TIZAYUCA, Hgo.- La actividad delictiva en este municipio ha marcado los últimos tres gobiernos municipales por el impacto delincuencial que ha trascendido a lo social, siendo el más destacado en la actual administración pública 2020-2024, porque en las primeras dos semanas de junio semiparalizó la economía y afectó al sector educativo, lo que no sucedió en julio de 2017 cuando asesinaron en una fiesta infantil a 11 personas en Villa Los Milagros.
En este 2023, las presuntas ejecuciones han estado a la orden del día como el asesinato a balazos de un hombre el 18 de abril, su cuerpo estaba maniatado en el bulevar Las Torres o el comando armado que atacó la noche del jueves nueve de febrero, en Tepojaco por la cuenca lechera, a un grupo de personas de las que tres murieron y una quedó lesionada.
También destacó el del 15 de abril, en el camino a Olmos encontraron los cuerpos sin vida de tres personas, una es mujer, con huellas de violencia e impactos de arma de fuego.
Nada de lo anterior ni de otros casos al iniciar el año, como las consecuencias mayúsculas de haber matado a un chofer de una colectiva en la base conocida como La Placa, a escasos metros del Bioparque Tekuayán y fraccionamiento Florencia, la tarde del seis de junio, el incendio de un taxi y días antes herir de bala a otro trabajador del volante, según a manos de un grupo que pretendía extorsionar al transporte público.
Causó un paro de taxis y colectivas, situación que se extendió a que 143 escuelas públicas y privadas cerraran sus puertas el miércoles siete de junio y se normalizarán las clases presenciales hacia el 19 del mismo mes.
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Semiparalizó la actividad económica, pues mientras no hubo servicio del transporte público, 14 mil usuarios diarios, según cifras de la Semoth, debieron modificar sus hábitos cotidianos.
Hay un antecedente de extorsión a dicho sector, el 29 de diciembre de 2017 la policía estatal, municipal y el Ejército Mexicano detuvo a cuatro sujetos originarios del Estado y Ciudad de México, de los cuales dos vivían en un fraccionamiento de Tizayuca, que viajaban en un vehículo con matrícula de la vecina entidad, quienes llevaban dos días ofreciendo seguridad a los chóferes a cambio de dinero.
Ese año estuvo marcado porque en julio se cometió un multihomicidio de 11 personas y para noviembre cuatro personas, tres hombres y una mujer, fueron ejecutados en un domicilio en el barrio de Nacozari, por la madrugada.
En ambos, las autoridades se lo atribuyeron a un ajuste de cuentas relacionados con la venta y consumo de drogas.
Arrancarles la vida fue el sello de los delincuentes cuando de robar se trató, como el caso muy sonado de septiembre de 2015, cuando una pareja de sexagenarios fueron encontrados dentro de la cisterna dónde vivían en el centro de la ciudad, presentaban lesiones en la cabeza, llevaban aproximadamente un mes en el depósito.
