En Tulancingo, en algunos puntos del tianguis de los jueves, se vendió pirotecnia de manera clandestina.
Tras un breve recorrido, se pudo apreciar que no existe venta de artefactos de manera abierta al público.
Uno de los comerciantes en plática, comentó que en aquellos puestos en donde se encuentran las “cebollitas” (pólvora envuelta en un papel semejando a una cebolla), se puede preguntar por los cohetes, palomas, cañones y demás fuegos pirotécnicos: “Donde vea cajitas de estas, puede preguntar por los cohetes, porque no los tienen a la vista, solo los sacan cuando ya hicieron la venta”.
Los precios varían desde los cinco pesos por una caja de cebollitas, 10 ó 15 pesos por los cañones y “chifladores”, y el precio de las palomas oscila desde los 10 y hasta 30 pesos dependiendo del tamaño.
Derivado de que no ha sido publicada la aprobación realizada en el Pleno del Cabildo, del Reglamento para la Protección al Medio Ambiente, la cual prohíbe el uso, traslado y almacenamiento de pirotecnia, en el Periódico Oficial del Estado de Hidalgo, quienes siguen dedicándose a este tipo de práctica lo hacen de manera reservada.
En nuestro país existe una Ley Federal de Pirotecnia cuyo objetivo es regular su fabricación, importación, exportación, almacenamiento y transportación.
De acuerdo con esta ley, corresponde a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) otorgar las licencias para establecer y operar locales de venta de pirotecnia, así como su supervisión e inspección continua.