Sólo hay cuatro librerías en Tulancingo

Para quienes disfrutan la lectura, entrar a una librería es una experiencia tan similar como la de quienes gustan hacer sus compras en cualquier tienda departamental, aunque para la cuestión intelectual las opciones se reducen en Tulancingo, pues solo subsisten cuatro librerías, según registro en la dirección de Reglamentos del municipio, principalmente al no resultar un buen negocio.

De las librerías que subsisten en este municipio, la más emblemáticas es la papelería y librería Hidalgo, que cuenta con una historia desde 1928; otra es la Librería Dragones y Dinosaurios, así como Melo y Seminario, donde se encuentran ediciones religiosas.

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Librerías sobreviven de milagro

De acuerdo con la cronista de Tulancingo, Lorenia Lira Amador, algunas de las librerías importantes que cerraron, fueron Géminis y Drácula.

Señala que las librerías nunca fueron un gran negocio en la región, pues la gente preferís viajar a Pachuca o la Ciudad de México para adquirir alguna editorial. Y ahora con la era digital, pues menos.

Recuerda que en 1944 también existía una Liberia conocida como La Esfera, propiedad del señor Manuel de León Prado, y que estaba a cargo de su hijo Rubén de León Álvarez, quienes mensualmente realizaban un boletín, de acuerdo con testimonios del municipio.

Muchos otros recuerdan la librería Géminis, propiedad de Vicky Fernández Monter, que estuvo abierta en Tulancingo por 30 años y se ubicaba en la avenida Juárez, cerca de la Telmex.

Algunas personas identificaban esta librería, por los títulos que vendía, como el sitio donde Harry Potter compraba sus libros de hechizos y conjuros. Al respecto, Lira Amador aclara que no siempre fue así, pues en sus inicios esta sucursal ofrecía títulos más generales y al final fue más esotérica.

En la librería Hidalgo, que aún tiene sus puertas abiertas, la cronista de Tulancingo explica que venden libros de autores locales, ofertando además útiles escolares desde hace varias generaciones.

En tanto, Dragones y Dinosaurios tienen alrededor 20 años funcionando como librería y se encuentran todo tipo de textos: escolares, filosofía, psicología, cocina, arquitectura, medicina, etcétera e incluso juegos didácticos.

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Sergio Olvera, encargado de este establecimiento, informó que en la pandemia registraron pocas ventas y se apoyaron del comercio electrónico buscando alternativas para llegar al lector a fin de “que pudiera ser más fácil para ellos y para nosotros que hubiera un enlace comercial más directo”.

Uno de los principales factores que les ha ayudado a la venta de libros, son los nuevos escritores que están surgiendo, la mayoría de ellos jóvenes que buscan promover la lectura.