informó que los pirotécnicos enfrentan desafíos todos los días para realizar esta actividad que aunque peligrosa, es su fuente de ingresos para mantener a sus familias.
“Lo sucedido es lamentable; lo que vivimos el día de ayer (martes) es triste. Estoy aquí en el lugar del trabajo, el lugar donde día a día ganamos el pan para nuestro hijos, el estudio, como todos lo saben”, expuso.
Con la voz entrecortada expresó que esta actividad le ha arrancado muchas vidas a las familias de Santiago de Anaya. “Este es el bendito trabajo que nos cuesta día con día la vida de nuestras familias, de alguien de nuestros seres queridos. Yo me cruzo de brazos y les pido que superemos este dolor tan grande que vivimos todos juntos”.
El artesano lamentó la falta de apoyo del gobierno para evitar estos sucesos fatales, “pero es nuestro trabajo, y las autoridades nos han olvidado desde el 2008; siento que nos han abandonado, que se ha olvidado de nosotros, por eso es que nos suceden estas cosas. No tenemos apoyo de las autoridades”.
El apoyo que requieren, explicó, son espacios y transporte digno.
“Al gobierno le decimos que necesitamos su apoyo. Hay compañeros que trabajan sin un espacio propio y seguro, así como lo que vimos ayer (martes), porque no tienen un pedazo de terreno donde poner un taller; porque para construir un taller de este tamaño necesita una fuerte inversión, comprar el terreno y el material para construir”.
Además, explicó que la pandemia los afectó:
“El Covid nos ahorcó, nos dejó sin herramienta para movernos y el gobierno (federal) no ve eso, nos sigue apretando. Les voy a decir lo que pasa ahorita: tres o cuatro permisionarios teníamos vehículo para transportar nuestra pirotécnica a donde estamos contratados para alegrar una feria, (pero) se venció la fecha (modelo) para el uso de nuestro vehículos, ahora nos piden uno nuevo”.
Además, expresó: “¿A dónde vamos a encontrar nosotros los pirotécnicos un vehículo que valga más de un millón y medio de pesos para seguir trabajando, poder seguir transportando nuestro trabajo?”.
Hizo un llamado respetuoso al titular del Ejecutivo hidalguense: “Señor gobernador, le suplico, le pido a nombre de todos, que nos apoye. Por necesidad nos exponemos a tragedias como la de ayer”.
Finalmente, Marcelino Pérez reiteró que trabajan para sobrevivir.
“Es porque trabajamos por necesidad, por hambre. Ojalá que de aquí a mañana nuestros hijos, ya no sean pirotécnicos, ya no expongan su vida como lo estamos haciendo nosotros, por eso le pido apóyenos con un terreno para que hagan sus polvorines los compañeros que no tienen”.
Durante el recorrido los habitante informaron que se llegó a un acuerdo con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional para que no se llevaran los cuerpos de los fallecidos al Semefo (Servicio Médico Forense), ya que los trámite son burocráticos y costosos para salir, y el día de ayer fueron sepultados en sus comunidades.
Los vecinos informaron que el día de ayer, miércoles 29 de noviembre, se cumplió un año de un accidente similar en este municipio de Santiago de Anaya.