Generoso, Andrés Calamaro volvió al escenario dos veces (y la última para quedarse un poco más aunque ya se había despedido) porque los gritos y aplausos no lo dejaban dar fin a su concierto, que duró alrededor de hora y media. En una muestra de cariño mutuo, tanto el autor de Para no olvidar, como el público reunido en el Pepsi Center se resistían a despedirse.
Con sus habituales lentes oscuros, Calamaro interpretó varios de sus éxitos como Estadio Azteca, Paloma, Flaca, Alta suciedad, o Sin documentos, en un frenético y amoroso reencuentro con sus seguidores mexicanos.
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Además de agradecer continuamente el recibimiento de las personas de todas las edades que acudieron al concierto, el ex integrante de Los abuelos de la nada y Los Rodríguez, se dio tiempo para enviar un mensaje en el que pidió al público que "no permitan que cierre la Plaza México", en un discurso sobre toros que fue recibido con indiferencia y que remató gritando "¡Viva México, viva España!". Pero lo que nos reunió ahí fue su música.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando recordó a sus amigos fallecidos con el tema Los chicos, durante el cual se proyectaron en las dos pantallas que flanqueaban el escenario imágenes de Carlos Gardel, Luis Alberto Spinetta, Miguel Abuelo y su gran ídolo Diego Armando Maradona, con quien presumió una fotografía.
También recordó a José José, Juan Gabriel, Vicente Fernández, José Alfredo Jiménez y Gustavo Cerati, a quien minutos después rindió otro homenaje al interpretar una estrofa del tema De música ligera, que ligó con el final de Los chicos.
Para dar el adiós definitivo, Calamaro interpretó apenas unas frases de El rey, una ranchera como las que le hubiera gustado escribir, con la bandera de México como fondo en las pantallas.
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