Una de las frases que probablemente como tulancinguense más hayas escuchado o pronunciado es “ahí sobre 21”, o “tomo mi combi en 21”, por mencionar algunas. Y es que eso, además de ser un rasgo de nuestra identidad y apego con la ciudad que nos vio nacer, es evidencia de la relevancia que surte la Avenida 21 de Marzo en nuestra cotidianidad. Esta calle, que en otras épocas se llamo “Del Eco”, “Camino a Santiago” y hasta “Oriental”, actualmente se alza como el principal eje comercial de Tulancingo, arteria donde reposan accesos para los mercados céntricos, varias tiendas comerciales, mueblerías, restaurantes, entre otros.
Aunque no conocemos con precisión desde cuándo comenzó a utilizarse, su antiguedad es probablemente igual al asentamiento de colonizadores y franciscanos en Tulancingo. Como se sabe, esta avenida “nace” a espaldas de la Catedral Metropolitana, otrora terrenos del convento franciscano. En esa época, dicho camino era rural y se ocupó como principal vía que llevaba hasta Apan a través de caminos boscosos y prácticamente entre los cerros de lo que hoy pertenece a Santiago Tulantepec, municipio vecino.
Así contó Felipe Carrillo Montiel, historiador de Tulancingo, quien precisó que en esa época y según mapas antiguos, desde Primero de Mayo y hasta Doria, era la calle del Eco; desde Doria y hasta el crucero que lleva a Cuautepec, también conocido como “la Y griega”, era “Camino a Santiago”; y desde Primero de Mayo con dirección Norte, se le llamaba “Calle Oriental”. El cambio de nomenclatura a como actualmente se le conoce ocurrió hasta 1906.
Cabe recordar que en ese año y con motivo del centenario del nacimiento de Benito Juárez García, el Benemérito de las Américas, se programaron varios festejos en esta ciudad; uno de los detalles que formaron parte de esto fue el nombramiento de 21 de Marzo (día de su nacimiento) a esta calle. En esta avenida también se instauró el preámbulo de los mercados tulancinguenses, lo que explicaría el porqué hasta el día de hoy abundan los comercios en este sitio.
Y es que para la época de la Colonia, según constan registros y mapas del antiguo Tulancingo, el tianguis se instalaba alrededor de la Catedral. A finales del siglo XIX, había crecido tanto que comenzaba a ser un problema en materia de ordenamiento social, por lo que al entrar las leyes de Reforma (cuando se separó al Estado de la Iglesia), parte de los terrenos de Catedral se convirtieron en lo que hoy es el Mercado Municipal y posteriormente el Juárez.
Fueron estas ganas de desahogar un poco la parte central del entonces poblado tulancinguense las que orillaron al presidente municipal Don José Fernández, en 1870, a trasladar a los comerciantes desde los terrenos donde hoy se erige el Monumento a Benito Juárez, a la Plazuela del Conde (pues ahí estaba la casa de los Condes del Valle de Orizaba) que se ubicaba en las calles de 21 de Marzo, entre Hidalgo y Primero de Mayo.
Aunque sobre estos terrenos nació luego el Mercado Municipal “Gilberto Gómez Carbajal”, existe la hipótesis de que parte de estos comerciantes se asentaron en lo que conocemos hoy como el mercado Juárez.
Ya en 1977, se construyó el boulevard que va desde Morelos hasta el Monumento a Zapata (El Caballito), bajo la administración de Jorge Berganza de la Torre. Esta obra le daba una nueva vista a la ciudad, toda vez que anteriormente, hasta aquí eran los límites territoriales urbanos de Tulancingo. Además, fue el primer boulevard de esta ciudad y que mejoró las condiciones en que vivían los habitantes de colonias aledañas. El día de hoy, el cruce entre Morelos y “21” es parada del transporte público y donde inicia la Feria de los Angelitos cada mes de agosto.
