Sin empleo, ahora el fuego lo deja sin casa

Sonia Nochebuena

  · miércoles 20 de mayo de 2020

Se quedaron sin hogar. / Blanca Gutiérrez

Gregorio Hernández, de oficio albañil, perdió todo. El lunes, en la colonia El Saucillo Tercera Sección, las llamas consumieron su casa de lámina, cartón y costera sencilla. Su familia, integrada por seis personas quedó desamparada. Seguro, dice, fue intencional, pues de ninguna manera pudo iniciarse accidentalmente.

Piensa que pudo ser porque refugia perritos de la calle que son recogidos por sus hijos y “ni modo que los saque”. Por suerte, los siete animalitos esterilizados están bien. Y por cierto muy cuidados. Pero la familia está mal. Perdieron todas sus pertenencias: cuatro camas, ropa, un refrigerador, una estufa, techo, paredes, demás enseres. Todo. “Gente maldosa que no sé por qué lo hace”. Gregorio calcula 20 mil pesos la pérdida.

Es originario de Tianguistengo y hace 18 años vive en Pachuca, en los que trata de adquirir su propio terrenito, pero “siempre me bailan”. Al parecer este sería el “bueno” porque en estos días iba a cambiarse ahí, ya que rentaba en La Providencia. “Mire, todo se me fue”, dice, agregando que hace dos semanas quedó desempleado, lo que aprovechó para terminar lo que sería su verdadero hogar. Faltaban detalles, pero eso no importaba. Los aún dueños del terreno, porque Gregorio aún sigue pagándolo, se enteraron del incendio y acudieron para apoyarlo.

También recuerda que fue a ver su casa y luego se retiró. Pasaron dos horas y le avisaron que se estaba incendiando, lo que consideró "muy raro”. Al lugar acudió personal de Protección Civil para apagar el fuego.

Aunque autoridades no se han acercado, si lo hicieron vecinos de la comunidad. Hasta ayer recibían visitas de varias personas que le entregaban ropa, enseres, alimentos, croquetas, agua y apoyo para realizar trámites. Pero lo que más necesita son materiales para levantar nuevamente su casa. Piensa que de tenerlos, en tres meses ya estaría un cuartito.

No sabe qué va a pasar, porque estaba por entregar la casa rentada en La Providencia. Ahora, mientras junto con su familia limpia el desastre, se quedan en una casa deshabitada que le prestaron.

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