TEPEAPULCO, Hgo.- En el corazón de cabecera municipal fue erigido entre los años de 1541 y 1545 un surtidor y caja de agua, el cual fue construido por franciscanos y naturales con el objetivo de llevar agua desde los manantiales ubicados en la Hacienda de Alcantarillas hasta el Centro de esta ciudad y dotar del vital líquido a su paso a localidades como Santa Cruz, Vista Hermosa, Tultengo y San Jerónimo.
Pepe Loza, un estudioso de la historia local, refirió que, la edificación fue creada con la finalidad de suministrar el recurso hídrico a la población ya que el agua que se obtenía de los jagüeyes o aljibes no era apta para el consumo y debido a que no fluía se encenagaba causando diversas enfermedades gastrointestinales.
Además de su vital función para llevar agua a esta zona del Altiplano, el acueducto cuenta con un surtidor y caja de agua, en el que los pobladores de la época, el siglo 16, podían acudir para lavar su ropa, pues en el entorno de la pileta, fueron construidos una serie de lavaderos de roca.
Sin embargo, la caja surtidora de agua no fue edificada para tener solo este funcionamiento, sino que, fue embellecida con técnicas y estilos europeos, de influencia mudéjar y tequitqui, conceptos sobre los que resalto, el primero tiene que ver con el arte cristiano de influencia musulmana, “mudéjar”, y puesto que significa “tributario”, refirió que, el historiador de arte José Moreno Villa, decidió emplear el término equivalente en náhuatl, que era la palabra tequitqui, para conjuntar el arte vertida en su construcción.
Refirió que gracias a este arte crearon un conjunto de esculturas que rematan el surtidor, figuras cornamentas, leones en bajo relieve con influencia musulmana y representativos del estado español.
Señaló que los tallados en la caja de agua cuentan una historia: “Llegó por agua la fe verdadera y el inmaculado dios, era emperador de España, el tlatoani Carlos V y arquibisorey don Antonio de Mendoza, aquí en Tepeapulco, era gobernador don Diego Velasquez y dispusieron las tres aguas, su comunidad para la gente de Tepeapulco y el cultivo de tierras patrimoniales”.
También te puede interesar: Concreteras en la mira, contaminan mucho al producir asfalto
Finalmente, mencionó que, a pesar de esas referencias españolas por parte de los naturales, la magna obra recibió el nombre de “La diosa del agua”, además de que existen antecedentes de que el fraile franciscano Francisco de Tembleque habría tomado como referencia esta obra para construir el acueducto que lleva su nombre.